La siguiente recomendación se refiere a las cuestiones de política exterior, y lo primero que quisiera decirles sobre política exterior es lo siguiente: frente a las oleadas y acontecimientos mundiales —en particular, regionales—, la actitud del país debe ser activa, debe ser efectiva; no debe ser pasiva. En el mundo suceden acontecimientos diversos, tanto desde el punto de vista político como desde el punto de vista científico, de los progresos y de las extraordinarias innovaciones científicas —piensen en la inteligencia artificial—. Actúen proactivamente ante eso, no actúen pasivamente. Actúen de forma efectiva. No son permisibles el descuido ni la falta de atención a lo que pasa en el mundo, a lo que pasa en la región. Ante cada cosa que ocurre, nosotros tenemos una posición. Manifestemos esa posición con franqueza, con claridad, con fuerza y con serenidad, para que el mundo conozca y entienda lo que dice sobre el asunto el Irán islámico. El XIII gobierno hizo un buen esfuerzo en ese sentido. Dios tenga misericordia del mártir del servicio, del mártir Amir Abdolahián. Era muy buen diplomático; era muy buen negociador. Realizaba un buen esfuerzo y una buena actividad. Un servidor veía lo que hacía de cerca. Actuaba bien, trabajaba bien. Esa actividad y ese esfuerzo deberían continuar, Dios mediante.
Una de las consideraciones sobre política exterior es que, en relaciones exteriores, nosotros tenemos ciertas prioridades. Una de nuestras prioridades son nuestros vecinos. Somos uno de los países que cuentan con numerosos vecinos. Eso, para un país, es una ventaja. Tenemos a nuestro alrededor unos catorce vecinos. Eso es una ventaja para nosotros. Sería necesario que trabajemos y nos esforcemos en los lazos con los vecinos. Esa es una de nuestras prioridades.
Otra prioridad es la relación con los países que pueden ampliar el campo de acción de nuestra diplomacia. Por ejemplo, los países de África, los países de Asia. Esos amplían el campo de acción de nuestra diplomacia. La relación con ellos está entre las prioridades.
Y otra de las prioridades es una relación sólida con los países que en estos años nos han apoyado, que nos han ayudado frente a las presiones; que nos han apoyado tanto en las Naciones Unidas como fuera de las Naciones Unidas, en el campo de acción, en la cooperación económica, etc. Debemos estar agradecidos. Deberíamos reforzar nuestras relaciones con ellos. Esta es una directriz prioritaria nuestra. En este terreno, hay labores prioritarias de este tipo.
Por supuesto, no es cosa de que decir que tengamos motivos de oposición o enemistad con algunos países, como por ejemplo los países europeos, a los que no he nombrado entre las prioridades. No. La razón por la que un servidor no nombra los países europeos es que durante estos años no nos han tratado bien. No han actuado bien con nosotros. En el asunto de los embargos, en el asunto del petróleo, en distintos asuntos, en cuestiones artificiales como los derechos humanos, etc., se han comportado mal con nosotros. Si no muestran ese mal comportamiento, por supuesto que esos también están entre nuestras prioridades; están también entre los casos en que, para nosotros, la relación con ellos tiene prioridad. Claro está que hay varios países cuyos incordios, cuyas conductas cerriles no olvidamos. Y hasta aquí lo referente a esto. Esas eran las recomendaciones y se las hemos hecho.
El último asunto del que voy a hablarles es la cuestión de Gaza. Hoy es una cuestión mundial. Hubo un tiempo en que Palestina era solo una cuestión de los países islámicos. Hoy, la cuestión de Palestina, la cuestión de Gaza es una cuestión general a nivel mundial. Desde dentro del Congreso de Estados Unidos hasta las Naciones Unidas, en las Olimpiadas de París y en todos los demás lugares, hoy esta cuestión se propaga y se extiende. El régimen sionista está presentando y mostrando el más repugnante rostro de una banda de criminales. Esa gente no es un Estado; son una banda de criminales; son una banda de asesinos; son una banda terrorista.
En asesinatos, en crueldad y en crímenes —¡crímenes pasmosos!—, esa gente ha puesto el listón a un nuevo nivel en la historia mundial de la criminalidad humana. Han establecido un nuevo listón.
Hoy, las bombas pesadas de los sionistas caen sobre las cabezas de gente que no ha disparado ni una sola bala. Niños de cuna, niños de cinco o seis años, mujeres, enfermos en hospitales… Esos no han disparado ni una bala a nadie, pero las bombas caen sobre ellos. ¿Por qué? Este es un crimen sin precedentes. La fuerza de la Resistencia se hace más visible día a día. Pese a toda la ayuda de Estados Unidos, a toda la ayuda que le han prestado algunos gobiernos traicioneros, el enemigo sionista no ha conseguido paralizar a las fuerzas de la Resistencia; no ha conseguido derrotarla. El objetivo que anunciaron era erradicar a Hamás. Hoy, Hamás — Hamás, Yihad Islámica y la Resistencia palestina en general— se mantiene totalmente fuerte y firme. Ellos no pueden hacerles nada y lanzan bombas sobre la oprimida gente de Gaza.
El mundo debería tomar una decisión más seria frente a estos hechos. Deben decidir seriamente —los gobiernos, los pueblos, las figuras intelectuales, políticas, de los distintos ámbitos—. Con esta perspectiva, se entiende la gran ignominia que se atrajo anteayer el Congreso de Estados Unidos sentándose a escuchar lo que decía ese criminal. Eso es una gran ignominia.
Esperemos que Dios Altísimo dé la victoria a la oprimida nación palestina.