«Esos [los sionistas] que atacaron (...) habían hecho consigo mismos el cálculo de que, cuando atacaran a Irán, cuando atacaran los centros sensibles de Irán y hubieran privado al gobierno de Irán, al sistema islámico de una serie de personalidades, el sistema quedaría consecuentemente debilitado, y entonces es cuando se activarían las células durmientes de hipócritas, de monárquicos, de mercenarios, de maleantes (...). Se activarían esos que cobran dólares por incendiar los carros de sus propios compatriotas (...). Se activarían y saldrían en medio de la sociedad, provocarían a la gente y, en la medida en que fueran capaces, arrastrarían a las personas a las calles y, en resumen, darían el golpe final al sistema político y acabarían con él. Ese era el dulce sueño que habían concebido sus señorías. ¿Y qué sucedió en la realidad? Pues en la realidad sucedió lo contrario, justo lo contrario de eso» (16/07/2025).