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Los acontecimientos de Líbano y Palestina, igual que los de la Guerra Impuesta, son un Yihad por la causa de Dios. Es disposición categórica de la ley religiosa la obligatoriedad para todos de esforzarse y ayudar para que devuelvan Palestina y la Mezquita de Al-Aqsa a los musulmanes y a sus dueños originarios. Aquí se está produciendo un movimiento divino. La gente de Palestina, de Gaza, está luchando y realizando un Yihad por la causa de Dios en el verdadero sentido de la palabra. El Hezbolá libanés, al intervenir en defensa de Gaza y exponerse a estos amargos percances, está realizando un Yihad por la causa de Dios. En la actual batalla de Líbano y Palestina, el descreído y pérfido enemigo es quien dispone de mayor equipamiento. Tiene detrás a Estados Unidos. Los norteamericanos dicen no estar interviniendo, dicen no estar al corriente… ¡Faltan a la verdad! Además de que están al corriente, sí intervienen y necesitan la victoria del régimen sionista. Este mismo gobierno actual de Estados Unidos necesita, en las elecciones que tiene ante sí, mostrar que ha apoyado al régimen sionista y lo ha llevado a la victoria. Necesitan, claro está, los votos de los musulmanes de Estados Unidos y por eso fingen no estar involucrados. El enemigo tiene dinero, armas, medios y propaganda a escala mundial. El bando opuesto, los creyentes, los combatientes por la causa de Dios, no disponen ni de una décima parte de esos medios y, sin embargo, la victoria es del bando que combate por la causa de Dios. Es la Resistencia palestina quien vencerá. Es Hezbolá quien vencerá. Hasta hoy, la victoria ha estado del lado de Hezbolá y de las fuerzas de la Resistencia. Indicio de ello son las matanzas de gente. Si el pérfido régimen sionista hubiera podido derrotar a los combatientes, ya sea en Gaza, en Cisjordania o en el Líbano… si hubiera podido derrotar a los combatientes, no tendría necesidad de mostrar al mundo ese feo y negro rostro cometiendo esos crímenes contra las casas, las escuelas, los hospitales, los hijos, mujeres y niños. Como no han podido vencer a la Resistencia, se ven obligados irremediablemente a simular que están venciendo atacando a mujeres, a niños, a gente indefensa, a coches en la carretera, escuelas y hospitales. Así que hasta ahora han fracasado. Sí, asestan golpes. Han martirizado a algunos miembros influyentes y valiosos de Hezbolá y eso ciertamente supone una pérdida para Hezbolá. Pero no hasta el punto de derribarlo. La solidez organizativa y humana de Hezbolá está muy muy por encima de eso. El poderío de ellos, su capacidad y su solidez están muy por encima de eso como para sufrir un golpe capital con esos martirios. Sí, claro que perder a una persona, especialmente si se trata de un comandante con un historial de combate por la causa de Dios, supone una pérdida. De eso no cabe duda. Por lo tanto, hasta hoy, son ellos los victoriosos y, con la ayuda de Dios, por el poderío y la fuerza de Dios, la victoria definitiva en esta batalla será para el frente de la Resistencia y Hezbolá.