En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso (1).
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Ahora, ¿qué quiere decir «resistencia nacional»? Cuando decimos «literatura de resistencia nacional», ¿qué significa «resistencia nacional»? Hoy se habla del «Frente de la Resistencia»; bien, ¿qué es eso? ¿Frente a qué resiste? Resistencia nacional es resistir ante cualquier presión que el enemigo ejerza en algún aspecto de la vida humana para obligar a una nación a rendirse; lo que entendemos por resistencia es mantenerse firme frente a esa presión: que pueda soportar, que resista, se mantenga en pie, persevere, eche al enemigo a tierra y lo deje fuera de combate.
Esa presión de la que hablamos puede presentarse en cualquier forma; a veces es militar, como nosotros la vimos —los jóvenes no la vieron, ahora ya la han visto; nosotros vimos también la de hace cuarenta años—. ¡Presión militar para obligar a la República Islámica a aceptar una imposición! Esa presión [puede ejercerse] por medios militares, por medios económicos o con alboroto mediático y creación de ambiente. Observen ustedes el espacio virtual, vean las emisoras extranjeras, las declaraciones no ya de reporteros o supuestos periodistas, sino de mandos militares y autoridades políticas del mundo. Todo eso apunta a un mismo objetivo, que es ejercer presión sobre la firmeza y resistencia de los pueblos, a la cabeza de los cuales está el pueblo iraní; hoy es así. De manera que esa presión puede ser presión militar, presión económica —por ejemplo, las sanciones—, presión mediática, presión en el ciberespacio, la creación de redes de espionaje, etc.
El objetivo de esa presión puede ser la expansión territorial, como lo que están haciendo ahora los estadounidenses con algunos países de América Latina; puede ser por recursos subterráneos, como cuando, por ejemplo, ejercen presión para apoderarse de los recursos petroleros de tal o cual país; o puede ser por asuntos culturales o religiosos; o ser presión para cambiar el estilo de vida, lo que se lleva a cabo principalmente a través de medios de comunicación; o lo más fundamental de todo, presión para cambiar la identidad. Cien años hace que los occidentales, que llegaron a Irán a finales de la época de los Qayar, tienen como afán cambiar la identidad de la nación iraní —su identidad religiosa, histórica y cultural—. El primer paso lo dio Reza Jan, que no tuvo éxito; los siguientes actuaron con más astucia política e hicieron algunas cosas, y no tuvieron éxito [tampoco]. Llegó la Revolución Islámica y los barrió a todos; los echó fuera. Presión para cambiar la identidad del pueblo iraní.
De todas maneras, en cualquiera de esos casos, es necesario resistir. Preguntábamos qué quiere decir resistencia: quiere decir capacidad de aguante, perseverancia, firmeza, no rendirse, derrotar al agente de la presión. Eso significa resistencia. Cuando hoy hablamos constantemente de «Frente de la Resistencia», es eso lo que significa. Hubo un día en que era Irán solo; hoy, se ha extendido a países de la región e incluso en algunos casos a países fuera de la región. La resistencia se fue extendiendo gradualmente.
Nuestro pueblo fue, desde el principio de la formación de la República Islámica, con el triunfo de la Revolución Islámica, capaz de resistir; logró mantenerse firme, logró no rendirse ante la presión del enemigo. Ellos hicieron de todo, aunque como esto ya lo hemos dicho mucho y lo hemos repetido, no quiero repetir las cosas que hicieron. Algunas de las cosas que hizo el enemigo contra el pueblo iraní eran tales que, de hacerse contra cualquier otro país, cualquier otra nación, los habría devastado. Pero el pueblo de Irán se mantuvo firme; la República Islámica aguantó con firmeza total, con resistencia total.
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Bien, en resumen, lo que yo quiero decir es lo siguiente; tan solo quiero transmitir una idea, y es que hoy, más allá de enfrentamientos militares —que los ha habido, ustedes los vieron, y además constantemente se habla de la posibilidad [de que se repita], habiendo algunos que incluso avivan adrede ese foco para mantener a la gente ansiosa, para crear inquietud, por más que, Dios mediante, no tendrán éxito—, estamos en el centro de un enfrentamiento propagandístico y mediático. ¿Con quién? Con un frente a gran amplitud. Estamos en una guerra propagandística, y estamos en una guerra espiritual.
El enemigo comprendió que es imposible apoderarse de este país, de esta tierra, de este divino y espiritual territorio por medio de instrumentos de presión y militares; comprendió que, si quiere tomar algún control, cometer alguna injerencia, obtener algún éxito, debe cambiar los corazones; debe cambiar los cerebros y los pensamientos; y se han enfocado en esa línea. Nosotros, por supuesto, nos mantuvimos firmes frente a ellos, pero hoy el peligro es ese, la línea es esa, el objetivo del enemigo es ese. El objetivo del enemigo en nuestro país es difuminar los deslumbrantes efectos de las ideas revolucionarias; su objetivo es hacer gradualmente que la gente no recuerde la Revolución, no recuerde el objetivo de la Revolución, no recuerde las cosas que se hicieron en la Revolución, no recuerde al imam de la Revolución; es para eso que están trabajando, que se están esforzando. Gastan miles de millones; no lo dicen, pero nosotros lo sabemos. Se sirven de escritores, de artistas, de autores de libros, de novelistas, de Hollywood y demás, y emplean medios diversos para cambiar la mente de la juventud iraní. El frente que tenemos operando frente a nosotros en este ámbito es de gran amplitud. Por supuesto, el centro es Estados Unidos, con algunos países alrededor y, en las márgenes, mercenarios, traidores, apátridas y aquellos que se reúnen en Europa y otros lugares para hacerse con un patrimonio; también han adoptado ese método. Frente a todo eso nos encontramos.
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Permítanme decirles que, con la ayuda divina, la República Islámica está avanzando. Carencias hay muchas; se ha hecho mención al polvo en suspensión de Juzestán (2); es una de las más pequeñas. Hay aún muchas más deficiencias en el país, pero el país está avanzando, está progresando. El pueblo iraní honra día a día al Islam, mostrando que Islam significa firmeza, que Islam significa poder, que Islam significa veracidad y pureza de corazón, que Islam significa benevolencia y búsqueda de justicia; todo eso, el pueblo de Irán lo está mostrando de manera gradual. Por supuesto, las grandes transformaciones en un país no se notan a simple vista, porque son graduales, porque son a largo plazo; no son a corto plazo, no ocurren en un instante de modo que uno las vea; ocurren gradualmente. Pero lo que yo quiero decirles es que, con la ayuda divina, la sociedad está avanzando gradualmente. En relación con las cuestiones religiosas, el adolescente actual está mucho más adelantado, salvando los primeros inicios de la Revolución, que en cualquiera de las etapas intermedias, y en adelante lo estará aún más, Dios mediante.
¡Gloria al alma santa de los mártires y al alma santa del Gran Imam, que abrió este camino ante el pueblo de Irán!
Con ustedes sea la paz y la misericordia de Dios.
Notas
(1) Al comienzo del encuentro, un grupo de recitadores de alabanzas de la Ahlul Bayt (la paz sea con ellos) recitó poemas y entonó cánticos de encomio.
(2) Referencia a los versos recitados por uno de los recitadores de alabanzas de Juzestán.