«En Occidente hay trata sexual, hay esclavitud sexual (…). Constantemente lo están diciendo: en el ámbito laboral, en la calle, incluso en organizaciones férreas y ordenadas como el ejército —donde están también las mujeres— se cometen violaciones. La violación es distinta de la fornicación acordada, que queda para otro momento: además de eso, se cometen también violaciones por la fuerza (…). Pues bien, aquí es donde se revela la desvergüenza de Occidente. Estos, pese a todos los daños causados a la mujer, a su dignidad y a su honorabilidad, ¡se hacen pasar por abanderados de sus derechos! (…) Pese a todo eso, siguen diciendo que ellos apoyan a la mujer y sus derechos» (04/01/2023).