«En cuanto a esas personas que se hacen una idea ilusoria de las capacidades de Estados Unidos y de algunas otras potencias, deberían prestar atención a los hechos ciertos. Las potencias mundiales hacen mucho ruido, y con ese ruido tratan de magnificarse a sí mismas, pero la realidad no es esa. Ahora, en todo esto que ha pasado hace poco en Estados Unidos ―la caída de Trump de esa manera escandalosa, con los incidentes ocurridos en torno a ella, que no han sido poca cosa―, no se trataba del ocaso de un mal presidente, sino del ocaso del prestigio estadounidense; el ocaso de la potencia de Estados Unidos; el ocaso del orden social norteamericano. Y eso no lo decimos nosotros, sino que lo han dicho ellos mismos. Destacados expertos políticos de ellos han declarado que el sistema estadounidense está podrido por dentro. Eso han dicho los propios estadounidenses a propósito de estos últimos incidentes: que el orden social estadounidense está podrido desde dentro. Es una afirmación de muy gran alcance. Otros han dicho que la era postestadounidense ha comenzado ya. Esto lo dicen ellos; y, en definitiva, la realidad es esa. Ciertamente tienen también problemas económicos, pero su problema fundamental está en la regulación de su orden social y político, y eso muestra que están en una situación totalmente inestable» (07/02/2021).