El líder de la Revolución Islámica indica, en respuesta a una pregunta por cuestiones religiosas: «Insultar a personalidades y símbolos ensalzados por los hermanos sunníes, incluida la esposa del profeta del Islam (Aisha), está prohibido. Esto incluye a las esposas de todos los profetas, en particular el mayor de todos los profetas, Muhammad (los saludos de Dios con él y su familia).

La fetua (edicto islámico) declara prohibido insultar a la Madre de los Creyentes, Aisha

En respuesta a una pregunta en que se le pedía que se pronunciara sobre los insultos y el uso de lenguaje ofensivo contra la esposa del Profeta (pb) Aisha, el ayatolá Jameneí emitió un dictamen (fetua) contra las injurias a Aisha. La cuestión fue planteada por un grupo de estudiosos e intelectuales chiíes de la región de Al-Ahsa, en Arabia Saudí.

La pregunta surgió después de que un supuesto clérigo chií huido al Reino Unido como refugiado lanzara un canal de televisión con ayuda del Gobierno británico, y lo usara para ultrajar a Aisha, la esposa del Profeta, presentando falsamente su acto como parte del credo chií.

Este no es además el único caso en el que el ayatolá Jameneí ha calificado de haram (prohibido por la religión) los insultos a Aisha y a otras referencias religiosas sunníes.

Potencias arrogantes occidentales pagan a mercenarios para que insulten a Aisha, Madre de los Creyentes

Reunido el 12 de octubre de 2011 con clérigos chiíes y sunníes en Kermanshah, su eminencia el ayatolá Jameneí dijo: «Otro aspecto es la preparación en el mundo externo; los demonios que nos atacan no siempre usan las mismas estrategias.

Los desalmados actuales que te atacan mediante Internet, canales satelitales y herramientas de comunicación extremadamente sofisticadas tienen cosas modernas que expresar; sus equipos y programas están al día. Crean falsedades, crean problemas ideológicos, producen confusión intelectual, promueven el desaliento, siembran cizaña.

He recibido informes de que ahora mismo se están gastando petrodólares en ciertos proyectos para alimentar la discordia —son informes que a menudo no se hacen públicos—. Por un lado, gastan inmensas cantidades de dinero para establecer grupos antichiíes entre los musulmanes sunníes de ciertos países islámicos; por otro, pagan a ciertos predicadores presuntamente chiíes para que insulten y lancen acusaciones contra la Madre de los Creyentes, Aisha, en nombre del Islam chií. Esos son sus métodos. Como musulmanes chiíes o sunníes, ¿qué hace uno cuando se ve frente a tales procedimientos? En última instancia, no debemos dejarnos engañar por lo que hagan: la discordia entre nosotros es para ellos la mayor de las bendiciones».

Insultar a las esposas del Profeta equivale a insultar al Profeta (pb)

En un encuentro con representantes de la Conferencia Sadaf Kowsar, celebrada este año en homenaje a la hazrat Jadiya, el ayatolá Jameneí dijo: «Debe evitarse faltar el respeto a las puras esposas del Profeta (pb). Las esposas del Profeta (pb) son todas respetables; cualquiera que las insulte habrá insultado al Profeta. Soy firme al declarar que eso es ofensivo.

El Príncipe de los Creyentes, el imam Alí (p), trató a su eminencia Aisha con gran respeto. Trató con el máximo respeto a una mujer que había ido a combatir contra él por ser esposa del Profeta. En otros casos, el Príncipe de los Creyentes (p) no se andaba con cumplidos con nadie. Por lo tanto, jamás debería producirse ninguna falta de respeto».