«Ellos se han acostumbrado a imponer. Ya oyen [como dicen]: “Dennos tal lugar, registren tal sitio a nuestro nombre”. Y esas son sus palabras; sus actos son mucho más violentos, mucho más repugnantes, mucho peores. Entre los grandes crímenes de los arrogantes, con Estados Unidos y la compleja red del sionismo a la cabeza, están el saqueo de la riqueza de los pueblos y la dominación de sus voluntades» (