A continuación, el texto del mensaje:

 

En el nombre de Dios.

El gran e imperdonable pecado cometido por una publicación francesa al insultar la luminosa y sagrada efigie del Sumo Mensajero (con él y su familia las bendiciones de Dios) ha vuelto a dejar patente la enemistad y el odio viles de las estructuras políticas y culturales del mundo occidental respecto al Islam y a la comunidad de los musulmanes. El pretexto de la libertad de expresión aducido por algunos políticos franceses para no condenar ese gran crimen es totalmente inaceptable, erróneo y demagógico. La causa de este tipo de actos hostiles es la política profundamente antislámica de los sionistas y los Gobiernos de la Arrogancia, que se manifiesta cada cierto tiempo. En este momento concreto, ese acto puede tener además la motivación de desviar la atención de los pueblos y Gobiernos de Asia Occidental de los funestos planes que tienen en mente Estados Unidos y el régimen sionista para esta región. Las naciones musulmanas y, en especial, los países de Asia occidental deben, además de mantenerse alerta respecto a las cuestiones de esta sensible región, no olvidar jamás la hostilidad de los políticos y dirigentes occidentales al Islam y a los musulmanes.

Seyed Alí Jameneí

08/09/2020