El Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Jameneí, ha ensalzado hoy miércoles la dignidad y derechos de la mujer conforme a la perspectiva del Islam, contraponiendo esa visión a la cultura capitalista occidental, de la que ha denunciado su fomento del libertinaje, la destrucción de la familia y la cosificación de la mujer como mero objeto de disfrute sensual.
«En la creación de la estirpe humana, con sus tantísimos miles de años de historia, los fundadores fueron un hombre y una mujer; es decir, que según el Corán la mujer asumió la mitad del influjo sobre la vida de la humanidad», ha dicho el Líder de la Revolución Islámica para señalar la igualdad de dignidad entre ambos sexos en la creación de la vida humana, en un acto multitudinario celebrado al término de los Días de Fatimiya en la husainiya Imam Jomeiní, con la asistencia de varios miles de mujeres, muchachas y niñas.
En ese sentido, Su Eminencia recordó aleyas coránicas como las que dicen «en verdad, os creamos de varón y hembra» (49:13) y «a quien obre rectamente, sea hombre o mujer, y sea creyente, le haremos vivir una vida buena» (16:97), y recalcó que, en el propósito de la creación definido por Dios, «hombre y mujer son iguales en el planteamiento del Islam, sin diferencia alguna», como refleja el que el efecto de las buenas acciones y la fe sea el mismo en el hombre y la mujer.
Participación social y límites necesarios
El Líder de la Revolución Islámica defendió el activo papel social de la mujer en el Islam: «Desde el punto de vista del Islam, la mujer puede participar activamente en la vida social, en los negocios, en la política, en la mayoría de los cargos gubernamentales y en todos los ámbitos de la vida».
No obstante, Su Eminencia justificó la existencia de «ciertas limitaciones» necesarias, ya que «los deseos sexuales ejercen una atracción muy fuerte y deben ser controlados». Por ello, alertó de que la falta de ese control que regulan los preceptos del Islam provoca «lo que ustedes ya oyen que ocurre hoy en Occidente: pandillas y organizaciones corruptas en Estados Unidos, en Europa y en la mayoría de los países occidentales».
La familia, la justicia y la dignidad como derechos
«Una de las tareas más importantes que realizan hombre y mujer es formar una familia, algo que desafortunadamente se ha olvidado en el planteamiento erróneo de la cultura capitalista y la cultura occidental», lamentó el ayatolá Jameneí, antes de repasar los derechos fundamentales de la mujer conforme al Islam: «El primer derecho que se ha de asegurar para la mujer es la justicia en la conducta social y familiar. Justicia en la sociedad, justicia en el hogar», dijo, y recalcó la responsabilidad del Estado en garantizar los derechos de la mujer, que incluyen «la preservación de su seguridad, su honor y su dignidad».
Para ilustrar el respeto profesado a la mujer en el Islam, el ayatolá Jameneí citó un conocido hadiz, según el cual el Profeta del Islam (la paz sea con él) dijo: «La mujer es una delicada flor, y no una administradora». La mujer «es la directora del hogar, no una encargada de labores», insistió, y criticó las demandas excesivas en el ámbito doméstico: «¿Por qué preguntar “¿por qué no hiciste esto? ¿Por qué no hiciste aquello? ¿Por qué no está limpia la casa”? La mujer es una flor. Una flor debe cuidarse, preservarse, y ella los beneficiará con su color, su fragancia, sus cualidades».
El derecho más importante y primordial que tiene la mujer en el hogar es recibir amor y afecto, añadió en el mismo sentido Su Eminencia, para a continuación subrayar que en los hadices se recoge que los hombres deben decir a sus esposas «te amo».
También como ilustración de la alta consideración de la dignidad de la mujer en el Islam, el Líder de la Revolución Islámica recordó que el Corán establece dos modelos de conducta femeninos, no solo para las mujeres, sino para todos los fieles: «Uno es la esposa de Faraón, y el otro es María, hija de Imrán. Es decir, que para ver si el camino que siguen es correcto o no, todos deben mirar a esas dos mujeres».
La cultura capitalista occidental atenta contra la dignidad de la mujer
Frente a esa visión del Islam, el ayatolá Jameneí criticó «la abyecta lógica del capitalismo» occidental, que según dijo «anula y pisotea la dignidad de la mujer». En la actualidad, refirió, el salario de las mujeres es en muchos países occidentales menor que el de los hombres por el mismo trabajo, lo que calificó de «pura injusticia».
La perspectiva del Islam sobre la mujer, dijo Su Eminencia está en las antípodas de la visión del capitalismo occidental. Mientras que, en el Islam, la mujer tiene independencia e identidad, en la cultura capitalista occidental «no se respeta la dignidad de la mujer, a la que se ve como objeto material» y «mero objeto de disfrute». Y como ejemplo, apuntó a bandas delincuenciales que recientemente han causado revuelo en Estados Unidos.
Uno de los principales pecados de la civilización y cultura capitalista occidental, diagnosticó el Líder de la Revolución Islámica, es la destrucción de la estructura familiar: «La familia entendida como un conjunto unido y cohesionado ya no existe».
«Niños sin padre conocido, reducción de los lazos familiares, destrucción de la familia, bandas que cazan a jóvenes muchachas, promoción del libertinaje sexual… En Occidente, todas esas conductas reprobables son incluso llamadas “libertad”», censuró Su Eminencia, que llegó a ironizar sobre diciendo que, cuando los occidentales quieren propagar esa misma cultura pecaminosa, sostienen que están «liberando».
Finalmente, el ayatolá Jameneí enfatizó que la República Islámica de Irán ha rebatido por la vía de los hechos la idea de que el hiyab sea un obstáculo: «Los occidentales argumentan que, si una mujer lleva hiyab y se impone a sí misma esas restricciones, quedará rezagada en su progreso».
La República Islámica de Irán ha demostrado, insistió, «que una mujer musulmana y comprometida con la vestimenta islámica puede progresar en todos los ámbitos más allá de las demás».