«Una de las particularidades principales del señor Raisí era su talante popular (…). Prestaba atención a la gente, la respetaba, se hacía presente entre la gente, palpaba la realidad con esa presencia, oía lo que decían y hacía de sus necesidades el eje de su planificación. Él era así. Los planes, las medidas, las actividades y los indicadores que perseguía estaban centrados en la resolución de los problemas de la gente (…). Es justo eso lo que quiere el Islam: estar con la gente. En la famosa carta, las famosas instrucciones a Malik Ashtar del Príncipe de los Creyentes (la paz sea con él), le habla de varias cosas que debe valorar como mejores y más apreciables (…) son aquellas que prefieran las masas populares, aquellas que las agraden, que las satisfagan, que estén en armonía con la satisfacción de las masas populares» (07/07/2024).