»Sepamos todos que los éxitos de la humanidad —las grandes perfecciones, los distintos avances, las esperanzas cumplidas— surgen todos del corazón de los esfuerzos; del corazón de las adversidades. Buscando la comodidad, quedándose quieto en un rincón, observando y lamentándose, entre suspiros y ocasionales regañinas no sale nada adelante. Hay que soportar penalidades; hay que esforzarse; hay que trabajar hasta alcanzar el éxito. No basta con mirar uno la cima de una montaña a la que algunos han ascendido y decir: “Nosotros también queremos estar allá”. Si quieren llegar allá, deben asumir el sufrimiento de avanzar por ese trayecto. De lo contrario, no llegarán« (06/08/2023).