«Ese pérfido régimen carece de raíces y es artificial e inestable, y tan solo se mantiene en pie a duras penas gracias a las inyecciones de ayuda de EE.UU. Pero tampoco eso durará mucho, con el permiso de Dios. Prueba evidente de esta afirmación es el hecho de que, tras un año ya gastando muchos miles de millones de dólares en Gaza y Líbano contando con ayuda plena de EE.UU. y de varios Estados occidentales más frente a unos miles de hombres en armas, de combatientes por la causa de Dios cercados e impedidos de recibir cualquier tipo de ayuda del exterior, el enemigo ha fracasado, siendo su única habilidad bombardear casas, escuelas, hospitales y centros de población desarmada. Hoy, gradualmente, la criminal banda sionista ha llegado también a la conclusión de que jamás vencerá a Hamás y Hezbolá» (04/10/2024).