«El propio árbol y la vegetación aportan frescor y pureza al entorno de vida. Aparte del aspecto de la salud, el rendimiento económico y otros similares, agradan a la vista, agradan al corazón. Si el entorno vital es verde y hay en él vegetación y plantas, que son bendiciones de Dios, eso es útil para el entorno anímico del ser humano, y las personas se benefician de ello. Estos son distintos aspectos. En definitiva, además de los beneficios tanto materiales y de vida, la siembra de árboles, de plantones aporta frescura y beneficio psicológico. Verdaderamente, es pura ganancia, no hay en ello perjuicio ninguno» (