En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso (1).
En primer lugar, sean muy bienvenidos. Verdaderamente, ver a jóvenes distinguidos, de alto nivel y dispuestos a trabajar es gozoso, satisfactorio y esperanzador para cualquiera. Un servidor cree mucho en los jóvenes. Hay muchos —yo me doy cuenta y lo veo en las palabras de los directivos gubernamentales que hemos tenido a lo largo de los años— que no pueden entender bien el valor de las motivaciones de los jóvenes y de la juventud. No tienen mucha esperanza en los jóvenes. Yo sí tengo mucha esperanza en los jóvenes.
Lo primero es que ustedes son una riqueza para el país. La juventud en su conjunto y, especialmente, los jóvenes de élite cualitativa, son realmente una riqueza para el país; y es cierto que la medalla es importante —claro, esas medallas [suyas] son valiosas y cada una de ellas es un motivo de orgullo—, pero el valor de la persona de la élite intelectual es muy distinto del de la medalla, está muy por encima de esas cosas.
Ustedes pueden transformar una situación adversa en otra totalmente favorable; ustedes pueden cambiar la historia; pueden cambiar la historia. Lamentablemente, han estudiado ustedes poco la historia; a los jóvenes suelen faltarles lecturas sobre historia. Si leen ustedes historia, verán que en la historia hay altibajos y que nuestro país es el centro de transformaciones históricas diversas. En algunas épocas, es verdaderamente como si hubiera sido borrado del mapa por completo; esa era la situación del país. Luego, uno ve como de repente, después de un período —que puede variar—, esta misma entidad que en realidad había cesado de existir se vuelve tan esplendorosa, se vuelve tan grandiosa que, cuando uno la mira, ve que ahí ha influido el factor humano; y al decir “factor humano”, de ninguna manera tienen que venirle a uno a la mente la política o los políticos, gobernantes y dirigentes. No, no es que en algunos casos esos no influyeran también ni que fuera mala su influencia, [pero] fue con el factor humano de conocimiento, de pensamiento, moral y espiritual como se produjo el auge.
Nuestro país entró en decadencia y declive a partir del período en que entró en el país el colonialismo. Por más que nosotros nunca fuimos colonia, en el fondo sí hubo colonización; es decir, hubo dominio de gobiernos y culturas extranjeras en el país. Por ejemplo, desde los años 1800 del calendario cristiano, cuando por primera vez entró un agente inglés en el país desde India y llegó a Bandar Abbás o a Bushehr —ahora no recuerdo con exactitud—, empezó a corromper. En cuanto llegó, sobornó al gobernador de la primera ciudad a la que llegó, hizo de él uno de los suyos y luego, con su ayuda, fue a la segunda ciudad; allá también sobornó, hasta que llegó a Teherán. Sobornó al shah, sobornó a los príncipes… fue en tiempos de Fath Alí Shah. En definitiva, se hicieron con el dominio, nos quitaron nuestra cultura, nos privaron de desarrollo científico y nos mantuvieron en niveles muy bajos y mezquinos en cuanto a comprensión y aspiraciones políticas, hasta la Revolución.
La Revolución avanzó exactamente en el sentido contrario; propició que el país diera un salto. Los saltos que se dieron con la Revolución son saltos claros y evidentes. Uno ve esos saltos en el terreno político, los ve en el terreno científico, los ve en el terreno de la tecnología, los ve en el terreno de la moral social. En todos esos ámbitos, la Revolución propició un salto. ¿Y quién dio pie a la Revolución? El componente humano, fundamentalmente joven. Ese es el papel del componente humano. Y cuanto más reflexivos y decididos sean esos jóvenes, más profunda será esa influencia. Ustedes rezan en la plegaria de Kumayl: Qawwa ala jidmátika yawárihi (2). Eso es lo primero. El joven tiene los miembros más recios. Wa-shdud ala-l-azímati yawánihi (3). “Refuerza mi corazón con capacidad de decisión” —la capacidad de decisión es mayor en el joven—. Así, hasta el final; no quiero tampoco seguir haciéndoles un comentario de la plegaria de Kumayl. Los jóvenes son así.
Ustedes pueden cambiar el país; pueden hacer que avance en la buena dirección. ¿Tienen ustedes ciertas inquietudes? Pueden esforzarse de verdad por solventar esas inquietudes, y sin esperar a que alguien como yo les diga lo que tienen que hacer para solventarlas. No, reflexionen ustedes. Piensen, encuentren la manera, júntense, colaboren, reflexionen juntos y hallen la manera de vencer los obstáculos. Hallen las vías a través del pensamiento; vías que sean apropiadas para ustedes. En mi opinión, ustedes pueden hacer muchas cosas.
He anotado dos ideas que quisiera decirles. Una es que pertenecer a la élite de la excelencia no es el fin de la tarea, sino el principio de una corriente, un camino; no es un punto estático. Esta es una idea que ha apuntado uno de estos amigos y que me ha gustado mucho. No puede ser que digamos “ahora que ya somos parte de la élite, ya está”. Ese es el principio; el principio de una corriente. Ustedes han obtenido una medalla o, pongamos por caso, han quedado en un puesto elevado en las pruebas de acceso universitario. Pues ese es el principio de una corriente; deben ustedes avanzar en esa corriente. ¿Y qué implica “avanzar en esa corriente”? Implica creatividad: creatividad intelectual allá donde hagan ustedes trabajo intelectual, creatividad práctica allá donde desempeñen una tarea práctica. En el campo de la ciencia, en el de la tecnología o en el de la propagación de la moral y la espiritualidad, deben trabajar y esforzarse. Una gran parte es responsabilidad de ustedes y otra gran parte incumbe a los responsables de la Administración. Dicho de otra manera, influyen los correspondientes ministerios, influye la Fundación Nacional de Élites, influyen las oficinas de representación, influyen los responsables internos de las propias universidades —responsables universitarios diversos, como los rectores—. Hay que crear institución, hay que crear corriente. En definitiva, tengan presente que la pertenencia a la élite de excelencia no es el final del camino; ahora que han alcanzado la élite, están en el inicio de un movimiento, de una corriente.
Otra idea que me parece importante es que, a partir más o menos del año 2001, nuestro país inició un avance científico, un salto científico. Por supuesto, en las décadas de 1980 y 1990 hubo también actividad científica, pero alrededor del año 1380 h. s. [2001-2002 d. C.] o algo después —ahora no lo recuerdo exactamente—, tuvo lugar una puesta en movimiento general entre los profesores y los estudiantes universitarios, un movimiento científico positivo; de tal manera que las estadísticas mundiales mostraban que estábamos avanzando a un ritmo de progreso científico varias veces superior al promedio mundial. Por cierto, que yo entonces dije ya muchas veces (4) que el ritmo de progreso era un aspecto muy positivo e importante, pero que el aspecto principal no era ese, sino el hecho de que tuviera lugar el progreso. Nosotros, como teníamos atraso, aun progresando con esa velocidad, apenas llegaríamos a mitad de camino; no nos situaríamos por delante. Nosotros tenemos que llegar a la línea delantera, a la primera fila. Esto comenzó en el año 80, pero en los últimos años de la década de 1390 (5) experimentamos un pequeño declive. Aquí me han dado un dato que he anotado y que me parece importante; es un detalle, pero refleja algo más importante. Dicen que, entre los años 1397 y 1400 [2018-2022 d. C.], tuvimos en total, en las competiciones u olimpiadas científicas mundiales, veintiséis medallas de oro, mientras que en 1401 y 1402 [2022-2023 y 2023-2024 d. C.] conseguimos treinta máximas condecoraciones. Es decir, que en dos años tenemos más que en esos cuatro años. Por tanto, en estos dos o tres años ha aparecido una dinámica, pero esta dinámica no es suficiente. Necesitamos un salto científico. Ustedes pueden trabajar de verdad en ese sentido y ser influyentes; hacer un mayor esfuerzo científico tanto ustedes mismos como preparar el ambiente. Esta es una cuestión.
La política influye también en estos ámbitos. Tal como he indicado, cuando se hizo hegemónica y dominante en el país la política de los ingleses, esto fue muy costoso para el país —y eso duró unos doscientos años: el dominio de la política de los ingleses en Irán duró cerca de doscientos años, al final de los cuales la prolongaron los estadounidenses—. Ahora, afortunadamente, poseemos cierta independencia política; es decir, que Irán, la República Islámica, posee un discurso, ideas y una posición específica en relación con los asuntos generales del mundo. Nosotros tenemos cosas que decir sobre Palestina, las tenemos sobre los asuntos de Estados Unidos y las tenemos sobre las cuestiones del mundo, como es la cuestión del nuevo orden mundial. Tenemos cosas que decir sobre los asuntos del mundo. En definitiva, tenemos una voz que es oída. En el mundo oyen lo que decimos y lo tienen en cuenta. Es posible que muchos no estén de acuerdo, pero al fin y al cabo tienen en cuenta lo que decimos. Eso es independencia, y es algo que no debemos perder. Cualquiera que sea el gobierno que tome el mando, uno de sus asuntos importantes debe ser que mantengamos esta independencia política que, afortunadamente, se ha conseguido.
Uno de los estimados presentes ha hecho referencia a la cuestión de las elecciones (6). Por supuesto, las elecciones son muy importantes y, antes que nada, es importante la participación. Ustedes deben esforzarse cuanto puedan por que la participación aumente, tanto en el entorno estudiantil como en el laboral, en el familiar, etc. Luego, vean quién está más cerca de los criterios de la Revolución y tiene capacidad para trabajar en el sentido de esos criterios de la Revolución. Si tienen eso en consideración, quizá puedan conseguir una buena elección. Espero que Dios Altísimo haga que se produzca, fácilmente y sin preocupaciones, aquello que sea bueno para el país y para esta nación.
Voy a dar por finalizada mi intervención. Vuelvo nuevamente a darles a todos ustedes la bienvenida y envío un saludo a los amigos de ustedes que no han venido y de cuya presencia nos hemos visto privados.
Con ustedes la paz y la misericordia de Dios.
Notas
(1) Al comienzo del encuentro, celebrado tras un rezo de mediodía y tarde oficiada por el Líder de la Revolución Islámica, ocho medallistas de olimpiadas científicas de estudiantes de educación secundaria y universitaria expresaron sus puntos de vista sobre distintas cuestiones relativas al ámbito de la élite de excelencia y cualitativa.
(2) “Fortalece mis miembros corporales en Tu servicio”.
(3) “Fortifica mis costados en determinación”.
(4) Por ejemplo, en el encuentro del 11 de noviembre de 2015 con rectores y directores de centros de estudios, centros de desarrollo y parques científico-tecnológicos.
(5) Década transcurrida entre el 1 de farvardín de 1390 del calendario hegiriano solar persa (correspondiente al 21 de marzo de 2011) y el 30 de esfand de 1399 h. s. (coincidente con el 20 de marzo de 2021).
(6) La decimocuarta elección a la presidencia de la República Islámica, cuya celebración está prevista el 28 de junio del año en curso.