CON OCASIÓN DEL ANIVERSARIO DEL MABAAS DEL NOBILÍSIMO PROFETA (SEAN CON ÉL Y SU FAMILIA LA PAZ Y LAS BENDICIONES DE DIOS) (1)

En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso.

Wa-l-hamdu li-l-Lah rabbi-l-alamín wa-s-salam ala sayyídina Abi-l-Qásimi-l-Mústafa Muhámmad wa ala álihi-t-tayibini-l-atharini-l-muntayabín sáyyama Baqíati-l-Lah fi-l-arazeyn (2).

Extiendo mis felicitaciones por la venturosa fiesta del Mabaas a los respetables asistentes, a toda la nación iraní, a toda la gran Umma del Islam y a todos aquellos que en el mundo aspiran a la libertad y son nobles de espíritu. El Mabaas del Nobilísimo Profeta es verdaderamente una fiesta para los nobles de espíritu del mundo. Este año, la fiesta del Mabaas coincide con el mes triunfal de bahmán (3). Esperamos que la corriente de bahmán, la corriente de la Revolución Islámica, el movimiento que estamos realizando y la intención del fundador de este movimiento, que fue seguir al Profeta y su Mabaas, continúe por este mismo camino, Dios mediante, y avance por su vía propia. Agradezco las excelentes y útiles palabras de nuestro excelentísimo presidente. Esperamos, Dios mediante, tener éxito y cumplir, con la ayuda de Dios, los puntos que ha señalado, Dios mediante. Quisiera decir un par de palabras sobre el Mabaas, y luego unas palabras también sobre las cuestiones que nos rodean.

El Mabaas es uno de los más grandes y auspiciosos acontecimientos ocurridos en el mundo en la historia de la humanidad. No se trata de un acontecimiento ordinario, sino de uno de los mayores acontecimientos de la historia humana. Bien, los grandes acontecimientos poseen funciones numerosas en los distintos ámbitos individuales y sociales, pero una de las más importantes, y acaso quepa decir la más importante de las funciones de los grandes acontecimientos consiste en propiciar una transformación en el pensamiento y la cognición de aquellos a quienes van dirigidos. Una gran transformación, un gran acontecimiento solo podrá tener efecto sobre la realidad de la vida de la gente y ser duradero si logra inducir una transformación intelectual en aquellos a quienes va dirigido. Una vez corregido el pensamiento, se corregirán también los actos. Eso es lo fundamental. Un sistema de vida se basa en el pensamiento que existe en quienes gobiernan la vida. Si se produce una transformación en el pensamiento, en la cognición, en la comprensión del universo de las personas y las sociedades, surgirán sistemas políticos y económicos, sistemas morales, sistemas sociales que cobrarán forma sobre esa base. Es en ese sentido que es sobresaliente el Mabaas del Nobilísimo Profeta. Por supuesto, son muchos los sentidos en que el Mabaas sobresale por encima de todos los demás acontecimientos diversos, por más que no sea ese el tema de nuestra discusión, pero ya en esa característica es extraordinaria el Mabaas del Nobilísimo Profeta: la transformación a la que dio pie; con qué personas, qué ideas, qué conductas y qué sociedad se encontró, y en qué personas, en qué sociedad, en qué gente los convirtió; tanto en su propio momento como a lo largo del tiempo.

Ahora bien, ¿cuál es la causa de esa transformación? Cuando cualquier profeta, incluido el glorioso Profeta del Islam, quiere operar esa transformación, ¿cuáles son sus instrumentos? ¿Cuál es el factor causante de esa transformación? Son dos: intelecto y fe. El intelecto es una facultad especial otorgada a todos los seres humanos por Dios Altísimo, que algunos seres humanos activan y utilizan, mientras muchos otros no lo hacen. Y la fe es como el intelecto. En la naturaleza profunda de todos los seres humanos, existe la fe en la verdad, la fe en Dios; pero los seres humanos la olvidan. Los profetas vienen y despiertan el intelecto a fin de recordar al ser humano su fe. Vean ustedes cuánto se repite en el Corán dikr, «recordar». Esa fe está en ustedes y en mí. Tienen que recordárnosla, tienen que hacernos conscientes de ella. Cuando el intelecto y la fe reviven, la vida se desarrolla. Cada uno tiene una función. Entonces, el ser humano dotado de intelecto y de fe se vuelve ya capaz de hallar el camino de la vida, el camino recto, y de avanzar por él.

En el Corán, si quisiéramos indicar las referencias al intelecto, son decenas las ocasiones en que se repiten: a-fa-la ya’qiluna (4); la’ál·lakum ta’qiluna (5); la’ál·lakum yatafakkaruna (6); a-fa-la yatadabbaruna (7); wa qalu lau kunna násma’u au ná’qilu (8). En otras palabras, la cuestión del intelecto, la atención al intelecto y el uso del intelecto son un aspecto destacado de la enseñanza del Corán. Quienquiera que sea musulmán ha de saber que debe tratar con el intelecto, trabajar con el intelecto, utilizar el intelecto y desarrollar y educar su propio intelecto.

En cuanto a la fe, lo primero de que se habla en el llamado de todos los profetas es del tauhid. La unicidad de Dios no es una mera creencia en que hay un Dios y que este es único. El tauhid es la piedra angular de la cosmovisión islámica. Cualquiera que sea el punto desde el cual observamos la cosmovisión del Islam, llegamos al tauhid, y ese tauhid da forma a la estructura de la sociedad islámica. Así, por ejemplo, en la sura Al-‘Arāf («Los lugares elevados»), allá donde se trata de los profetas y de su llamado —el del profeta Noé, el del profeta Hud, el del profeta Salih, etc.—, ustedes ven que lo primero que dicen es ya qaumí-‘budu-l-Laha ma lákum min ilahin gáyruhu. Tauhid. Por supuesto, junto al tauhid se plantea también la cuestión de la resurrección. En esa misma sublime aleya, se dice: Ya qaumí-‘budu-l-Laha ma lákum min ilahin gáyruhu inni ajafu aláykum adaba yaumin adimin (9). Ese «día impresionante» es el de la resurrección. Asimismo, en la sura Aš-Šu‘arā’ («Los poetas»), nuevamente se mencionan los nombres de los profetas uno por uno, comenzando por las palabras fá-ttaqu-l-Laha wa-ati’una (10). Temor de Dios. La obediencia al Profeta se debe así a que, al enviar Dios Altísimo al Profeta, está ayudando al intelecto humano a no errar, a no equivocarse, a no ver las cosas diferentes a como son, a no figurarse que los espejismos son agua. [Eso hacen] los profetas. Por eso a continuación se dice ati’una [«obedeced»], para que el ser humano cuente con una guía que lo ayude.

Y es ahí donde dice el Príncipe de los Creyentes (la paz de Dios sea con él): wa wátara iláyhim anbiá’ahu la-yasta’dúhum mizaqa fitrátihi wa yudakkirúhum mansiya ni’mátihi wa yahtayu aláyhim bi-t-tabligui wa yuziru láhum dafá’ina-l-‘uqul (11). Dios Altísimo envió a los profetas para esas cosas, para esos objetivos: el pacto de la naturaleza profunda, la bendición olvidada, y luego el estímulo de los tesoros ocultos del intelecto: wa yuziru láhum dafá’ina-l-‘uqul; extraer esos tesoros ocultos. Ahora, ¿qué significa ese dafá’in? O bien significa «tesoro» —cuando decimos dafina solemos referirnos a un tesoro y es eso lo que queremos decir, o bien no se trata de eso, sino de los intelectos enterrados bajo supersticiones, ilusiones, imaginaciones falsas, ideas diversas, las distintas escuelas, etc. Esas palabras verdaderas y correctas, esa única frase correcta, la ilaha il·la-l-Lah, queda a veces sepultada. Esa correcta comprensión del intelecto queda a veces sepultada y olvidada bajo palabras falsas. Es uno de esos dos sentidos el que tiene en mente aquella gran eminencia. Los profetas vienen para extraer el intelecto de debajo de esas cosas y sacarlo a la luz. Bien, eso en cuanto al Mabaas.

Nosotros, ¿qué debemos hacer? Lo que me gustaría decir es que, en mi opinión, el Mabaas no es un acontecimiento repentino y fugaz, que da un chispazo y se apaga. El Mabaas no es así, aunque sí, para los hipócritas sí lo es: Dáhaba-l-Lahu bi-núrihim wa tárakahum fi dulumatin la yubsiruna (12). A una persona que no cree con todo el corazón, le da un chispazo, le llega una claridad, pero luego esta se extingue bajo las pasiones, los olvidos, los descuidos y el resto de defectos que tenemos. Pero, en el que no es hipócrita, en el flujo natural del mundo, el Mabaas en su globalidad es una corriente, es algo continuo. No es algo de un momento particular, no pertenece a un día específico; es de siempre —no solo el Mabaas del Nobilísimo Profeta, la de todos los profetas—. El mensaje esencial de los profetas es de siempre. En el Noble Corán, se dice a los infieles: «Bien, ustedes que sostienen una alegación, traigan un libro que sea más orientador que estos dos libros (13) —y dos libros se refiere al Corán y a la Torá—. Nosotros tenemos fe en los profetas; tenemos fe en todos los profetas. Ahora bien, cuando llega el profeta siguiente y completa el mensaje del anterior, el mensaje de este queda abrogado. Eso es la abrogación. Completa el mensaje del otro, cambia en él algunas cosas y perfecciona otras en consonancia con el momento. De modo que esta corriente —la corriente de la religión, la corriente del Mabaas— es una corriente continua e imperecedera.

¿Qué quiere decir que es imperecedera? Que en todas las épocas pueden aprovecharse las bendiciones del Mabaas. Es decir, que aquella misma transformación ocurrida al comienzo del Mabaas, al intervenir el propio Nobilísimo Profeta del Islam, salir a la palestra y hacer las cosas él mismo mediante aquel esfuerzo indescriptible, es factible en todas las épocas de manera proporcionada —en proporción a las personas, a la diferencia entre aquella majestuosa cumbre y nosotros—. Ahora bien, ¿con qué condición? A condición de que empleemos los dos factores que tomó a su disposición y empleó aquel gran hombre: intelecto y fe. Si ponemos en funcionamiento nuestro intelecto y nuestra fe, se pone de manifiesto el Mabaas, aparece el movimiento, aparece la transformación. Aparece la transformación en la mente, en la realidad de la vida. Los problemas se resuelven, se enmiendan. Esa es la lección que debemos aprender del Mabaas.

Hoy, a quien van dirigidas esas palabras es a nosotros mismos, gobiernos musulmanes y pueblos musulmanes. A todos nosotros se dirigen. Hemos de saber que, si reclamamos algo en este mundo o albergamos la esperanza de la gracia divina en el otro, tenemos que perseverar en la adhesión al concepto del Mabaas, a lo que esta requiere y a su movimiento. Man kana yuridu-l-‘ízzata fa-li-l-Lahi-l-‘ízzatu yamí’an (14). Ahí está la ‘izza, el poder y la gloria. ‘Izza significa que uno goce de una situación en la que ningún factor externo pueda ejercer sobre él una mala influencia. Eso es ‘izza. Inna-l-‘ízzata li-l-Lahi yamí’an (15). Ni el enemigo ni los distintos factores intelectuales, anímicos, externos, corporales, espirituales —del tipo que sean— pueden ejercer su influencia cuando existe la ‘izza. Asimismo, otra sublime aleya dice: Wa la táhinu wa la táhzinu wa antumu-l-a’launa in kúntum mu’minín (16). Si hay fe, son ustedes superiores, están ustedes por encima.

Bien, veamos ahora cuál es hoy la función del intelecto en el mundo y pongámoslo en funcionamiento. Si ponemos el intelecto en funcionamiento, podremos comprender muchos de los conceptos del universo. En una plegaria, se dice: Al-lahumma á’tani nasran fi dínika wa qúwwatan fi ‘ibadátika wa fahman fi jálqik (17). Comprensión de las realidades de la colectividad humana; eso debemos comprender. Nosotros, en cuanto República Islámica, en cuanto Irán islámico, en cuanto responsables políticos de un país grande e importante —nuestro querido país es realmente excepcional en muchos sentidos—, debemos prestar atención y entender esas realidades que hay en el mundo.

El colonialismo de las potencias opresoras comenzó al principio, en una primera etapa, por el saqueo de recursos. Lean ustedes la historia del colonialismo. Lo primero que se dieron como objetivo y que trataron de conseguir fueron los recursos naturales. Por ahí empezaron en una primera fase. Esa es una etapa. La siguiente fue la destrucción de las culturas originarias de los pueblos. Esa historia es una amarga historia. La explicación de ese tema es una de esas cosas que realmente lo hacen a uno llorar. ¡Qué hicieron con los pueblos, con las civilizaciones! En esa misma África que ustedes ven hubo civilizaciones, hubo culturas originarias. Llegaron los otros, se introdujeron, lo desbarataron todo, lo estropearon todo, causaron destrucción. En realidad, también eso fue saqueo —saqueo cultural—. En la etapa posterior, pusieron la mira en la identidad nacional y religiosa de los pueblos, a fin de someterla a su control.

Nosotros sufrimos hoy las tres etapas de la colonización. También hoy tienen las poderosas entidades diabólicas del mundo la vista puesta en los recursos naturales de los países y los pueblos, con intenciones aviesas. Tienen la vista puesta tanto en su cultura, sus culturas originarias, como en su identidad nacional e islámica, y buscan destruirlas; buscan someterlas a su control. Por supuesto, no todos son iguales. Por encima de todos, está Estados Unidos. Esa descripción que hacemos hoy del colonialismo y la Arrogancia tiene su máximo ejemplo en el gobierno de Estados Unidos, que está bajo la influencia de los poderosos de las finanzas mundiales. Hoy, esos poderes financieros de primera fila a nivel mundial dominan gobiernos occidentales, incluido y quizá más que los demás, el gobierno de los Estados Unidos. Los que dominan son, como dicen ellos, los cárteles, los trust, etc. Son esos los que trazan los planes para las tres etapas de la colonización. Cuando ustedes ven que cada día aparece y se hace realidad un nuevo presente y otro más en distintos ámbitos de lo humano, de lo sexual, de las finanzas, se debe a eso; a esa modificación de la identidad de los pueblos, a esa modificación de los intereses de los pueblos, para atraerlos hacia sí.

El Corán ofrece una descripción clara: Waddu ma aníttum. Todo aquello que les cause a ustedes problemas gustará a sus enemigos, a los descreídos, a quienes siguen al Demonio y actúan de manera demoníaca. Qad bádati-l-bagdá’u min afwáhihim wa ma tujfi sudúruhum ákbar (18). La hostilidad sale a la luz a través de sus bocas. Incluso cuando hablan, cuando pronuncian discursos, muestran su enemistad. Incluso al moverse muestran su hostilidad, pero es aún mayor lo que hay en sus corazones; eso que genera su animosidad. A veces, en algunos casos, esa hostilidad se hace manifiesta. Es decir que, en ciertos lugares, en algunos casos, se muestran esos fueros internos hostiles y malignos. Piensen, por ejemplo, en cómo en el Congreso de Estados Unidos, ante el despedazamiento de miles de niños, los representantes ¡se levantan para aplaudir y aclamar al asesino! Es ese wa ma tujfi sudúruhum ákbar [“lo que ocultan sus pechos es peor aún”] lo que se manifiesta, lo que se muestra ahí. Despedazan a miles de niños ¡y luego van allá a que los aplaudan! O bien el capitán del buque Vincennes de Estados Unidos ataca a un avión de línea con unos trescientos pasajeros a bordo, lo abate matando a todos los que iban en él ¡y luego le dan una medalla! Una medalla de galardón (19). Ahí se pone de manifiesto ese ma tujfi sudúruhum ákbar; ahí se muestra. Esas cosas siempre están ocultas tras las sonrisas de la diplomacia. Tras las sonrisas de la diplomacia, se esconden tales enemistades, tales odios, ese interior maléfico. Abramos los ojos: Wa fahman fi jálqik (20). Abramos los ojos. No seamos como los que tusirruna iláyhim bi-l-mawadda (21). Estemos atentos a quién tenemos delante, con quién estamos tratando, con quién estamos hablando. Seamos conscientes de ello. Una vez que uno identifica a su parte contraria, es posible que hasta llegue a un trato, pero sabe qué es lo que hay que hacer. Tenemos que conocerlo, que saberlo.

A mi juicio, en el período actual, esta corriente de la Resistencia, este movimiento de la Resistencia es una gota secretada por aquella misma Mabaas. La Resistencia que comenzó en el islámico Irán y despertó a los pueblos musulmanes. A algunos pueblos musulmanes los movió a la acción, a la generalidad de los pueblos musulmanes los despertó, y despertó también las conciencias de muchos no musulmanes. El sistema de dominación se identificó y se dio a conocer. El sistema de dominación no era conocido; muchos pueblos no lo conocían.

Miren ustedes a Gaza. La exigua y limitada área de Gaza puso de rodillas a un régimen sionista armado hasta los dientes y con apoyo pleno de Estados Unidos. Gaza puso de rodillas al régimen sionista. ¿Acaso es cosa de broma? Se trata ahí de esa misma secreción de la Resistencia. Se trata ahí de la misma fe y razón. Se trata ahí de la misma recitación de las aleyas del Corán. Se trata de dar el corazón a Dios. Se trata de esa misma creencia en wa inna-l-‘izzata li-l-Lahi yamí’an. El orgulloso Hezbolá sufre la pérdida de una personalidad de la envergadura de Seyed Hasan Nasralá. Eso no es cosa de broma. ¿Cuántos grandes seres humanos tenemos en el mundo de la estatura de ese gran mártir Seyed Hasan Nasralá, que Dios Altísimo le conceda Su favor? Pues a una figura semejante perdió Hezbolá. Amigos y enemigos se pensaron que Hezbolá estaba acabado. Y Hezbolá mostró que no solo no estaba acabado, sino que en ocasiones hasta había crecido su motivación y pudo mantenerse firme frente al régimen sionista. Se trata ahí de esa misma [gota del Mabaas]. Es algo de los musulmanes.

Entre los que no son musulmanes, las conciencias se estremecieron. Según las estadísticas que me han dado, en este período ha habido unas treinta mil manifestaciones antisionistas —¡treinta mil manifestaciones antisionistas!— en seiscientas diecinueve ciudades de todo el mundo. La gente despertó; despertaron las conciencias. Es eso la Resistencia. Esa Resistencia es una gota del Mabaas. En el mismo Estados Unidos, se juntaron algunos —que eran estadounidenses— y dijeron ¡Muerte a Estados Unidos! ¡En el mismo Estados Unidos! Ahí está esa transformación cognitiva. Es por eso mismo que se esforzaron los grandes profetas, de lo cual el mayor, más importante y más asombroso exponente fue engendrado en su época y hasta el fin de los tiempos por el Nobilísimo Profeta del Islam (con él y su familia sean la paz y las bendiciones de Dios), y que hoy está mostrando la Resistencia. Por tanto, tengamos presentes esas verdades y no olvidemos esa aleya del Corán que dice: Wa la táhinu wa la táhzinu wa antumu-l-a’launa in kúntum mu’minín.

Y con ustedes la paz, la misericordia de Dios y Sus bendiciones.

Notas

(1) Al comienzo del encuentro, habló el señor doctor Masud Pezeshkián, presidente de la República Islámica de Irán.

(2) Toda alabanza sea para Dios, Señor de los Mundos, y las bendiciones y la paz para nuestro maestro Abulqásim al-Mustafa Muhammad, así como para su familia excelsa, purísima y selecta, en especial para el Imam de la Época.

(3) El triunfo de la Revolución Islámica en Irán frente al régimen de los Pahlaví se produjo el 22 de bahmán de 1357 del calendario hegiriano solar persa, coincidente con el 11 de febrero de 1979 d. C.

(4) «¿Es que no razonan?» (Sagrado Corán, 36:68).

(5) «Quizás así razonéis» (Sagrado Corán, 2:242, entre otras aleyas).

(6) «Quizás así reflexionen» (Sagrado Corán, 7:176, entre otras aleyas).

(7) «¿Acaso no meditan [el Corán]?» (Sagrado Corán, 4:82).

(8) «Y dirán: “Si hubiésemos escuchado o reflexionado”» (Sagrado Corán, 67:10).

(9) «¡Oh, pueblo mío! ¡Adorad a Dios! No tenéis más dios que Él. En verdad, temo para vosotros el castigo de un día impresionante» (Sagrado Corán, 7:59).

(10) «Temed, pues, a Dios y obedeced» (Sagrado Corán, 26:126).

(11) Cumbre de la elocuencia, primer sermón: «[De modo que estimuló a Sus profetas] y los envió uno tras otro para invocar el pacto del conocimiento de Dios que estaba en la naturaleza profunda del ser humano, volver a recordar la bendición olvidada, guiarlos valiéndose de pruebas y argumentos y descubrir los tesoros ocultos de los intelectos».

(12) «Dios les arrebata Su luz y los deja en tinieblas, sin que puedan ver» (Sagrado Corán, 2:17).

(13) «Di: “Traed, pues, una Escritura procedente de Dios que guíe mejor que esas dos para que yo la siga” (Sagrado Corán, 28:49).

(14) «Quien quiera el poder y la gloria, sepa que todo el poder y la gloria pertenecen a Dios» (Sagrado Corán, 35:10).

(15) «En verdad, todo el poder pertenece a Dios» (Sagrado Corán, 10:65).

(16) «Y no desfallezcáis ni os apenéis pues, si tenéis fe, seréis los vencedores» (Sagrado Corán, 3:139).

(17) «¡Dame, oh Dios, ayuda en la devoción por Ti, fuerza en Tu adoración y comprensión de Tu creación!». Al-Kafi, vol. 2, pág. 586.

(18) «Les gustaría veros en dificultades. El odio asoma por sus bocas, pero lo que ocultan sus pechos es peor aún» (Sagrado Corán, 3:118).

(19) El 3 de julio de 1988, un avión de pasajeros de la República Islámica que volaba de Bandar Abbás a Dubái fue blanco de un misil del navío de guerra estadounidense Vincennes en el golfo Pérsico y las doscientos noventa personas que iban a bordo, incluidos sesenta y seis niños y cincuenta y tres mujeres, alcanzaron el martirio. Un tiempo después, el gobierno de Estados Unidos condecoró a William Rogers, comandante del Vincennes, ¡con la Legión del Mérito!

(20) «Y comprensión de Tu creación!». Al-Kafi, vol. 2, pág. 586 (véase la nota 15).

(21) «Les mostráis afecto en secreto» (Sagrado Corán, 60:1).