La de Golestán es una región realmente importante en materia de recursos humanos y en otros aspectos. Antes de nada, un punto en el que el Sr. Nurmofidí ha insistido mucho y que es muy importante es que la gente de esa región está dando muestras de un modo satisfactorio y efectivo de convivencia. Esto se manifiesta en la variedad de pueblos y confesiones que existen en Gorgán, en la región de Golestán y en Torkaman Sahrá. Es algo muy importante.

Hoy en día se gasta mucho dinero para sembrar cizaña entre las confesiones islámicas y entre sunníes y chiíes. Trabajan en esto desde sus think tanks, como dicen los occidentales. Son lugares donde se sientan, urden intrigas y diseñan planes. Si estas cosas se explicaran a la gente, se sorprenderían de saber cuánto se está haciendo para que dos musulmanes, un sunní y un chií, eviten sentarse juntos y hablarse. Se sorprenderían de saber que todo eso se hace para que mantengan una relación mala, de hostilidad, y que empuñen armas el uno contra el otro. Pese a todos esos esfuerzos, en el Irán islámico ha sucedido justo lo contrario, y una de las mejores zonas a este respecto es la de Golestán.

Yo visité Golestán ya antes de la Revolución. Visité Gombad Kavús, Gorgán y algunas otras ciudades, como Galikesh y otras parecidas. Por eso sé cuánto se ha esforzado la gente de allí para preservar la convivencia, la colaboración y el afecto mutuo. Es algo muy valioso. Debería preservarse. Debería mantenerse.

Hace pocos años, en un viaje a Gorgán, fui a Gombad un día o medio día, no recuerdo con exactitud. La mayoría de la gente que nos expresó su amor y su bondad en Gombad eran hermanos sunníes; es decir, exactamente lo contrario de lo que los saudíes, los takfiríes y, detrás de ellos, Estados Unidos y servicios de inteligencia como la CIA y similares están haciendo en la actualidad. Es exactamente lo contrario de lo que ellos hacen. En otras palabras, la labor política que se hace en esa región es consciente, bien dirigida, precisa, astuta y decisiva en el verdadero sentido de la palabra. Esta es una de la región de Golestán que, a mi juicio, es muy importante.

Recientemente, hace unos meses, recibí una carta de la familia de aquella señora turcomana que cayó mártir en los sucesos de Mina. Su familia me escribió para decirme que había ido a La Meca y había hecho a alguien atestiguar que había ido a la peregrinación en mi lugar, en ese viaje o en otro. Esto es muy importante. Una señora turcomana con la que yo no estaba familiarizado y cuyo nombre desconocía fue a La Meca a realizar el Hach en mi lugar y, más adelante, hizo que otros dieran testimonio y lo firmaran. Y después me lo envió. Estas cosas son los verdaderos puntos de fortaleza de nuestro país y de nuestra gente.

5 de diciembre de 2016