«El 4 de noviembre de 1979 es el día en que nuestros estudiantes fueron y tomaron la embajada de Estados Unidos (...). Entraron en la embajada, encontraron allá ciertos documentos y vieron que ¡la embajada era un centro de conspiración y maquinación para sabotear la Revolución! [Allá] estaban ocupados conspirando para [llevar a la práctica] sus planes. En otras palabras, la embajada ya no era una embajada. Desde luego, todas las embajadas tienen centros de inteligencia y recopilan información del país —del país donde está esa embajada— para enviarla a su propio país; en eso no hay nada de malo. El problema de la embajada de Estados Unidos no era ese; el problema es que era un centro de conspiración contra la Revolución (...). Crear estructuras (...) y, si podían, reunir al ejército a su alrededor para actuar contra la Revolución (...). El 4 de noviembre de 1979 fue, en realidad, el descubrimiento por parte de los estudiantes de una gran conspiración y de un gran peligro para la Revolución. ¡Bravo por ellos! Con mucho esfuerzo, lograron recolectar los documentos que habían sido arrojados a la trituradora y recomponerlos para entender lo que ocurría dentro de la embajada (...). La toma de la embajada esclareció el verdadero ser del gobierno de los Estados Unidos de América» (03/11/2025).