«Claro está que nosotros no hemos cerrado la puerta a la cooperación, el diálogo y los encuentros con ningún país del mundo, aparte del régimen sionista y Estados Unidos, y de hecho estamos trabajando, haciendo esfuerzos y actuando, pero, como hemos dicho muchas veces, en modo alguno debe ponerse nuestra confianza en nadie al margen de nuestros propios recursos internos; menos aún en quienes enarbolan la bandera de la enemistad frente a la República Islámica y el sistema islámico, a la cabeza de los cuales, tras EE. UU., están esos mismos países europeos», ha advertido el Líder de la Revolución islámica ante los cargos electos por el pueblo iraní, en relación con la línea a seguir respecto a las negociaciones con otros países.

Esos países europeos, de los que el ayatolá Jameneí ha señalado su número limitado, «expresan abiertamente hostilidad a la República Islámica», sin que pueda advertirse ninguna diferencia esencial entre los motivos de esa animadversión europea y los de la norteamericana, por más que la situación de Estados Unidos sea «especial», ha acotado el Líder.

La diferencia entre unos y otros, ha proseguido el máximo dirigente de Irán en su crítica de la política exterior europea, radica en que la potencia de los países europeos no alcanza el nivel de la estadounidense, razón por la cual ambos difieren en el modo de poner en práctica esa hostilidad compartida: «Actúan como intermediarios, negocian, entran en contacto, hablan largo y tendido, hacen promesas… en vano, ¡todo en vano!», ha censurado.

A este respecto, el Líder de la Revolución ha recordado las visitas europeas a Irán tras aprobarse el acuerdo multinacional sobre el programa de energía nuclear de Irán: «Después de los pactos nucleares, cuando vinieron dentro del país varios presidentes europeos y se reunieron conmigo, yo ya les dije a varios de ellos que esas idas y venidas no tenían utilidad y que, si eran sinceros al decir que querían cooperar con la República Islámica, que actuaran; pero ya vieron ustedes que no lo hicieron», ha indicado.

Sobre el incumplimiento europeo de los compromisos asumidos con el acuerdo nuclear, verificado por los ministros competentes y los firmantes del pacto, Su Eminencia ha destacado la ejecución por los países en cuestión de los embargos secundarios dictados por Washington.

«En el futuro tampoco creo que vayan a hacer nada por la República Islámica. Tenemos que abandonar toda esperanza respecto a ellos. Bien, no pasa nada por mantener relaciones, cooperar y reunirse, y si quieren firmar contratos no hay problema; pero en modo alguno debe confiarse en ellos. En todos sus acuerdos, esta gente ha infringido lo pactado», ha añadido el Líder de la Revolución islámica.