«Dios Altísimo pone de ejemplo, para todas as personas creyentes, a dos mujeres:una, la mujer de Faraón; la otra, María: “Y María hija de Imrán, quien protegió la castidad de su vientre” (Sagrado Corán, 66:12). Por algún motivo, aquí Dios no pone de ejemplo y de modelo para los creyentes al propio Moisés, sino a la mujer de Faraón—madre adoptiva de Moisés—; no pone de ejemplo al propio Jesús, sino a su madre. Ahí de alguna manera se está dando preferencia a la mujer por ciertos motivos, y a mí me parece que el motivo está claro, dado que, en el varón, a causa de las condiciones materiales y físicas que posee y de las particularidades que existen, hay una forma de búsqueda de preeminencia. En la época en que se reveló el Corán, en particular, era así; y Dios Altísimo quiere anular eso(como diciendo): “¿Pero esto qué es?”. ¿Acaso por tener la voz más grave, ser más altos y tener los hombros más anchos, valen más? Pues no, tienen que seguir a esa mujer, a esa dama, y tomarla como modelo para sí mismos» (27/12/2023