Durante dicho evento, su Eminencia dijo que el creciente poder y la dignidad del pueblo iraní es el resultado de la devoción y lealtad a Dios, y enfatizó: «En 'La Década del Progreso y la Justicia', la nación pionera de Irán continuará su movimiento acelerado hacia un mayor progreso, desarrollo y administración de la justicia. Y a pesar de todo su aparato propagandístico, el frente de la opresión y las potencias arrogantes están en plena decadencia».

El Líder Supremo enfatizó que el pueblo iraní está optimista respecto a su futuro, pues las perspectivas que se vislumbran para la nación son ciertamente esperanzadoras.

Asimismo, el Ayatolá Jamenei exhortó a la juventud iraní a darle continuidad al camino de la nación iraní con el fin de contribuir al perfeccionamiento de la comunidad islámica mundial (Ummah).

Su Eminencia señaló que los abnegados y desinteresados esfuerzos ​​de la joven generación han preparado el camino para alcanzar la cima de la prosperidad, y reiteró: «Por supuesto, ello no significa que no haya dificultades y problemas. Por el contrario, darle continuidad a este camino requiere todavía una mayor determinación y resistencia».

El Líder Supremo de la Revolución Islámica elogió a las Fuerzas Armadas Iraníes por su devoción y lealtad a Dios.

El Ayatolá Jamenei, Comandante General de las Fuerzas Armadas de Irán enfatizó: «Durante la época de la 'Defensa Sagrada', las Fuerzas Armadas adquirieron experiencias atemporales y es necesario que hagan uso de estas».