«Hago una mención al desazonador accidente sobrevenido esta tarde al Excelentísimo presidente de la República Islámica y sus acompañantes. Esperamos que Dios Altísimo devuelva con plena salud a nuestro querido presidente y a sus acompañantes a los brazos de la nación. Eso sí, debemos rezar. Recen ustedes; que recen todos por la salud de ese grupo de servidores públicos encabezado por el Excelentísimo y preciado presidente. Sus servicios y esfuerzos por el país son una gran bendición, de la que esperamos que Dios Altísimo no prive al país. Ahora bien, que nuestro querido pueblo tenga la seguridad —tanto ustedes, aquí sentados, como quienes escucharán después nuestras palabras—de que no habrá perturbación alguna en la administración del país. Desde esta tarde, cuando han oído la noticia, los responsables del gobierno están ocupados en sus tareas con redoblada diligencia. Las recomendaciones que debíamos hacer a los estimados funcionarios ya las hemos hecho. Dios mediante, todo en los asuntos del país sigue delante de forma ordenada y con regularidad. Tanto la seguridad del país, como la seguridad de las fronteras y las demás tareas que debe realizar el Ejecutivo a nivel nacional se están llevando a cabo. Que la gente no se preocupe, que no esté inquieta: Dios mediante, el presidente volverá al seno y a los brazos de la gente y los asuntos seguirán su curso, Dios mediante, de la mejor manera posible» (19/05/2024).