La nueva civilización islámica, un regalo divino a la humanidad

El mundo islámico tiene hoy el deber, como hicieron el propio Islam y el Profeta, de insuflar un nuevo espíritu al mundo, crear una atmósfera nueva y abrir una nueva vía. A ese fenómeno que estamos esperando lo llamamos «nueva civilización islámica». Debemos aspirar, para la humanidad, a la nueva civilización islámica, que es fundamentalmente diferente a lo que piensan y practican las potencias respecto al género humano. Eso no significa apoderarse de territorios, vulnerar los derechos de los pueblos ni imponer la moral y la cultura propia a otras naciones; significa ofrecer a las naciones el regalo divino, para que las naciones elijan, libremente y conforme a su propio discernimiento, el camino correcto. El camino hacia el que las potencias mundiales han arrastrado en la actualidad a las naciones es un camino erróneo y extraviado. Ese es hoy nuestro deber.

En el pasado, los europeos fueron capaces, usando el conocimiento y la filosofía de los musulmanes, de poner los cimientos de una nueva civilización para sí mismos. Esa civilización, eso sí, era una civilización materialista. A partir de los siglos XVI y XVII, los europeos comenzaron a poner los cimientos de una nueva civilización y, como era materialista, utilizaron medios de distintos tipos sin contemplaciones. Por un lado, se orientaron hacia el colonialismo, la dominación de los pueblos y el saqueo de sus riquezas. Por otro, se fortalecieron internamente mediante la ciencia, la tecnología y la experiencia, e hicieron que esa civilización reinara sobre el mundo y la humanidad. Eso es lo que hicieron los europeos durante cuatro o cinco siglos. Esa civilización que ofrecieron al mundo puso a disposición de la gente aspectos bellos de la tecnología, la velocidad, la facilidad e instrumentos para la vida, pero no proporcionó la felicidad a los seres humanos. Al contrario, laminó la justicia, aprisionó a los pueblos, los empobreció y los humilló. Entró en contradicciones internas, ellos se corrompieron desde el punto de vista moral, se vaciaron y perdieron todo sentido desde el punto de vista espiritual. En la actualidad, los propios occidentales dan testimonio de ello. Un destacado político occidental me dijo una vez que su mundo es un mundo hueco y vacuo, y ellos lo sienten. Tenía razón. Esa civilización tenía una apariencia con muchos oropeles, pero un fondo peligroso para la humanidad. En la actualidad, las contradicciones de la civlizacion occidental son ya visibles; en Estados Unidos, de una manera; en Europa, de otra; y, en las regiones que dominan por todo el mundo, de otra.

Ahora, es nuestro turno. Ahora es el turno del Islam. «Nosotros hacemos que días así se alternen entre las gentes» (Sagrado Corán, 3:140). Hoy es el turno de los musulmanes, para que, con su esfuerzo, pongan los cimientos de la nueva civilización islámica. Igual que, en aquella época, los europeos aprovecharon el conocimiento, la experiencia y la filosofía de los musulmanes, nosotros aprovechamos hoy en día el conocimiento y las herramientas existentes en el mundo para erigir la civilización islámica, pero con el espíritu islámico, con un espíritu contemplativo. Ese es nuestro deber actual.

Declaraciones en un encuentro con responsables del Estado y huéspedes de la Conferencia de la Unidad Islámica.

29/12/2015

 

El grado más alto de la unidad es la llegada a la nueva civilización islámica

La República Islámica tiene la convicción verdadera de que la unidad de la Umma islámica es necesaria. Es algo que tiene además sus antecedentes, no es específico de nuestro tiempo ni de la República Islámica. Una gran autoridad religiosa como fue el difunto ayatolá Boruyerdí, que fue el marya de todo el mundo chií durante nuestra juventud, era firme partidario de la unidad islámica y del acercamiento entre las ramas del Islam. Mantenía trato y conversaba con los grandes ulemas del mundo islámico y del sunnismo. Se trata de una convicción, una profunda convicción de corazón. Algunos se imaginan o hacen como si hubiera aquí una táctica política. No, señor, no es así. Se trata de fe de corazón. Tenemos ese convencimiento y estamos convencidos de que Dios el Altísimo nos lo ha ordenado.

Ciertamente, en la unidad hay grados. La unificación del mundo islámico tiene grados. El más bajo de todos es que las sociedades islámicas, los países islámicos, los Estados islámicos, los pueblos islámicos y las ramas del Islam no se agredan los unos a los otros; que no haya disputas, que no se dañen unos a otros. Ese es el primer paso. Y, lógicamente, por encima de esto está que el mundo islámico, además de no dañarse unos a otros, se dé la mano y mantenga una unidad real y suficiente frente al enemigo común. Que se defiendan unos a otros. Ese es un paso más arriba, y hay otro aun más alto, que es el desarrollo de sinergias por parte de los países islámicos y las naciones musulmanas. Dado que estos no están en el mismo nivel desde el punto de la ciencia, la riqueza, la seguridad y el poder político, pueden ayudarse mutuamente, desarrollar sinergias: que aquellos que son superiores en tal aspecto ayuden a los que son inferiores. Esa es otra etapa de la unidad, y la superior es que todo el mundo islámico se una para alcanzar la nueva civilización islámica. Eso es lo que se ha dado a sí misma la República Islámica como objetivo final; llegar a la civilización islámica, pero una civilización acorde a este tiempo: la nueva civilización islámica. Esos son los grados de la unidad.

Declaraciones en un encuentro con responsables del Estado y huéspedes de la Conferencia de la Unidad Islámica.

15/11/2019

 

Occidente y EE. UU. se esfuerzan por debilitar la voluntad de la nación de crear la civilización islámica

Occidente y EE. UU. han llegado a la conclusión de que, si el pueblo de Irán se propone algo, es seguro que lo logrará. Han llegado a la conclusión de que con la voluntad nacional de Irán no se puede combatir. Si la nación iraní se propone algo, no sirve de nada poner trabas y crear impedimentos. Entonces, ¿qué hacen? Han llegado a la conclusión de que tienen que obrar de tal modo que la nación iraní no se proponga nada, que su voluntad se debilite. Eso es lo que están pensando. En la actualidad, se están gastando en el mundo miles de millones para crear una brecha en las convicciones políticas y religiosas de nuestros jóvenes, para que desaparezca en ellos la voluntad de progresar y alzarse. Quieren eliminar la voluntad. Quieren que no tomen ustedes decisiones. Se esfuerzan por no dejar que se forme la voluntad de la nación iraní de avanzar, de plantar cara y de crear la sociedad y la civilización islámicas. Saben que, si esa voluntad cobra forma, se cumplirá sin duda alguna. Por otra parte, en el pasado, hace años, eso ya lo han hecho. Durante el régimen idólatra del shah, se le daba a entender a la juventud del país que, si quería alcanzar la civilización y el progreso, tenía que dejar a un lado la religión. Decían que la religión, la religiosidad y la fe religiosa no eran compatibles con la ciencia, el progreso y demás. ¡Que vengan hoy, abran sus ojos ciegos y vean cómo son jóvenes que recitan la plegaria de Kumayl y hacen sus oraciones nocturnas quienes hacen avanzar nuestras mejores industrias, nuestras grandes industrias punteras, que van a la cabeza y compiten con los países de primera categoría del mundo! Jovenes aficionados a los retiros espirituales en las mezquitas, jóvenes aficionados a la plegaria de Nudba, jóvenes devotos. Nosotros estamos hoy en los puestos altos en los debates de las industrias avanzadas del mundo actual, como la nanotecnología, la energía atómica, la balística, la biotecnología y las demás técnicas avanzadas del mundo. Estamos en las primeras filas. La mayoría de las personas que realizan esas actividades son jóvenes devotos, a muchos de los cuales yo conozco de cerca. Los jóvenes deben multiplicar sus esfuerzos en los campos de la ciencia, el pensamiento, la sabiduría, la política y el trabajo. No tienen que ocuparse de cuestiones de importancia secundaria o marginal ni de cuestiones divisivas. Han de perseguir la unidad, la actividad ordenada y las actividades de devoción y de Yihad. En esos sectores que he dicho, que marquen bien las fronteras con el enemigo, pero con los propios, con las fuerzas internas, no debe crearse una demarcación por una pequeña diferencia de estilo. Como dijo el imam Jomeiní, todos los gritos que tengan échenlos sobre los enemigos y sobre Estados Unidos.

Declaraciones en una reunión de peregrinos y habitantes de las inmediaciones del santuario purificado del Imam Reza (con él la paz).

21/03/2019

 

El movimiento hacia la nueva civilización islámica está en las antípodas de los intereses de los capitalistas sionistas

Nosotros podemos. Podemos mantenernos firmes frente a los aspavientos que hace el enemigo con embargos y cosas de esa índole. Podemos hacer que fracasen en sus objetivos. Si no lo hacemos, si no llevamos a cabo esas actividades, pasa lo que ven ustedes ahora: que el enemigo se pone a hacer planes y fijar condiciones para nuestro programa nuclear; y luego dice que, si no aceptamos esas condiciones, impondrán tales y cuales embargos. Eso es lo que pasa. El enemigo está haciendo un uso máximo del arma de los embargos. Su objetivo es humillar a la nación iraní. Su objetivo es detener este inmenso movimiento, que solo la nación iraní hubiera podido sacar adelante. Quieren detener el movimiento de la Revolución islámica, el movimiento del sistema islámico, el movimiento hacia la nueva civilización islámica, porque saben que ese movimiento se sitúa en las antípodas de los intereses de los capitalistas sionistas y de los proprietarios de las empresas inicuas y ávidas de sangre del mundo. Esto ellos lo entienden, y ven cómo se está desarrollando este movimiento en el mundo, atrayendo hacia sí la atención de los pueblos. Ellos quieren impedirlo. Para eso son estos embargos, estas amenazas y estas condiciones que imponen.

Declaraciones en un encuentro con el pueblo de Azerbaiyán Oriental.

18/02/2015

 

¿Qué jóvenes son los impulsores del movimiento hacia la nueva civilización islámica?

Para resistir, se precisa una base espiritual. Es en eso que insiste y se empeña un servidor. Si uno quiere resistir, necesita tener una base. La base espiritual es más importante que la material y la militar. La base militar son los cañones, los tanques, los misiles y ese tipo de capacidades. La base espiritual son verdades que dejan huella en la existencia de uno, en su corazón y en la esencia de su actividad. Yo insisto en los jóvenes. Ustedes ya ven mi predilección por los jóvenes y que es sobre todo en ellos que tengo puestas mis esperanzas de futuro. Pero, ¿cuál es ese joven que puede impulsar en el país un gran movimiento hacia la nueva civilización islámica? ¿Qué tipo de joven es? Es aquí donde la base espiritual encuentra su significado. Es un joven motivado, creyente, inteligente, conocedor de la valía de sus propias capacidades, trabajador, dotado de iniciativa, de confianza en Dios y de seguridad de sí mismo. Está justo en las antípodas de lo que quiere el enemigo de nuestra juventud. El enemigo quiere que los jóvenes de nuestro país sean apáticos, impíos, carentes de esperanza, prisioneros de sus apetitos, holgazanes, inactivos, quejicas, que no trabajen, que caigan en las adicciones, que sean frágiles. Así quieren que sean los jóvenes del país. Ese es el objetivo de las cosas que hacen a nuestros jóvenes: justo lo contrario de lo que necesitamos nosotros.

Declaraciones en un encuentro con basiyíes.

27/11/2019

 

La gran aspiración de la Revolución es crear la nueva civilización islámica y prepararse para la salida del Sol de la Gran Wilaya

¡Estimados! Lo que no se sabe no puede conocerse más que mediante la propia experiencia o escuchando la experiencia de otros. Mucho de lo que nosotros hemos visto y experimentado, la generación de ustedes aún no lo ha visto ni experimentado. Nosotros hemos visto y ustedes verán. Las décadas futuras son las décadas de ustedes, y son ustedes quienes deberán, con trabajo experimentado y motivación plena, preservar la Revolución y acercarla al máximo a su gran aspiración, que es crear la nueva civilización islámica y prepararse para la salida del Gran Sol de la Wilaya, el Imam del Tiempo (sacrifíquense por él nuestras almas). Para dar pasos firmes en el futuro, hay que conocer el pasado de manera cabal y aprender la lección de las experiencias. Si se descuida esta estrategia, las mentiras ocuparán el lugar de la verdad y sobre el futuro pesarán amenazas desconocidas. Los enemigos de la Revolución se dedican con gran motivación a difundir tergiversaciones y mentiras sobre el pasado —e incluso sobre el presente—, y emplean en ello dinero y toda suerte de instrumentos. Son muchos los salteadores del pensamiento, la convicción y la conciencia. Del enemigo y su infantería no puede oírse la verdad.

Declaración La segunda fase de la Revolución, dirigida a la nación iraní.

11/02/2019

 

La aportación de la nueva civilización islámica

El objetivo es crear un gobierno islámico soberano que pueda transformar la sociedad en el ideal de sociedad que auspicia el Islam. A eso aspiramos nosotros. Queremos que nuestro país (…) se convierta en un país que alcance el diseño ideal del Islam, diseño ideal que resulta deseable y agradable para toda persona que reflexione. Cualquiera que se haya sentado a pensar y estudiar disfrutaría de esa situación ideal de la sociedad islámica: una sociedad en la que hay tanto ciencia como progreso, dignidad, justicia, fuerza para hacer frente a los embates del mundo y riqueza. Algo así sería su retrato. A eso llamamos nosotros «nueva sociedad islámica», y queremos que nuestro país llegue a esa situación.

Declaraciones en un encuentro con rectores de universidad y directores de centros de investigación, incubadoras de empresas y parques de ciencia y tecnología.

11/11/2015

 

Con toda certeza, la cuestión de la renovación en el sistema de la República Islámica es una de las más fundamentales y de mayor importancia. Cualquier revolución, corriente o movimiento, si no cuenta con nuevos rebrotes constantes, está condenada al declive y la desaparición. La República Islámica (…) ha logrado, en todas sus etapas, dar origen a un destello nuevo, adecuado a las necesidades (…). En el largo plazo, está la creación de la civilización islámica: una civilización nueva adecuada a las necesidades y las capacidades de la humanidad de hoy, herida y apesadumbrada por los diversos sucesos de los últimos siglos, y cuyas jóvenes generaciones se enfrentan a la desesperanza y la depresión. El Islam puede llevar a esas generaciones a nuevos horizontes, alegrar sus corazones y darles la dignidad que corresponde a la dignidad humana. La nueva civilización islámica es eso, y ustedes son núcleos de importancia fundamental para crear esa civilización. El futuro les pertenece. Quienes construirán el futuro del país, de esa civilización y, en realidad, del mundo son ustedes, los jóvenes de hoy.

Declaraciones en la Universidad Imam Hoséin para la Formación de Oficiales y Guardianes.

21/05/2014