Al ingresar a las instalaciones de la universidad, el Líder de la Revolución Islámica visitó las tumbas de los mártires desconocidos, a quienes rindió homenaje, y oró por las almas de los soldados caídos en la Guerra Impuesta (Irak-Irán, de 1980 a1988), conocida como la «Defensa Sagrada».

Posteriormente, el Líder Supremo revisó las unidades militares que montaban guardia en el campus.

El ayatolá Jameneí también homenajeó a los lisiados de guerra presentes en el campus y se reunió y habló con algunas de las honorables familias de los mártires.

Durante la ceremonia, el Líder de la Revolución Islámica se refirió a los complots enemigos para crear una brecha entre el Sistema Islámico y el pueblo, y exhortó a todos —particularmente a las autoridades— a implementar la vigilancia, constancia, prudencia y solidaridad nacional y a abstenerse de las [maneras] aristocráticas. Su Eminencia enfatizó: «Si los elementos del poder nacional se fortalecen y no se muestra debilidad hacia el enemigo, quienes le desean mal [al país] no lograrán sus objetivos una vez más».

El Líder de la Revolución Islámica citó algunas aleyas del Sagrado Corán y dijo que el requisito previo para frustrar las conspiraciones enemigas es la paciencia y la piedad; y agregó: «La Revolución Islámica tiene raíces profundas y un porvenir [próspero], y para lograr sus elevadas aspiraciones se requiere de paciencia y constancia».

«''Piedad'', significa cuidarse contra el enemigo, y el requisito de esta protección es la vigilancia contra las maquinaciones de los enemigos y no confiar en ellos, además de la prudencia y la sabiduría, y el abstenerse de la negligencia y la laxitud», explicó.

El ayatolá Jameneí enfatizó: «Si todas las personas, incluidos los jóvenes y los funcionarios en el área política, económica, de seguridad y militar, adoptan esta paciencia y piedad, primero Dios, no habrá golpes ni daños».

El Líder de la Revolución Islámica también señaló los elementos del poder del Sistema Islámico y recordó el dominio del Reino Unido y los Estados Unidos sobre Irán a lo largo de 57 años del régimen Pahlavi; y manifestó: «Con el triunfo de la Revolución Islámica, se quitaron los grilletes y las cadenas [que apresaban] las manos y pies de la gente, y se pudo saborear el verdadero gusto de la independencia y la libertad».

Su Eminencia dijo que «la autoconfianza nacional» y «la influencia de la gente en todos los asuntos del país» son otros elementos del poder del Sistema de la República Islámica, y agregó: «Esta confianza en sí misma nacional estuvo acompañada de fe; una fe que, como el alma en el cuerpo del movimiento general del país, provocó una revitalización, la esperanza, el sacrificio y el altruismo en la sociedad y fuimos testigos de muchos ejemplos de esto durante la época de la Defensa Sagrada».

El ayatolá Jameneí dijo que atreverse a actuar es otro fruto de la fe y la autoconfianza nacional, y reiteró: «El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), la [Organización] de la Yihad de Construcción, las Fuerzas Voluntarias (Basiŷ) y los movimientos públicos se formaron en el país con este espíritu y valor, y las Fuerzas Armadas se revitalizaron y se crearon cuerpos de servicio público y desarrollo y orgullosos movimientos científicos».

El Líder de la Revolución Islámica dijo que el verdadero poder dimana desde el interior de la nación y se basa en la independencia y la libertad, y agregó: «Puede que no signifique pagarle a los extranjeros, comprar armas de ellos, almacenarlas y ni siquiera poder usarlas, o venir de otro rincón del mundo y establecer una base en un país y chupar su sangre para proteger el poder de una familia; estos son casos de estupidez y desgracia, no de poder».

Su Eminencia enfatizó que la nación iraní debe hacer un uso oportuno de los elementos del poder mientras los protege y los impulsa, reiterando: «El CGRI es uno de los elementos del poder que debe mejorar diariamente en términos de calidad, y sus amplias capacidades deben ser explotadas».

El Líder de la Revolución Islámica dijo: «Algunos preguntan, “¿Por qué se exagera cuando se describe el poder de la nación iraní?”. En respuesta, debe decirse que esto no es una exageración, sino la verdad absoluta».

«La razón más importante del poder de la nación iraní es que una de las potencias más sanguinarios y despiadadas del mundo, es decir, los Estados Unidos, no escatimó esfuerzos y villanía en los últimos 40 años para contrarrestar a la nación iraní, pero no ha podido hacer nada y, por otro lado, la nación iraní ha crecido y avanzado mucho más», agregó.

Su Eminencia enfatizó que además del enemigo extranjero, los enemigos locales también han estado operando y han estado ocupados incubando conspiraciones a lo largo de estos años, y agregó: «Desde el éxito de la Revolución Islámica, tres corrientes de oposición existieron en el país, a saber, el llamado ''movimiento liberal'' que había puesto sus esperanzas en los Estados Unidos y Occidente; los comunistas armados que rehuían cualquier movimiento; y los ''hipócritas'' (la Organización Muŷahedin-e Jalq) con apariencia islámica —y un hombre de aquí, malvado, impío y sin carácter que incluso se rebajó a confabularse con el infame Saddam [Hussein, el dictador iraquí ejecutado]— que ahora están ocupados ofreciendo espionaje a gobiernos como el de Francia, el Reino Unido y los Estados Unidos».

El Líder de la Revolución Islámica subrayó que las tres corrientes fueron derrotadas y suprimidas por la Revolución Islámica, y agregó: «Por supuesto, también hubo un movimiento burdo y reaccionario, pero ellos (sus seguidores) no son dignos de mención y la nación los dejó atrás».

Su Eminencia dijo que otra razón del poder de la nación iraní es la formación de coaliciones regionales por parte de Estados Unidos contra el Sistema de la República Islámica, y agregó: «Si Estados Unidos hubiera podido lograr sus objetivos por sí solo, no tendría necesidad de forjar coaliciones con países desprestigiados y reaccionarios en la región».

«Debido al poder y al progreso del Sistema de la República Islámica, la animosidad de Estados Unidos ha crecido y, por supuesto, el odio de la nación iraní a los Estados Unidos también ha aumentado cada día más», aseveró.

El Líder de la Revolución también señaló el plan del enemigo en la coyuntura actual, diciendo: «La agenda del enemigo es crear divisiones y distancia entre el Sistema y la gente, y este plan muestra su ignorancia porque no saben que el Sistema de la República Islámica no es menos que el pueblo iraní y estos dos son inseparables».

Su Eminencia hizo hincapié en que la República Islámica de Irán es un Sistema basado en todos y cada uno de sus [diversos] pueblos y su fe, bondad y pasiones. Señalando los fracasos de los esfuerzos de anteriores presidentes de los Estados Unidos para contrarrestar a la República Islámica, el ayatolá Jameneí manifestó: «El objetivo de las recientes presiones económicas es desgastar a la gente; sin embargo, con la voluntad y el poder de Dios, fortaleceremos —a diario— nuestros lazos con la gente y al mantener nuestra cohesión de conquista sobre el enemigo, impulsaremos a los jóvenes creyentes, motivados y practicantes».

Dirigiéndose a la joven y orgullosa generación joven, el ayatolá Jameneí dijo: «El enemigo está en contra de vuestra independencia, honor, progreso y presencia en el ámbito de la ciencia y la diplomacia y el avance del país».

El Líder de la Revolución Islámica enfatizó que el enemigo continuará con su injuria tanto como pueda, y reiteró: «Si el curso de la paciencia y la piedad junto con la vigilancia, la prudencia y la cohesión nacional continúan con fuerza, podéis estar seguros de que los actos malvados [del enemigo] no darán fruto».

Su Eminencia se refirió a la recomendación de algunos de rendirse al enemigo, y agregó: «El precio de la sumisión es mucho más alto que el de la resistencia y la constancia y los beneficios y logros de la resistencia son cientos de veces más que el costo de la sumisión».

Durante la ceremonia, el comandante del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, el general Mohammad Ali Ya’fari se dirigió a la audiencia.