«Los sucesos relativos a la mezquita Al-Aqsa, Palestina y la Noble Al-Quds han puesto ante los ojos del mundo la maldad de los sionistas. Es realmente deber de todos pronunciarse y condenar los pérfidos, criminales, brutales e inicuos actos perpetrados por los sionistas estos días. Eso sí, por suerte los palestinos están despiertos y en movimiento, y deben seguir. Con esos criminales no puede hablarse más que con el lenguaje de la fuerza. Los palestinos tienen que fortalecerse, mantenerse firmes, plantar cara y forzar al adversario a dejar de cometer crímenes y rendirse a lo justo y verdadero» (