«Déjenme ahora decir unas palabras sobre algunas particularidades de la vida y la personalidad del Príncipe de los Creyentes, quien en todas ellas se hallaba en lo más alto (...). Dice: “Juro por Dios no ser como la hiena, que con un leve arrullo se duerme” (1). De modo resumido, lo que significa es “yo no soy una persona que se duerma con una nana del enemigo”. Muchos, con una sonrisa del enemigo, quedan tranquilos pensando que ya no hay peligro. Si el enemigo les canta una nana, ¡se duermen! El Príncipe de los Creyentes dice: “Aquel que duerma tranquilo frente al enemigo, el enemigo no se dormirá frente a él” (2). Aunque tú te hayas dormido, no está claro si el enemigo se ha dormido también o si está despierto. Los arrumacos y las nanas del enemigo no han de hacer que yo me duerma. En definitiva, la vigilancia frente al enemigo la posee también en el más alto grado» (25/06/2024).
Notas
(1) Cumbre de la Elocuencia, sermón 6.
(2) Cumbre de la Elocuencia, epístola 62.