«No puede ser que yo me considere musulmán, pero me crea ajeno al dolor que sufre un musulmán en Birmania, en Gaza, en India o en tal otro sitio. Eso no puede ser, es contrario a las enseñanzas y principios islámicos. Es posible que alguien personalmente no pueda hacer nada por ayudarlo, pero la empatía y la conmiseración son una realidad que debe existir» (