«Negociar con Estados Unidos en la situación actual acarrearía grandes daños para el país, de los que acaso pueda decirse que algunos de ellos serían irreparables (...). El tipo ha amenazado con que, si no negociamos, pasará tal y tal cosa, bombardearemos (...). En definitiva, amenazas: «¡O negociáis o, si no lo hacéis, pasará tal y tal cosa!». Eso es una amenaza; y claro, aceptar tales negociaciones sería señal de que el Irán islámico es susceptible a las amenazas. Si ustedes van y negocian con esa amenaza de por medio, lo que eso significa es que nosotros nos asustamos de inmediato ante la amenaza que sea, nos entran temblores y nos rendimos a la parte contraria; eso significa. Si se crea esa susceptibilidad a las amenazas, ya no tendrá fin. Hoy dicen que, si tenemos enriquecimiento, ellos harán tal y cual cosa; mañana dirán que, si tenemos misiles, harán tal y cual otra; y después dirán que, si no mantenemos relaciones con tal país, harán tal y tal otra. «Si mantienen relaciones con tal país, ¡haremos tal y tal!». ¡Todo amenazas!, y nosotros obligados a retroceder ante esas amenazas del enemigo. En fin, unas negociaciones marcadas por las amenazas no acepta entablarlas ningún pueblo con honor, ni las avala ningún político sensato» (23/09/2025).