«Quiera Dios darles suerte. Me alegra verlos a ustedes, por más que hay que reconocer que se echa en falta a buenos y amados hermanos nuestros, en particular al mártir Haniyeh. Quiera Dios darles alto rango. Dios Altísimo les dé suerte a ustedes, y que puedan seguir avanzando por este camino con dignidad y poderío, Dios mediante. Dios Altísimo les ha dado a ustedes tanto dignidad como fuerza, a Dios gracias. Esa idea de la sublime aleya que dice: Kam min fí’atin qalílatin gálabat fí’atan kazíratan bi-idni-l-Lah (1). Dios Altísimo la ha manifestado al mundo entero con ustedes. Ustedes han vencido tanto al régimen sionista como, en realidad, a Estados Unidos. Y a Dios gracias, ellos no consiguieron alcanzar ninguno de sus objetivos. Claro que han sufrido ustedes, que Gaza ha dado muchos mártires, que la propia Gaza quedó en ruinas. Esos son sufrimientos que existen. También nosotros padecemos de verdad por todas esas cosas. Sin embargo, el resultado de todo ello es el triunfo del bien sobre el mal. Ustedes se han convertido en modelo a seguir para todos aquellos cuyos corazones laten por la Resistencia. Dios mediante, continúen ustedes por el mismo camino. En medio de todo eso y con semejantes enemigos frente a sí, fueron ustedes capaces en ese entorno de conseguir tan gran logro para el mundo islámico y, en definitiva, para Palestina. Demos gracias a Dios por esos éxitos. Y quiera Dios que puedan ustedes hacer que sigamos avanzando en el futuro con esta misma fuerza y este mismo poderío» (0
«¡Cuántas veces un grupo reducido ha vencido a un grupo numeroso, con el permiso de Dios!» (Sagrado Corán, 2:249).