«Yo recomiendo a las familias que dejen estudiar a sus hijas. ¡No vayan unos padres a imaginarse, por celo religioso, que deben impedir que su hija haga estudios superiores! No; la religión no dice tal cosa. En la adquisición de conocimiento, la religión no hace distinciones entre chicas y chicos. Si su hijo varón hace estudios superiores, ¡pues que los haga también su hija! Dejen que nuestras jóvenes estudien, aprendan ciencias, se cultiven y sean conscientes de su propia dignidad y su propio valor, para que entiendan cuán infundada y absurda es la propaganda de la Arrogancia mundial sobre la mujer. Eso se puede entender mediante los estudios. Que estudien las muchachas, incluso en las zonas rurales.
»Mi consejo a los padres es que dejen que sus hijas pequeñas vayan al colegio y aprendan a leer y escribir. Si tienen aptitudes y, después de las etapas iniciales, desean hacer estudios superiores universitarios, que se conviertan en personas cultas e informadas en nuestra sociedad islámica» (18/09/1996).