«Otro aspecto era su talante moral. Era muy modesto; era muy paciente. Era alguien con mucho aguante, alguien paciente, una persona tolerante con quienes disentían con él; ya se tratase de una divergencia teórica o de una divergencia teórica que llevase a una diferencia efectiva en la práctica. Ya saben ustedes que, en la administración del país, esas cosas pasan. Él venía a verlo a un servidor y me lo decía, lo planteaba, mencionaba algunos casos y se ponía de mal humor, pero, al mismo tiempo, se mostraba contemporizador en el trato con esas personas. En una ocasión, tuvo una desavenencia en un sitio y yo le dije que no reaccionara en absoluto. Fue muy difícil para él, pero no reaccionó en absoluto. Fue realmente indulgente. Por más que a le fallaba la paciencia y no podía soportarlo, se hubiera producido una gran pelea en el país. Él era así» (07/07/2024).