«Tras el 11 de septiembre y los hechos de Nueva York, con la destrucción de aquellas dos torres, el presidente de Estados Unidos apareció en las pantallas de televisión y, en sus primeras declaraciones, sin mediar ninguna investigación, acusó a los musulmanes y al Islam para dirigir la ola del odio y la ira de la opinión pública contra ellos. Por supuesto, luego dijeron que había habido una confusión. Pero no. El asunto estaba planificado de antemano. Y ahora es igual. Actualmente, todos los sistemas de propaganda vinculados al sionismo intentan, componiendo escritos, filmando películas y produciendo herramientas culturales en todo el mundo, que el Islam resulte aborrecible y odioso a ojos de la gente del mundo. Su objetivo es que esta llegue a odiar el Islam y a los musulmanes. Claro está que, cuando atacan Afganistán o Irak, que son países islámicos, para no excitar a las opiniones públicas musulmanas contra sí, dicen unas palabras de elogio al Islam, pero es por mera conveniencia. Saben que el Islam es un obstáculo fundamental en el camino de la Arrogancia hacia sus objetivos definitivos. Y si son tan enemigos del Irán islámico, se debe a la soberanía del Islam» (30/03/2020).