«Uno de los fundamentos de la guerra psicológica de los enemigos de todo pueblo y, más que todo otro en nuestros tiempos, de nuestro querido pueblo y de nuestro Irán islámico, es magnificar a los enemigos de ese pueblo. Eso se dio desde el principio de la Revolución Islámica. Por distintas vías, a nuestro pueblo se le ha dado a entender, se le ha insuflado y se le ha inoculado constantemente que debía tener miedo: que tuviera miedo de Estados Unidos, que tuviera miedo de los sionistas, que tuviera miedo de Inglaterra, que tuviera miedo de todos esos. Constantemente ha sido así. Una de las grandes habilidades del ilustre imam [Jomeiní] fue sacar ese miedo de los corazones del pueblo, darle a este aplomo, darle el sentimiento de creer en sí mismo. El pueblo sintió que tenía una fuerza, una capacidad interna sobre la que podía apoyarse para hacer grandes cosas, y que el enemigo no podía, no disponía de tantas armas como daba a entender» (14/08/2024).