«El Ministerio de Inteligencia constituye un colectivo verdaderamente revolucionario y fiel a la Revolución, y del mismo modo que los miembros veteranos de este ministerio han seguido siendo revolucionarios, también sus nuevos componentes actúan en el sentido de la Revolución, y eso es una gran bendición», dijo en la reunión el ayatolá Jameneí tras valorar la preservación del espíritu y el enfoque revolucionarios durante largos años en el Ministerio de Inteligencia como una de las particularidades preeminentes del mismo.

El Líder de la Revolución Islámica estimó que la única solución y «ventana de luz» del país ante los problemas es la firmeza en la adhesión a los principios de la Revolución, a lo que agregó: «La solución de los problemas del país en todos los terrenos —económico, político, cultural y social— pasa por la confianza en Dios, la firmeza en los principios de la Revolución, la diligencia en la implementación de los buenos planes y leyes existentes en el país y la compensación de los retrasos».

El ayatolá Jameneí señaló la necesidad imperativa de hacer planes para la gestión de los asuntos del país y la resolución de los problemas, y añadió: «Lo importante es que se logren resultados objetivos positivos, ya que, si las reuniones, la elaboración de planes y el establecimiento de calendarios no dan resultados positivos y tangibles, no sirven de nada, y los buenos resultados se obtienen cuando existe un seguimiento continuo».

Su Eminencia apuntó, por otra parte, que uno de los deberes del aparato de inteligencia es colaborar con el gobierno. «El Ministerio de Inteligencia debe colaborar plenamente con todos los gobiernos, a fin de que el gobierno establecido pueda llevar bien a cabo la pesada tarea de la administración del país», dijo en ese sentido.

«Un buen trabajo de inteligencia implica cooperar con el gobierno», sentenció.

El Líder de la Revolución insistió además en la necesidad de cooperación y coordinación entre los organismos de inteligencia en todos los niveles, y calificó además como importante y necesario que las agencias de inteligencia presten especial atención al perfeccionamiento moral y los asuntos espirituales.

Refiriéndose por otra parte a las recientes marchas del Veintidós de Bahmán, el ayatolá Jameneí consideró que la manifestación de «frescura y vitalidad revolucionarias» observada en dichas celebraciones, «con la movilización de jóvenes y adolescentes para defender la Revolución, pese a la enorme hostilidad contra el sistema islámico» es señal de la voluntad divina para el avance del Islam en el marco de la República Islámica, a lo que agregó: «Otro ejemplo de manifestación de la voluntad divina son las concentraciones antisionistas en Europa e incluso en Estados Unidos, como también lo es el notable aumento del apoyo de la opinión pública mundial al pueblo palestino».

Al comienzo de la reunión, el hoyatoleslam Jatib, ministro de Inteligencia, presentó un informe sobre el desempeño del Ministerio, los planes de este para la neutralización de las amenazas a la seguridad nacional y los golpes asestados a los servicios de espionaje hostiles.