En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso

                                                                                              

La espera de la manifestación del Salvador de la humanidad: significado, necesidad e importancia

Disconformidad con la situación existente

«Esperar significa no conformarse, no aceptar la situación existente en la vida del ser humano y esforzarse por alcanzar la situación deseada, que con toda seguridad se hará realidad por medio de la poderosa mano del Valí de Dios, Huyat ibn al-Hasan, el imam Mahdi, el Salvador prometido, con él las bendiciones de Dios (Dios precipite su manifestación, por él demos la vida)».

Discurso del encuentro del 27 de agosto de 2008 con gente de diversos estratos por el Quince de Shaabán.

Esperanzas plenas acerca del fin del camino de la vida del hombre

«Esta fiesta (del Quince de Shaabán) es fuente de esperanza: justo lo contrario de ese ambiente de desesperanza en el que la Arrogancia quiere colocar a los desposeídos del mundo (…). Intentan dibujar ante los ojos un ambiente sombrío, haciendo pensar a los pueblos que su fuerza innata, su cultura, sus creencias, su idiosincrasia y su identidad no les servirán de nada; que, para poder avanzar, los tienen que ayudar las grandes potencias. Pues, justo a ciento ochenta grados de ese pensamiento, está el de la espera que reina sobre nuestro ambiente y sobre el de los partidarios de la escuela de los Ahlul Bayt, la Familia del Profeta (con ellos la paz). Y quien dice espera dice corazón rebosante de esperanza acerca del fin del camino de la vida del hombre. Es posible que haya quienes no vean ese período y quienes no puedan comprenderlo —hay una distancia—, pero de la existencia de ese período no cabe duda».

Discurso del encuentro del 19 de febrero de 1992 con gente de Qom.

Particularidades de la era de la manifestación del Salvador

El futuro gobierno del imam Mahdi (el Salvador Prometido): un gobierno popular

«El futuro gobierno del Mahdi Prometido (por él demos la vida) será un gobierno popular en el pleno sentido de la expresión. ¿Y qué quiere decir popular? Que se apoyará en la fe, las voluntades y los brazos de la gente. El imam Mahdi (el Salvador Prometido) no llenará el mundo de justicia y equidad él solo. El Mahdi Prometido forma parte del pueblo fiel y creyente y es apoyándose en ese pueblo que sentará las bases de la justicia divina en el mundo entero y formará un gobierno cien por cien popular».

Discurso del encuentro del 22 de octubre de 2002 con gente de diversos estratos por el Quince de Shaabán.

Período de eclosión de todos los talentos

«El curso del mundo se dirige hacia la soberanía del bien, hacia la rectitud, y esto es algo que no tiene vuelta atrás. Todos los profetas y santos valíes vinieron a conducir al hombre hacia el camino principal en el que, una vez introducido, podrá expresar todas sus potencialidades sin obstáculo de ningún tipo. Los profetas y santos valíes condujeron y guiaron regularmente a esta gente extraviada desde montes, llanuras, desiertos y bosques hacia ese camino principal. Pues aún no ha llegado la humanidad al punto de partida de ese camino recto. Eso se hará realidad en tiempos del Valí de la Época (por él demos la vida)».

Discurso del encuentro del 2 de diciembre de 2000 con encargados de la República Islámica.

Aprovechamiento sin perjuicio de las bendiciones mundanas

«La era del Valí de la Época (por él demos la vida) es la del comienzo de la vida de la humanidad, no la de su final. Será apenas a partir de entonces cuando comience la verdadera vida del hombre, la verdadera felicidad de esta gran familia que es la humanidad, haciéndose posible para el ser humano aprovechar sin perjuicio, sin daños, sin aniquilación y sin estropicio las bendiciones de esta esfera terráquea; las potencialidades y las energías ocultas en este espacio. Cierto es que hoy el ser humano utiliza ciertas cosas, pero otras las daña (…). El hombre descubre potencias motrices, energías ocultas como la fuerza del vapor y demás, pero enreda a los seres humanos en todo tipo de contrariedades físicas a través de problemas que la vida material crea para las personas. Se les da a los seres humanos velocidad y comodidad, pero se les quitan muchas cosas. Y por otro lado está la destrucción de los valores morales que sufre hoy el ser humano. Sin embargo, en la era de la manifestación del imam Mahdi (el Salvador Prometido), la cosa no es así: el ser humano aprovecha sin daño ni perjuicio las bendiciones del mundo, sus energías secretas, sus fuerzas ocultas, y ese aprovechamiento es fuente de desarrollo y progreso para el ser humano. Todos los profetas vinieron para hacernos llegar a ese punto en el cual apenas comenzará la vida humana».

Discurso del encuentro del 14 de marzo de 2001 con gente de estratos diversos en la venturosa fiesta de Eid al-Gadir.

Un mundo sin coacción ni opresión

«Cuando decimos que estamos en la espera, eso significa que tenemos la esperanza de que, con esfuerzo, lucha y perseverancia, este mundo que los enemigos de Dios y los demonios han llenado de tenebrosas injusticias, de insurrección, de abuso de los débiles y del desastre de que rijan opresores, matones y déspotas se convierta un día, al amparo de nuestro esfuerzo y actividad constantes, en un mundo en el que las virtudes y valores humanos serán respetados y los opresores, los avasalladores, los tiranos, los bravucones y quienes infringen los derechos de los hombres no tendrán ya la oportunidad de actuar y de imponer sus deseos y caprichos».

Discurso del encuentro del 2 de marzo de 1991 con gente de estratos diversos.

Lucha por sobresalir en las buenas obras

«Las religiones de Dios, religiones celestiales —la mayoría de las cuales tienen sus raíces en Dios y en el cielo—, no buscan dar a la gente falsas esperanzas. Lo que hacen es expresar una realidad. En la creación del ser humano y en la larga historia de la humanidad existe una verdad, que es que la lucha entre el bien y el mal terminará un día a favor del bien y en contra del mal, y de ese día en adelante comenzarán el verdadero mundo del ser humano y la vida deseada por él, en los que la lucha no se entenderá como combate, sino como lucha por sobresalir en buenas obras».

Discurso del encuentro del 17 de agosto de 2008 con gente de estratos diversos por el Quince de Shaabán.

Soberanía de la espiritualidad y la religión en toda la vida de los seres humanos

«La buena nueva que trae el mahdismo es esa misma por la que vinieron todos los profetas y todos los enviados divinos, y es la creación de un mundo que crea en el Dios único y conformado sobre la base de la justicia utilizando todas las capacidades que Dios Altísimo ha creado y colocado en el ser humano. Tal período será el de la manifestación del imam Mahdi (el Salvador Prometido): la era de la sociedad de un solo Dios, de la soberanía del Dios único, de la verdadera soberanía de la espiritualidad y la religión sobre toda la vida de los seres humanos, del establecimiento de la justicia en el sentido pleno y completo de la palabra. Para eso vinieron los profetas».

Discurso del encuentro del 9 de julio de 2011 con catedráticos y graduados especializados en mahdismo.

Instauración de la justicia tras la reaparición del imam Mahdi (el Salvador Prometido)

«El mensaje del Islam es la instauración de la justicia (…). La humanidad espera ansiosa al imam Mahdi (el Salvador Prometido), quiere que el Mahdi Prometido venga, tiene los ojos puestos en su llegada para que venga y llene el mundo de justicia».

Discurso del encuentro del 7 de enero de 1993 con encargados de la República Islámica.

La acción del enemigo en relación con el mahdismo

Ataque del enemigo al planteamiento del mahdismo

«Son objeto de los ataques del enemigo todas las creencias constructivas (del pueblo iraní) (…). Han trabajado también mucho sobre la creencia en el Mahdi Prometido —es decir, que en el final de los tiempos se manifestará una persona de la familia del Profeta que llenará el mundo de equidad, de justicia y de bondad y acabará con las discriminaciones, las injusticias, los abusos y las diferencias de clase—. Esa creencia es además de todos los musulmanes, no específica de los chiíes. Claro está que, en las particularidades y los detalles, algunas sectas dicen cosas distintas; pero la idea principal de que tal período llegará, que alguien de la familia del Profeta realizará una grandiosa gesta divina semejante y que “colmará Dios la tierra de justicia e igualdad, igual que (ahora) rebosa injusticia y opresión” es común entre los musulmanes. Eso todos lo aceptan. Claro, se trata de una de esas ideas que resultan muy provechosas (…). Y justamente porque es provechosa la atacan los enemigos, por un lado, y hay que decir que también los amigos ignorantes, por otro».

Discurso del encuentro del 16 de diciembre de 1997 con gente de estratos diversos.

Esfuerzos del colonialismo contra el mahdismo

«He visto un documento de hace muchas décadas, a principios de la llegada del colonialismo al norte de África. A los países del norte de África los atrae mucho los Ahlul Bayt, la Familia del Profeta. Cualquiera que sea su escuela religiosa de entre las que existen en el Islam, aman a los Ahlul Bayt. En países como Sudán, el Magreb, etc., la creencia en el imam Mahdi (el Salvador Prometido) es muy fuerte. Cuando penetró el colonialismo en esas áreas en el siglo pasado, una de las cuestiones que estorbaba a los colonizadores era la creencia en el Mahdi Prometido. En el documento que he visto, las grandes figuras y los comandantes coloniales aconsejan hacer algo para que la creencia en el mahdismo vaya decayendo entre la gente. En aquel entonces, estaban en algunos países de esas regiones africanas los colonizadores franceses e ingleses —no importa de dónde vengan los colonizadores, era colonialismo extranjero— y su parecer era que, mientras fuera corriente entre la gente la creencia en el imam Mahdi, ellos no podrían tomar del todo el control de esos países».

Discurso del encuentro del 16 de diciembre de 1997 con gente de estratos diversos.

El mahdismo en las distintas religiones

Creencia en el imam Mahdi (el Salvador Prometido) de musulmanes y no musulmanes

«La creencia en la manifestación del imam Mahdi (el Salvador Prometido) en un período de la historia no es exclusiva del chiismo. Todos los musulmanes creen en esa idea, tanto los chiíes como los sunníes, y creen en ella también de cierta manera los no musulmanes. Ahora bien, la superioridad del chiismo radica en que identifica a esa figura salvadora de la humanidad por su nombre y sus características, y cree que está siempre dispuesta y preparada para recibir las órdenes de Dios. En el momento en que se lo ordene el Creador del mundo, él está preparado para iniciar esa grandiosa tarea que ha de transformar a la humanidad y su historia».

Discurso del encuentro del 22 de octubre de 2002 con gente de estratos diversos por el Quince de Shaabán.

Creencia de las religiones de Dios en el Salvador que ha de colmar el mundo de justicia

«Las religiones que creen en el mahdismo —y más o menos todas las religiones creen en el mahdismo— creen en la venida de un salvador que llenará el mundo de equidad y justicia. No dicen que vaya a llenar el mundo de religión, sino de justicia. Esto muestra la importancia de la justicia. Por supuesto, la justicia no se conseguirá sino al amparo de la religión. Dejando eso en su lugar, la cuestión de la justicia es de enorme importancia».

Discurso del 9 de mayo de 2018 en la Universidad Farhangian.

Respuesta a quienes argumentan en contra de la longevidad del imam Mahdi (el Salvador Prometido)

«El Salvador del Fin de los Tiempos suscita el acuerdo todas las religiones abrahámicas: que alguien vendrá y salvará al mundo del fango de la injusticia y la opresión es algo que aceptan todas las religiones abrahámicas. En el Islam se especifica además el nombre de dicho salvador: todas las escuelas del Islam conocen a ese ser divino, a ese ser humano extraordinario, como el imam Mahdi (el Salvador Prometido). Quizá no pueda encontrarse entre las sectas islámicas ninguna que no crea en que el Mahdi Prometido (con él la paz) se manifestará y en que es descendiente del Profeta. Se especifican incluso su nombre y su kunya. Lo característico de la creencia chií es que identifica a esa figura de modo específico y preciso, reconociéndolo como el vástago del undécimo de los imames de Ahlul Bayt, imam Hasán al-Askari (p). La fecha de su nacimiento está meridianamente clara, a juicio de los historiadores y teólogos chiíes. El resto de las sectas islámicas no mencionan o no aceptan en su mayoría ese juicio, pero el chiismo demuestra la presencia, la existencia y el nacimiento de esa gran figura con argumentos rotundos y definitivos. Algunos han considerado inverosímil que una persona pueda nacer y permanecer en vida durante tanto tiempo. Es la única objeción que han planteado y repetido los oponentes sobre el asunto del Mahdi Prometido. Sin embargo, el propio texto explícito del Sagrado Corán desecha esa objeción. Dice sobre el profeta Noé (p): “Ciertamente, Nosotros enviamos a Noé a su pueblo y permaneció entre ellos mil años menos cincuenta” (29:14). Es decir, que Noé vivió entre su pueblo novecientos cincuenta años. No que esa fuera la duración de su vida, sino que al parecer lo que duró novecientos cincuenta años fue el período de su prédica profética. Por tanto, la objeción está fuera de lugar».

Discurso del 4 de junio de 2015 en la ceremonia del vigésimo sexto aniversario del fallecimiento del imam Jomeini (que en paz descanse) Fundador de la República Islámica de Irán

Diferencia entre la creencia chií y la de las demás escuelas

«No es solo el pueblo chií el que espera al imam Mahdi (el Salvador Prometido), sino que la espera del Salvador, del imam Mahdi, pertenece a todos los musulmanes. La diferencia entre el chiismo y los demás estriba en que los chiíes conocen el nombre, la identidad y distintos atributos de ese salvador, mientras que el resto de los musulmanes, que creen también en el Salvador, no los conocen. Esa es la diferencia. Por lo demás, el principio del Mahdi Prometido es compartido por todos los musulmanes, y también las demás religiones tienen entre sus creencias la espera del Salvador al final de los tiempos. También ellos han comprendido bien el asunto en parte. Pero en la parte principal de la cuestión, que es el conocimiento de la persona del Salvador, adolecen de un defecto de conocimiento. El chiismo, a través de sus tradiciones indudables y definitivas, conoce al Salvador por su nombre, sus señas, sus atributos y la fecha de su nacimiento».

Discurso del encuentro del 20 de septiembre de 2005 con gente de estratos diversos por el Quince de Shaabán.

Aceptación por los musulmanes de la verdad del imam Mahdi (el Salvador Prometido) por tradiciones inatacables

«Todos los musulmanes creen, por tradiciones inatacables llegadas del Nobilísimo Profeta (Dios lo bendiga a él y a su familia) y de los grandes de la religión, en la verdad del Mahdi Prometido. Pero en ningún lugar del mundo islámico destaca tanto esa verdad ni tiene el mismo rostro brillante ni el mismo espíritu palpitante y lleno de esperanza que posee en el entorno de la vida cotidiana de nuestra querida nación y de los chiíes. Esto se debe a que nosotros, gracias a las tradiciones que se nos han transmitido, identificamos a la persona del Mahdi Prometido con sus atributos característicos. Nuestra gente identifica al Valí Supremo de Dios, lugarteniente de Dios sobre la tierra, último miembro de los Ahlul Bayt, por su nombre y particularidades; establecen un vínculo con él en lo emocional y lo intelectual; hablan con él; ante él se lamentan; a él le piden, y esa es la era ideal que esperan: la era en que rijan los sublimes valores divinos sobre la vida de los hombres. Esa espera tiene gran valor: lo que significa es que la existencia de la injusticia y la iniquidad en el mundo no seca la fuente de la esperanza en los corazones. De no existir en la vida de una colectividad ese foco de esperanza, no puede sino ser pesimista respecto del futuro de la humanidad».

Discurso del encuentro del 19 de febrero de 1992 con gente de Qom.

El mahdismo, entre las enseñanzas primordiales sobre lo divino

«Si no existiera el imam Mahdi (el Salvador Prometido), eso significaría que todos los esfuerzos de los profetas, todas esas prédicas, esas misiones proféticas, esos desvelos agotadores, todo ello sería en vano, quedaría sin efecto. Por tanto, el mahdismo es una cuestión esencial. Está entre las más esenciales enseñanzas divinas. Es por ello que en todas las religiones de Dios hay también más o menos, al menos hasta donde yo tengo noticia, algo cuya esencia profunda y significado verdadero no es sino el mahdismo, si bien en formas distorsionadas, en formas vagas, sin que quede bien claro lo que quieren decir».

Discurso del encuentro del 9 de julio de 2011 con catedráticos y graduados especializados en mahdismo.

El Quince de Shaabán, día de esperanza

«El Quince de Shaabán es un día de esperanza. Esta esperanza no es específica de los chiíes ni tan siquiera de la umma islámica. El principio de la esperanza en un futuro brillante para la humanidad y en el surgimiento de alguien prometido, un salvador, alguien que haga justicia en todo el mundo es compartido por casi todas las religiones del mundo de las que tenemos noticia. Aparte del Islam, el cristianismo y el judaísmo, anuncian también en sus enseñanzas un futuro de ese tipo incluso las religiones indias, el budismo y otras religiones cuyo nombre ni siquiera tiene en mente la mayoría de las personas del mundo. Se da así de hecho esperanza a todos los hombres a lo largo de la historia y se responde a la necesidad que tienen de esa esperanza, que expresa además una verdad profunda. Las religiones de Dios, religiones celestiales —la mayoría de las cuales tienen sus raíces en Dios y en el cielo— no buscan dar a la gente falsas esperanzas. Lo que hacen es expresar una realidad. En la creación del ser humano y en la larga historia de la humanidad existe una verdad, que es que la lucha entre el bien y el mal terminará un día a favor del bien y en contra del mal, y de ese día en adelante comenzarán el verdadero mundo del ser humano y la vida deseada por él, en los que la lucha no se entenderá como combate, sino como lucha por sobresalir en las buenas obras. Esa es una verdad compartida por todas las religiones.

Lo característico de la creencia nuestra, de los chiíes, es que en las escuelas chiíes esa verdad pasa de la forma de un deseo, algo puramente subjetivo, a una realidad existente. La verdad es que, al esperar al Mahdi Prometido, los chiíes esperan esa mano salvadora sin hundirse en el mundo de la subjetividad. Buscan una realidad que existe de hecho».

Discurso del encuentro del 17 de agosto con gente de estratos diversos por el Quince de Shaabán.

Frutos de la espera y creencia en la doctrina del Mahdi

Alivio para la comunidad islámica

«Verdaderamente, el espíritu de espera y de conexión con el imam Mahdi (el Salvador Prometido), de estar a la espera de la Manifestación, a la espera de ese día, constituye una de las mayores perspectivas de alivio para la comunidad islámica: estamos en espera del Alivio, del Salvador; y esa misma espera es en sí un alivio. Esa misma espera supone una perspectiva de alivio, alimenta la esperanza, infunde energías. Impide el sentimiento de inutilidad, impide el sentimiento de malograrse, impide la desesperanza y la desorientación respecto del futuro. Da esperanza, da una orientación. Tal es la cuestión del imam Mahdi (con él la paz de Dios), y esperamos que Dios Altísimo tenga a bien situarnos entre quienes se hallan en espera, en el sentido auténtico de la palabra, e ilumine nuestros ojos con la visión del cumplimiento de la promesa divina (de la Manifestación del Mahdi Prometido)».

Discurso del encuentro del 11 de junio de 2014 con investigadores y personal del instituto Darolhadith (Casa del Hadiz) y el Centro de Investigación sobre el Corán y el Hadiz.

Aprovechamiento por el hombre, pese a todas las deficiencias y descarríos, de las luces radiantes del imam Mahdi

«Existe hoy en nuestros días, por la gracia y ayuda del Creador, por voluntad divina, un sol resplandeciente (…) que toma la forma del Vestigio de Dios sobre su Tierra, de la Prueba de Dios para sus Siervos, del Señor de la Época, del Supremo Valí de Dios. Las bendiciones de su existencia y la luz que emana de su existencia llegan todavía hoy a la humanidad. Incluso hoy se beneficia la humanidad, a pesar de todas sus deficiencias, descarríos y problemas, de las radiantes luces de ese sol espiritual y divino que es el sobreviviente de la Ahlul Bayt, la Familia del Profeta. Todavía hoy, la sagrada existencia de la Prueba de Dios (por él demos la vida) entre las gentes de la tierra es fuente de bendición, es fuente de conocimiento, es fuente de brillantez, de belleza y de todos los bienes. Nuestros indignos e impuros ojos no ven de cerca su rostro celestial, pero es como un sol reluciente conectado a los corazones, conectado a los espíritus y las profundidades ocultas, y no hay mayor regalo para la persona dotada de conocimiento que sentir que el Valí de Dios, el Legítimo imam, el Siervo Probo, el siervo elegido entre todos los siervos de Dios en el mundo, a quien se ha dirigido la lugartenencia divina en la tierra, está con él y junto a él; que lo ve y está conectado a él. Es deseo de toda persona que tal ser sublime exista. Los complejos acumulados por los seres humanos a lo largo de la historia ponen la vista en los confines de ese horizonte, para que un ser humano excelso y escogido entre los escogidos de Dios venga y deshaga la trama de injusticia y opresión tejida por seres humanos malvados en toda la historia. Hoy, la humanidad sufre la injusticia y la opresión más que en muchos períodos de la historia, al mismo tiempo que ha progresado y su conocimiento es más avanzado. Nos hemos acercado al tiempo de la reaparición del imam Mahdi (el Salvador Prometido), ese ser verdaderamente amado de los seres humanos, porque los conocimientos han avanzado. Hoy, la mentalidad del ser humano está preparada para entender y saber que un ser humano excelso vendrá y salvará a la humanidad de la injusticia y la opresión: eso mismo por lo que se han esforzado todos los profetas; eso mismo que prometió a la gente el Profeta del Islam en la aleya coránica: “Y que les libera de las cargas que les abrumaban y de las cadenas que les oprimían” (Sagrado Corán, 7:157). El poderío divino es capaz —a través de un ser humano celestial, de un ser humano de Dios, de un ser humano conectado con los mundos de lo invisible y lo espiritual, mundos imposibles de comprender o reconocer para los seres humanos cortos de vista como nosotros—, de cumplir ese deseo para la humanidad. Por eso se vuelven hacia ese punto los corazones, los anhelos y las pasiones, y lo hacen cada día más. El pueblo de Irán tiene hoy el gran privilegio de que la atmósfera reinante en el país es la atmósfera del Salvador Prometido. No son solo los chiíes del mundo entero, sino que en espera del imam Mahdi están todos los musulmanes. La ventaja de los chiíes es que conocen por su nombre, sus hechos, sus particularidades y su fecha de nacimiento a ese ser prometido de Dios, que es una certeza para todas las ramas del Islam e incluso para todas las religiones de Dios. Muchas de nuestras grandes figuras han visto de cerca en este mismo período de la Ocultación a ese ser querido y amado por los corazones de apasionados y entusiastas. Muchos le han jurado su lealtad. Muchos le han oído decirles palabras de aliento. Muchos han experimentado su amabilidad y muchos otros que no lo conocían han experimentado su favor, sus agasajos y su afecto, sin reconocerlo. En el mismo frente de la Guerra Impuesta, son muchos los jóvenes que en momentos críticos notaron una sensación de luminosidad y espiritualidad y sintieron de manera palpable una gracia de lo oculto que llegaba a sus corazones, sin reconocerlo ni darse cuenta. Y hoy en día es igual».

Discurso del encuentro del 24 de noviembre de 1999 con un grupo de basiyíes.

Curación de dolencias y males espirituales y sociales

«Este natalicio [del imam Mahdi (el Salvador Prometido)] y esta gran conmemoración deben servirnos de lección. Los sentimientos están muy bien. Las emociones son el soporte de muchas de las buenas obras de los seres humanos. La fe y la convicción íntima en la existencia de ese grandioso salvador del mundo cura muchas dolencias y males espirituales, anímicos y sociales. Ahora bien, más allá de todo eso, debemos aprender una lección de esta rememoración, de este recuerdo y de aquel grandioso acontecimiento. Estas fiestas se celebran todos los años y perfuman los corazones. Si pueden verse las profundas lecciones que encierra esta rememoración para nuestro comportamiento y nuestra acción como un instructor, como un maestro, el progreso de nuestra sociedad hacia la perfección se hará con toda seguridad más fluida y más rápida. Una de esas lecciones consiste en que todos sepan, reconozcan y crean que el mundo se mueve hacia el bien, hacia horizontes luminosos. Que los arrogantes del mundo digan lo que quieran y simulen exhibiciones de fuerza, que el ejército del bien y la verdad, caravana que conduce a la humanidad hacia su etapa final de justicia y equidad, crece en número día tras día. El paso de los años no puede hacer que desaparezca de los corazones ni pierda brillo la esperanza en que, en el futuro —futuro del que esperamos que no sea demasiado lejano—, todos y cada uno de los seres humanos experimentarán la verdadera justicia. La legitimidad de ese gobierno divino, de ese mando celestial sobre la tierra, reside en que todos y cada uno de los seres humanos recibirán su parte del conocimiento de la verdad y de su cumplimiento. Por más que se han esforzado y por más que se esfuercen los poderosos, los arrogantes, los déspotas, los opulentos y los fuertes del mundo, no conseguirán detener este avance y esta tendencia natural del ser humano al bien. Por supuesto, en la acción de Dios sobre la tierra no hay saltos: las cosas se hacen conforme a su curso natural. Pero la naturaleza y esencia del mundo es esa, ir hacia la perfección, e irá. Las divisas que enarbolará (cuando reaparezca) del Mahdi Prometido (con él la bendición y la paz, Dios Altísimo precipite su manifestación) son hoy las divisas de nuestra gente. Son las divisas de un país y de un gobierno. Esto en sí constituye un inmenso paso hacia los objetivos del el Salvador Prometido. Hubo un día en que la divisa de la unicidad de Dios, la divisa de la espiritualidad y la divisa de la religiosidad habían sido abandonadas en el mundo. Habían tratado de relegarlas al olvido completo. Pero hoy, en esta región del mundo, esas divisas son las divisas oficiales del gobierno. Son las divisas oficiales con que se administra el país y las de toda la nación. Además, esas divisas son el deseo de los pueblos musulmanes en muchos países del mundo. Y esas divisas se harán realidad un día. Una vez que las condiciones estén reunidas, cuando quede claro que, frente al poder material de los arrogantes del mundo, se dan las circunstancias para que todos los seres humanos puedan defender sus ideas de justicia, ese será el día de la Manifestación del imam Prometido. Ese será el día en el que, por la gracia del Creador, el salvador del mundo de la humanidad reaparecerá y su mensaje atraerá a sí los corazones dispuestos que hay en todos los lugares del mundo, y entonces no podrán ya las potencias opresoras, las potencias despóticas, los poderes basados en el oro y la fuerza hacer que retroceda la verdad ni mantenerla oculta, como han hecho siempre por medio de su oro y su fuerza. Ustedes, querido pueblo, y en particular ustedes los jóvenes, cuanto más se esfuercen por mejorarse a sí mismos en conocimiento, en moral, en su conducta y en la adquisición de virtudes, más acercarán ustedes ese futuro. Está en nuestras propias manos. Si nosotros nos acercamos a la rectitud, ese día se acercará, del mismo modo que nuestros mártires lo acercaron al sacrificar sus vidas. La generación que hizo aquellos sacrificios por la Revolución acercó ese día con sus sacrificios. Cuantas más buenas obras hagamos, más enmendemos nuestro propio interior y más esfuerzos realicemos por mejorar la sociedad, más acercaremos sin cesar ese desenlace».

Discurso del encuentro del 12 de noviembre del 2000 con gente de diversos estratos en el feliz natalicio del imam Mahdi (el Salvador Prometido).

Eliminación del espíritu de la desesperanza

«Tiene la doctrina del Mahdi varios rasgos característicos que son para cualquier nación como la sangre en las venas o como el alma en el cuerpo. Uno es la esperanza. En ocasiones, elementos potentes y pendencieros que llevan a las naciones débiles a tal situación que pierden la esperanza; y una vez que la pierden, ya no emprenden acción alguna. Se dicen: “¿De qué sirve, si ya es demasiado tarde para nosotros? ¿Con quién nos vamos a pelear? ¿Qué hacer? ¿Para qué esforzarnos? ¡Si nosotros ya no podemos!”. Ese es el espíritu de la desesperanza. Eso es lo que quiere el colonialismo (…). Ahí es donde la creencia en la doctrina del mahdismo y en el venerado ser del Mahdi Prometido (por él demos la vida) reaviva la esperanza en los corazones. El ser humano que cree en ese principio no desespera jamás. ¿Por qué? Porque sabe que hay con toda seguridad un final radiante; no tiene vuelta de hoja. Y él se esfuerza por llegar hasta ahí».

Discurso del encuentro del 16 de diciembre de 1997 con gente de estratos diversos.

Sensación de aplomo y seguridad frente al enemigo

«Otro motivo de reflexión, y es lo último que diré, es que una sociedad que cree en el Mahdi gana aplomo, y ese aplomo es muy importante para las naciones. Sepan que la dominación de los países islámicos por el colonialismo llegó después de que amedrentaran a los pueblos. Se sintieron débiles. Se sintieron impotentes y luego ellos llegaron y los subyugaron poderosamente. Y hoy es igual. Vemos ante nuestros ojos como, en las relaciones políticas y diplomáticas, una de las principales artimañas de la Arrogancia mundial consiste en amedrentar a los responsables de los diversos países —en este caso, de los países islámicos— e infundirles un sentimiento de falta de apoyo para que perciban que no les queda más remedio que someterse, por ejemplo, a Estados Unidos. Ese sentimiento de debilidad es una gran calamidad. Los pueblos no avanzan porque se sienten débiles. El pueblo de Palestina se quedó quieto y en silencio durante décadas, porque se sentía incapaz. El día en que en el pueblo palestino apareció la idea de poder y de ser capaces, se alzó; y es con ese alzamiento como ha alcanzado todos estos éxitos. Sufre, pero avanza. Es distinto un pueblo que no avanza nada ni tampoco recibe golpes —pero que retrocede cada día, cada día es más miserable y está más sometido, mientras se contenta de no recibir golpes—del pueblo que soporta las fatigas del camino, tropieza con las piedras y hasta sangra, pero avanza por el camino que conduce hacia el éxito, hacia la etapa final de la felicidad, hacia la dignidad. El pueblo de Palestina encontró esperanza y ahora se mueve y avanza, y mientras exista ese movimiento hacia delante hará que se abran para ellos las puertas del alivio. El camino se recorrerá tramo a tramo hasta que, Dios mediante, lleguen a su meta final. El sentimiento de debilidad es para una nación un sentimiento muy peligroso; es un veneno letal. Una de las bendiciones de la creencia en el mahdismo es que la persona siente seguridad. Siente aplomo. Siente poder. Y nuestro pueblo, gracias a Dios, es así».

Discurso del encuentro del 20 de septiembre de 2005 con gente de estratos diversos por el Quince de Shaabán.

Favor y benevolencia del imam en los frentes de la Sagrada Defensa

«En los frentes de la guerra, veíamos como nuestros jóvenes creían en la ayuda sobrenatural y en el favor y benevolencia del imam Mahdi (el Salvador Prometido), y como se beneficiaban de esa creencia y de ese aplomo, redoblándose su capacidad, y avanzaban. Ahora bien, si la creencia en la ayuda sobrenatural significa que alguien se quede sin hacer nada, cierre las puertas y espere ser ayudado desde el mundo invisible, ha de saber que del mundo invisible no recibirá ayuda alguna. “Y Dios no lo hace sino [para alegraros] con una buena noticia y para tranquilizar vuestros corazones” (Sagrado Corán, 3:126). Es en el campo de batalla, en la acción de los desafíos políticos y en la resistencia de las naciones donde llega en busca del ser humano la ayuda de lo oculto. Si resisten ustedes, habrá también ayuda de lo oculto».

Discurso del encuentro del 20 de septiembre de 2005 con gente de estratos diversos por el Quince de Shaabán.

La creación de esperanza, rasgo principal del mahdismo

«El rasgo más importante de esta creencia entre los chiíes es la creación de esperanza. La colectividad del chiismo no se apoya solo en los aspectos destacados de su historia pasada, sino que mira al futuro. Aquel que cree en el mahdismo conforme a la doctrina chií no ve su corazón vacío de esperanzas ni siquiera en las circunstancias más difíciles; la llama de la esperanza está siempre ahí. Sabe que esta era tenebrosa, esta era de opresión, esta era de dominio de lo injusto y lo falso pasará con toda seguridad. Ese es uno de los más importantes logros y efectos de esta creencia. Claro está que la creencia del chiismo en las doctrinas sobre el Mahdi no se limita a eso: “En su mano derecha está el sustento del género humano, y en su presencia se establecen la tierra y el cielo”. Tales son las creencias del mahdismo. Esa llama ardiente, ese resplandor radiante, ha existido en las sociedades chiíes a lo largo de los siglos pasados y seguirá existiendo tal cual hasta que, Dios mediante, el tiempo de la espera de quienes esperan llegará a su fin».

Discurso del 4 de junio de 2015 en la ceremonia del vigésimo sexto aniversario del fallecimiento del imam Jomeiní (Dios lo tenga en Su misericordia).

Solución de los problemas de la gente

«Ustedes ven como en las obras islámicas, en las obras chiíes, se habla de la espera de la reaparición del imam Mahdi (el Salvador Prometido) como de Al-Farach (1). Ahora, ¿qué significa al-Farach? Significa “el Alivio”. ¿Y cuándo espera uno un alivio? ¿Cuándo espera uno solaz? Cuando existe una complejidad, cuando hay un embrollo, cuando hay un problema. En una situación en que existen problemas, el ser humano se ve en la necesidad de alivio, de una mano que deshaga los nudos, capaz de solucionar trastornos complejos. Este es un punto importante. Lo que significa “Espera del Alivio”, que es otra expresión para decir “Espera de la Manifestación”, es que el fiel al Islam, fiel a la escuela de la Ahlul Bayt (con ellos la paz), reconoce la situación existente en el mundo como un problema, como un obstáculo en la vida del ser humano. La realidad del asunto es esa. Está a la expectativa de que se resuelva esta complicación en el devenir de la humanidad, esta difícil situación general del ser humano. No se trata de un escollo en mis asuntos personales o los suyos. A fin de que se produzca un alivio para la humanidad entera, imam Mahdi (con él la bendición y la paz) se manifestará para salvar de los embrollos al ser humano, al conjunto de la humanidad; para salvar el futuro del género humano. Esto quiere decir que lo que hoy existe —este orden humano injusto, este orden humano en el que incontables seres humanos sufren injusticias, en el que incontables corazones se descarrían e incontables seres humanos carecen de la oportunidad de servir a Dios— es rechazado y objeto de la protesta de la humanidad que espera la reaparición del Salvador Prometido. Esperar el Alivio quiere decir no aceptar, rechazar esa situación que reina sobre la vida de la humanidad por efecto de la ignorancia de los seres humanos y de las intenciones espurias del ser humano. Ese es el sentido de la Espera del Alivio. Observen ustedes la actual situación del mundo. Eso mismo que vemos en las tradiciones relativas a la aparición del Salvador Prometido es lo que rige en el mundo de hoy: un mundo que se llena de injusticia y opresión. El mundo rebosa hoy de injusticia y opresión. En la tradición, en diversas plegarias y en distintos rezos de peregrinación relacionados con el Salvador Prometido se dice que “Dios colmará la tierra de justicia e igualdad, igual que (ahora) rebosa injusticia y opresión”. Así como el mundo entero se ha llenado en un tiempo de injusticia y opresión —en algunas épocas, la injusticia y la opresión han regido sobre la humanidad—, Dios Altísimo hará de la justicia y la equidad la situación reinante sobre la humanidad en su tiempo. Hoy es así: hoy la injusticia y la opresión reinan sobre la humanidad. La vida del ser humano actual es en el mundo entero una vida derrotada y oprimida por la iniquidad y la tiranía. Así es en todas partes. A causa de la prevalencia de la injusticia, las intenciones espurias y las pasiones mundanas, la humanidad se ve hoy aquejada por muchísimos problemas: los dos mil millones de hambrientos que hay hoy en el mundo, la existencia de millones de personas sometidas a las pasiones carnales de poderosos tiránicos en los sistemas de opresión de los falsos ídolos e incluso la presión ejercida sobre quienes creen y luchan en la senda de Dios, sobre quienes combaten en la vía del bien, sobre un pueblo como el de Irán, que ha logrado enarbolar la bandera de la justicia aun en un ámbito limitado, en un espacio determinado, sobre quienes combaten por Dios… todo ello son signos del reinado de la injusticia y la opresión en el mundo. Esto, con la situación de la vida del ser humano hoy y en las distintas épocas, da sentido a la Espera del Alivio».

Discurso del encuentro del 17 de agosto de 2008 con gente de diversos estratos por el Quince de Shaabán.

(1) En árabe, el Alivio, el Solaz, la Distensión, la Serenidad, el Bienestar, la Alegría, el Buen Desenlace, etc.

La creencia en el Mahdi mantiene viva la esperanza en los corazones

«La creencia en las cuestiones del Mahdi y en el asunto de la Manifestación, el Alivio y la Espera constituye un inmenso tesoro del que los pueblos pueden obtener cuantiosos beneficios. Imaginen ustedes un barco en un océano en tempestad. Si quienes se hallan en el barco están convencidos de que a su alrededor no hay costa alguna en miles de leguas marinas, y el agua, la comida y los instrumentos para avanzar les son escasos, ¿qué harán? ¿Puede siquiera imaginarse que realicen esfuerzo alguno por moverse y hacer que el barco avance? No. Porque, según les parece, es seguro que morirán. Y cuando la muerte de alguien es segura, ¿qué esfuerzo ha de hacer ya? Si no hay esperanza ni horizonte alguno. Algo que pueden hacer es que cada uno se entretenga con sus cosas en ese pequeño espacio. Aquel que guste de morir tranquilo, que se acueste hasta morir, y el que sea dado a agredir a otros, que pisotee los derechos de los demás para seguir vivo unas horas más. Otra posibilidad es que quienes están en ese barco tengan la certeza de que allá cerca de ellos hay una costa. No se sabe si la costa está lejos o cerca ni cuánto les costará llegar hasta ella, pero con toda certeza hay una costa a su alcance. ¿Qué harán esas personas? Se esforzarán por llegar a ella e, incluso si no se les da más que una hora de tiempo, aprovecharán esa hora para avanzar y realizar un esfuerzo correcto y orientado, compartiendo sus pensamientos y aunando sus esfuerzos por si acaso pueden llegar a tierra. Tal es la función que tiene la esperanza. Tan pronto como aparece una esperanza en el corazón del ser humano, la muerte repliega sus alas y se echa a un lado. La esperanza hace que el ser humano se esfuerce y se mueva, que avance, luche y siga vivo. Piensen en un pueblo bajo el yugo opresivo de una potencia dominante, que no tenga esperanza alguna. Ese pueblo está obligado a someterse. Si no se somete, hará cosas insensatas y sin sentido. Pero, si ese pueblo o ese grupo tienen una esperanza en sus corazones y saben que habrá con seguridad un buen final, ¿qué harán? Naturalmente, lucharán, darán un orden a su lucha y, si hay un obstáculo en el camino de ese combate, lo apartarán del camino».

Discurso del encuentro del 7 de enero de 1996 con gente de estratos diversos.

No quedarse en un rincón ante las distintas cuestiones

«Creer en el imam Mahdi (el Salvador Prometido) no consiste en retirarse a un rincón. Corrientes descarriadas predicaban antes de la Revolución y siguen predicando ahora por acá y por allá que el Salvador Prometido vendrá y arreglará las cosas, de modo que ¿para qué vamos nosotros a hacer nada hoy? ¿Qué necesidad hay de que hagamos nada? Como si uno no encendiera la luz en la oscuridad de la noche porque mañana saldrá un sol radiante, se hará el día y el mundo entero se iluminará. El sol de mañana no tiene nada que ver con la situación en la que ustedes y yo estamos ahora. Si hoy vemos que hay opresión, injusticia, discriminación y coacción en todos los puntos del mundo, esas cosas son las mismas que el Salvador Prometido vendrá a combatir. Si somos soldados del imam Mahdi, tenemos que prepararnos para combatirlas».

Discurso del encuentro del 22 de octubre de 2002 con gente de diversos estratos por el Quince de Shaabán.