Durante el encuentro, celebrado en ocasión del aniversario del martirio de más de 70 altos funcionarios del gobierno que fueron asesinados el 28 de junio de 1981, el Ayatolá Jamenei criticó los esfuerzos que se hacen por quebrantar la confianza pública en los funcionarios del gobierno, y agregó: «Es un error tratar de socavar la confianza pública a través del cuestionamiento de los esfuerzos y los informes oficiales de nuestros altos funcionarios de los tres poderes del gobierno, y todos los funcionarios del gobierno y los propietarios de los medios de comunicación deben prestar atención a esta cuestión importante.»

Su Eminencia dijo que algunos informes y estadísticas pueden contener errores, sin embargo, enfatizó que «no hay que socavar la confianza de la nación mediante la generalización de estos errores y la generación de dudas.»

El Líder Supremo señaló que la confianza de la gente y la autoridad son los dos principales pilares del Poder Judicial y subrayó: «El Poder Judicial puede aumentar su autoridad mediante la construcción de adecuadas infraestructuras humanas y técnicas».

«La formación de una fuerza laboral competente y digna de confianza, el ser innovador y creativo y la aprobación de leyes apropiadas preparará el camino para que el Poder Judicial incremente su autoridad», agregó.

El Ayatolá Jamenei señaló que ganarse la confianza de la gente es una necesidad para el establecimiento de la justicia, y reiteró: «Transformar la justicia en una corriente amplia y permanente en el Poder Judicial requiere de piedad, imparcialidad en las cuestiones grandes y pequeñas, y la observación de la ley de una manera cuidadosa y sabia. »

Asimismo, su Eminencia se refirió a la cuestión de discutir las acusaciones en los medios de comunicación, y dijo: «Ser acusado no es lo mismo que ser condenado, por lo tanto, siempre que una acusación no se haya demostrado, ni aquellos que están dentro del Poder Judicial, ni los que están fuera, ni aquellos que trabajan para los medios de comunicación, ni absolutamente nadie tiene derecho a hacerla pública ».

El Líder Supremo de la Revolución Islámica criticó la presión ejercida sobre el Poder Judicial para exponer a ciertas personas, y agregó: «No hay necesidad de dicha exposición, y nadie tiene el derecho de deshonrar a un musulmán.»

El Ayatolá Jamenei enfatizó que salvo en algunos casos, las leyes islámicas no permiten la ejecución de castigos públicos o que se divulgue el nombre o identificación del condenado, y agregó: «Incluso cuando alguien ha sido condenado en un tribunal de justicia, es un error hablar de su nombre en los medios porque su familia podría sentirse afectada, presionada y perseguida».