Bien, aquí hay un punto interesante: aquel suceso, el asalto a la embajada de Estados Unidos ―a la que llamaron “el Nido de Espías” y realmente eso era: era un nido de espías―,  los estadounidenses lo presentan en sus declaraciones, en su propaganda y en sus entrevistas ―en una entrevista conmigo mismo estando de viaje en Nueva York cuando era presidente― como el principio del choque entre la nación iraní y Estados Unidos. Dicen que la causa de que los americanos se alzaran frente al pueblo iraní fue lo que este último hizo en la embajada: «Ustedes atacaron nuestra embajada y con ello se creó entre nosotros una disputa, una pelea, una enemistad», dicen. Pues mienten. La cuestión no es esa. El inicio del choque entre el pueblo de Irán y Estados Unidos fue el Veintiocho de Mordad (1), el 28 de mordad del año 32 (19 de agosto de 1953). Aquel 28 de mordad ocupaba el poder un gobierno del pueblo, de la nación. El gobierno de Mosaddeq era un gobierno del pueblo, de la nación. Su único problema con los occidentales era la cuestión del petróleo. Ni era hoyatoleslam ni lo movía un anhelo de Islam. Era la cuestión del petróleo solamente. El petróleo estaba en manos de los ingleses y él dijo que había de estar en las nuestras. Ese fue su único crimen. Y los americanos montaron un golpe de Estado; un golpe de Estado pasmoso.

A mí me quedan en la memoria algunos recuerdos vagos de aquello. Tenía entonces catorce años. Aquellos catorce o quince años de nuestro tiempo y los de un muchacho de ahora son tan distintos como la noche y el día. Ustedes ahora entienden las cosas con agudeza, las analizan; nosotros en aquel entonces, no. Aun así, en fin, yo he leído la historia del golpe con atención y la conozco al detalle. Los estadounidenses se pusieron a conspirar contra Mosaddeq, pese a la buena opinión que de ellos tenía él, que confiaba en los americanos y hasta les tenía simpatía y pensaba que el gobierno de Estados Unidos lo apoyaría frente a Inglaterra. Pero le dieron una puñalada por la espalda. Enviaron un agente a Irán ―el nombre era Kermit Roosevelt― en coordinación con los ingleses. Con una maleta llena de dólares lo enviaron, fue a la embajada de Inglaterra ―a la de Estados Unidos ni fue― y se coordinó con unos cuantos militares traidores, además de unos cuantos elementos vinculados a Inglaterra. Juntaron maleantes, arrastraron tras de sí a los militares y el día 28 de mordad (19 de agosto) dieron aquel ignominioso golpe de Estado. A Mosaddeq y a su entorno los detuvieron a todos; a algunos después los ejecutaron, a otros los tuvieron en prisión durante muchos años.

El desacuerdo entre el pueblo de Irán y Estados Unidos es desde el Veintiocho de Mordad. ¿Por qué dieron un golpe de Estado y derrocaron un gobierno popular llegado al poder por elección de la nación? Y el petróleo, que ese gobierno había liberado de garras de los ingleses, se lo dieron a un consorcio en el que estaba Inglaterra, estaba Estados Unidos y había varios Estados más. Es decir, que era saltar de la sartén al fuego. Ese es el día que comenzó nuestra disputa con Estados Unidos. De manera que ni siquiera a una persona que los miraba con buenos ojos, a alguien hecho a la europea ―porque Mosaddeq era de usanza europea―, le tuvieron piedad los americanos por sus intereses, que en aquel entonces era en el petróleo donde tenían el interés.

Bien, pues ese fue el principio. Y ahora los políticos de Estados Unidos dicen con una hipocresía y un descaro totales ¡que apoyan al pueblo de Irán! Ya habrán oído que lo dicen las noticias, en internet y en otros lugares: que apoyan al pueblo de Irán, dicen. Pues bien, se trata de una afirmación extremadamente desvergonzada. Yo pregunto a los estadounidenses: en estas cuatro décadas transcurridas desde la Revolución, ¿qué podían ustedes haber hecho contra el pueblo de Irán que no hayan hecho? Cualquier cosa que no hayan hecho es porque no podían, porque no les salía a cuenta. De existir la posibilidad, la habrían hecho, la harían. Si les trajera cuenta y no tuvieran miedo de los jóvenes iraníes, habrían hasta iniciado la guerra directa, como en Irak. Pero les dio miedo.

Todo lo que podían lo han hecho. Al comienzo de la Revolución, apoyaron a los grupos separatistas. Apoyaron el golpe de Estado de la base Mártir Noyé de Hamadán (2). Apoyaron y dieron respaldo al terrorismo ciego de los hipócritas munafiqines (3), que dieron el martirio a varios millares de personas en las calles del país. Apoyaron de todas las maneras posibles al salvaje de Saddam durante ocho años de guerra. Le dieron armas, le dieron información de inteligencia, lo ayudaron, obligaron a los árabes a darle dinero. Hay información ―no es que yo esté del todo seguro, pero al parecer es información fiable― según la cual incluso el inicio de la guerra se produjo por incitación de los americanos, fueron ellos quienes forzaron a Saddam a empezar la Guerra Impuesta. Derribaron un avión de pasajeros nuestro en los cielos del golfo Pérsico, matando a cerca de trescientas personas que iban dentro del aparato, y ni siquiera manifestaron consternación. Al general criminal (4) que disparó a aquel avión lo premiaron, le dieron una medalla. Esas cosas han hecho al pueblo de Irán.

Impusieron embargos y boicots al pueblo de Irán desde el comienzo de la Revolución. Más recientemente, en estos últimos años, impusieron contra Irán las sanciones más draconianas ¡de las que ellos mismos han dicho que ninguna nación ha sufrido un bloqueo semejante en toda la historia! En la sedición de 2009, apoyaron explícitamente a los sediciosos. Antes de aquello, Obama (5) me había escrito una carta para decirme que colaboráramos, que ellos eran nuestros amigos y, según entendí yo, a jurar por esto y lo otro que ellos no tenían intención de derrocarnos. Sin embargo, en cuanto comenzó la sedición del 2009, se pusieron a apoyarla con la esperanza de que acaso tuviera éxito, pusiera al pueblo de Irán de rodillas y acabase con la República Islámica. Así es como actuaron con el pueblo de Irán.

Ustedes, estadounidenses, proclamaron abiertamente que habían matado a nuestro intrépido general, al mártir Soleimaní. Lo mataron y se jactaron de ello. Dijeron que habían dado la orden. El mártir Soleimaní no era solo héroe nacional, era un héroe para la región. No es ahora el momento de que yo cuente qué papel tuvo el mártir Soleimaní en la resolución de los problemas de varios países de la región, ¡qué inmenso e incomparable papel! Ustedes dieron el martirio a un gran hombre y a sus acompañantes; el mártir Abu Mahdi al-Muhandis y los demás. Ustedes apoyaron a los asesinos de nuestros científicos nucleares. Agentes de los sionistas dieron el martirio a científicos nuestros, uno detrás de otro, y ustedes los apoyaron. No solo no lo condenaron, sino que lo apoyaron.

Han retenido miles de millones de dólares de la propiedad de esta nación en distintos países; dinero con el que, de estar a disposición de un gobierno volcado en servir como el actual, se podrían hacer muchas cosas positivas. Pero esa gente lo bloqueó y lo retuvo, además de la suma que retuvieron en el propio Estados Unidos ya desde el inicio de la Revolución (6). En la mayoría de los sucesos contrarios a Irán es visible la huella norteamericana. ¡Y luego dicen compadecerse del pueblo iraní! Ayer otra vez dijeron lo mismo de nuevo, que ellos se solidarizan con el pueblo de Irán. Mentira absoluta. Con cinismo total. Eso sí, han hostigado todo lo que han podido, pero mal que les pese el pueblo de Irán ha neutralizado muchas de esas hostilidades. Algunos de esos acontecimientos siguen estando presentes para nosotros, no los hemos olvidado. Jamás olvidaremos el martirio del mártir Soleimaní. Eso, que lo sepan. Dijimos algo al respecto y lo mantenemos (7). A su debido momento y en el lugar apropiado, Dios mediante se llevará a cabo.

En fin, el Estados Unidos de hoy es el mismo Estados Unidos de ayer. El Estados Unidos actual es el mismo Estados Unidos de agosto de 1953, el mismo Estados Unidos que ayudaba a Saddam, el mismo Estados Unidos de todos estos años pasados, con un par de diferencias importantes. Hay un par de diferencias a las que debemos prestar atención: una es que los métodos de antagonismo se han vuelto más complejos. A eso tenemos que prestarle atención. La hostilidad es la misma, pero la manera de ejercer esa hostilidad ha variado, se ha vuelto compleja y desentrañarla no es tan fácil; hay que ser minuciosos, hay que ser sagaces. Por supuesto, confío en nuestros muchachos, en nuestros jóvenes, en nuestros encargados, y sé que son capaces de hacerlo, aunque a fin de cuentas es compleja. Esa es una diferencia.

La segunda es que en aquel entonces, el 19 de agosto del 53 y en esos días e incluso hasta comienzos de la Revolución, Estados Unidos era potencia dominante en el mundo; hoy, no lo es. Esa es una diferencia importante. Hoy, Estados Unidos no es potencia dominante en el mundo. Muchos analistas políticos del mundo piensan que Estados Unidos está en declive, que poco a poco se está desmoronando. No es que lo digamos nosotros, aunque nuestra convicción es también esa, sino que lo están diciendo también los analistas políticos del mundo. Los signos son evidentes: los problemas internos de Estados Unidos carecen de precedentes, tanto sus problemas económicos, como sus problemas sociales y sus problemas morales dentro de su territorio; sus divergencias, su cruenta división, sus errores de cálculo en los asuntos mundiales.

Esa gente atacó Afganistán hace unos veinte años ―por aquel entonces estaban en el poder los talibanes―. Invadieron para erradicar a los talibanes, hicieron gastos, cometieron crímenes, sufrieron bajas, ¡y cuánto mataron! Se quedaron veinte años en Afganistán y, después de veinte años, ¡entregaron el país a los talibanes y se fueron! ¿Eso qué es? ¡Pues un error de cálculo! Se ve que las calculadoras y dispositivos de evaluación de Estados Unidos no son ya aparatos metódicos, estructurados y precisos. Entienden mal los asuntos. Entienden mal y, sobre la base de ese mal entendimiento, actúan también mal. También invadieron Irak y fracasaron. Cuando ustedes ven hoy como en Irak hay elecciones y sale un iraquí, eso no es lo que tenían en mente los estadounidenses. Cuando Saddam ya no estuvo ahí, los americanos pusieron a un militar a la cabeza del país. Luego vieron que con un militar no podían, lo quitaron y pusieron un civil ―el señor Bremer― al mando de Irak. En otras palabras, ¡que para la administración de Irak vieron necesario un gobierno que no sea religioso ni iraquí, que sea estadounidense!

Cuando decía que tenía cosas que referir sobre lo ocurrido con Hach Qasem Soleimaní, una de ellas es sobre este asunto, pero no es el momento. La intención de ellos era esa. Su intención no era abandonar Irak. Luego intentaron aupar al poder a sus propios individuos y fracasaron por completo. Fracasaron en Irak, fracasaron en Siria y fracasaron en Líbano. Este contrato reciente de los libaneses con el gobierno usurpador sobre la cuestión de las fronteras marítimas, los yacimientos de gas, etc., para Estados Unidos fue un fracaso. Porque los americanos se entrometieron y fijaron una línea; que tenía que ser de tal y de cual manera, y Hezbolá desbarató todo aquello. Es un fracaso de Estados Unidos. En fin, salta a la vista que sus cálculos son erróneos.

Una de las cosas que a mi juicio ―en fin, esto lo digo yo y parece que lo han dicho también otros en el mundo― son signo de la decadencia de Estados Unidos es que lleguen al poder personas como el presidente actual (11) o el anterior (12). Un país de trescientos o trescientos y pico millones de personas, se matan y ponen en el poder un presidente como Trump, a quien el mundo entero vio como un loco. Cuando cae, llega uno como este, ¡que ya ustedes están al tanto de sus cosas! (13) Eso apunta a la decadencia de una nación; apunta a la decadencia de una civilización.

Eso, en lo referente a Estados Unidos. Muchas otras potencias occidentales están como los norteamericanos en estos aspectos. No quiero ahora dar nombres, pero algunas otras potencias occidentales están como Estados Unidos en ese terreno. En sus medios de comunicación instruyen en el vandalismo, enseñan a causar tumultos, enseñan a fabricar cócteles molotov y bombas artesanales. ¿Qué muestra eso? La cuestión no es que con esas cosas estén cometiendo un crimen. Sí, claro, eso es criminal, pero es que es una degeneración, una ruindad; es que muestra el nivel de degeneración moral del gobierno y el Estado cuya radio actúa así.

Y también en estos tumultos habidos estas semanas en nuestro país ha tenido un papel claro Estados Unidos. El comunicado emitido por el Ministerio de Inteligencia y la Organización de Inteligencia del CGRI es importante. Es largo y algunos no tienen paciencia para leer. Los datos y la información, yo ya los tenía. Se trata de información importantísima, hay mucho escrito al respecto, y luego los descubrimientos de nuestros sistemas de inteligencia sobre la cuestión son de gran valor. Se sentaron a maquinar y diseñaron planes para Teherán, para las ciudades grandes y para las pequeñas. Ahora, en apariencia, lo que ocurre viene a ser que han salido a la palestra un puñado de jóvenes o adolescentes. Claro, esos jóvenes y adolescentes son nuestros propios hijos; con ellos no hay pelea. Lo que hay es excitación, sentimientos, cierto nivel de inadvertencia en la comprensión de las cosas que se presentan de esta manera. No, la cuestión son los que están dirigiendo los acontecimientos. Eso es gente que ha entrado en escena con un plan.

Esto que me permito decirles deben tenerlo todos en cuenta: los otros tienen un plan. Lo deben tener presente los responsables ―que, afortunadamente, los de nuestra Inteligencia están atentos; ahora, nuestros responsables políticos, económicos y de distintos tipos han de saber que la parte contraria ha entrado en escena siguiendo un plan―, lo debe tener presente el común de la gente y han de saberlo también ustedes los jóvenes. Estos han entrado en escena conforme a un plan. Y el plan consiste en tratar de hacer que el pueblo de Irán los ayude, en hacer que el pueblo de Irán tenga las mismas convicciones que los dirigentes de Inglaterra, Estados Unidos y similares. Ese es el plan, eso es lo que buscan. Por supuesto, el pueblo de Irán les calló la boca y seguirá en adelante callándosela también.

Aquellos que lo tramaron y entraron en escena con una intención, con un plan, a sabiendas ―eso para nosotros es muy importante― tenían relación con servicios extranjeros y cometieron un crimen. Vean ustedes el suceso de Shah Cheragh, en Shiraz, el gran crimen que fue. ¿Qué pecado había cometido ese niño de segundo curso (14), el de sexto (15) o el de décimo (16)? ¿Por qué han cargado sobre los hombros de esa criatura de seis años que ha perdido a sus padres y a su hermano semejante montaña aplastante de dolor? ¿Por qué? ¿Qué ha de hacer este niño con esa inmensa, insoportable pena? Todo eso es criminal. Se trata de crímenes gravísimos. Ese joven estudiante de ciencias religiosas ―el joven estudiante de religión que alcanzó el martirio en Teherán, el querido Armán (18)―, ¿qué pecado había cometido? Un joven estudiante de ciencias religiosas, que de universitario pasó a las escuelas de estudios islámicos; religioso, fiel, devoto, hezbolahí… Que lo torturaran y lo atormentaran hasta matarlo y tirasen tu cadáver en la calle, ¿acaso son actos nimios? ¿Qué gente es esa? Hay que pensar. ¿Quiénes son esos? En fin, esos no son nuestros hijos, no son nuestros jóvenes. ¿Quiénes son? ¿De dónde reciben órdenes? ¿Por qué esos que dicen defender los derechos humanos no lo han condenado? ¿Por qué no condenaron lo sucedido en Shiraz? ¿Por qué repiten una y mil veces en sus plataformas virtuales de información algo contrario a la verdad, un suceso falso, pero prohíben nombrar a Armán en internet? ¿Por qué? ¿Y esos son partidarios de los derechos humanos? Pues así son. Hay que conocerlos. Conózcanlos ustedes. Por supuesto, nosotros no los vamos a dejar tranquilos. La República Islámica ajustará ciertamente las cuentas a esos criminales. Quienquiera que se demuestre que ha cooperado en estos crímenes y tenido parte en ellos será castigado, Dios mediante. Sin titubeos.

Esto es algo que espero de ustedes, queridos jóvenes, así como de todos los jóvenes que oirán después estas palabras, pero espero algo más igualmente. Miren, en el discurso anterior o los dos últimos discursos dije que existen signos numerosos de que el actual orden mundial está cambiando (20) y va a instaurarse sobre el mundo un orden nuevo. ¿Qué papel tenemos nosotros los iraníes en ese nuevo orden y cuál es nuestra posición en él? Esa es una pregunta importante. ¿Y cuál es ese orden nuevo del que les digo que se transformará en él el orden actual? Pues no puede decirse exactamente; no puede decirse con precisión si será un orden de tal o cual forma, pero sí pueden esbozarse algunos rasgos. Hay ciertos rasgos fundamentales que se darán con seguridad en ese nuevo orden. El primer rasgo fundamental es el aislamiento de Estados Unidos. En el nuevo orden mundial, Estados Unidos quedará aislado, en contra de lo que hace diez o veinte años dijo Bush padre de que Estados Unidos era en la actualidad la única potencia dominante del mundo. Después de la invasión de Kuwait por Irak y de que los estadounidenses interviniesen y descompusieran el ataque de los iraquíes, él dijo con un orgullo absoluto, resumidamente, que era Estados Unidos quien decidía ahora todo en el mundo. En el nuevo orden del que yo hablo, no, Estados Unidos ya no tiene una posición importante y está aislado (21). Sí, así será, habrá «muerte para Estados Unidos». Por cierto, según algunos, cuando se dice «muerte a Estados Unidos», los estadounidenses se vuelven hostiles hacia nosotros. Yo digo que no; aquel día en que los americanos comenzaron las hostilidades, es decir, el Veintiocho de Mordad, nadie en Irán decía «muerte a Estados Unidos», y aun así ellos dieron su golpe. El golpe no surge del «muerte a Estados Unidos». Y una vez que dieron el golpe, el 16 de azar de aquel mismo año (22) los estudiantes dijeron «muerte a Estados Unidos» en la Universidad de Teherán. El «muerte a Estados Unidos» conmemora el Dieciséis de Azar. Fue a partir de entonces que se dijo «muerte a Estados Unidos». Los americanos habían golpeado antes.

Así que, en primer lugar, Estados Unidos se ve obligado a quitarse de en medio a nivel mundial.  Ahora los estadounidenses tienen bases en muchas zonas del mundo. Bases militares con contingentes numerosos en nuestra región, en Europa, en Asia, y el dinero hacen que lo ponga el pobre país donde está la base. Es ese país el que tiene que sufragar los costes, mientras que los estadounidenses disfrutan y dominan. Eso ya se acaba. Se pondrá fin a la presencia de Estados Unidos por el mundo entero. Ese es el primer rasgo fundamental de los que caracterizan básicamente el nuevo orden futuro del mundo.

El segundo rasgo fundamental: transferencia de poder político, económico, cultural e incluso científico, de Occidente a Asia. Actualmente, las potencias occidentales disponen de poder tanto político, como científico, cultural y económico. Es decir, que tienen muchas cosas o, para hablar con mayor precisión, las tenían y lentamente las están perdiendo. Pero, en todo caso, las tuvieron durante años. Los occidentales actuaron de esa manera durante dos o tres siglos. En este nuevo orden, esa situación pasará de Occidente a Asia. Será Asia quien se convierta en centro del conocimiento, la economía, el poder político y el poder militar. Nosotros estamos en Asia. Y ese era el segundo punto.

El tercer punto o tercer rasgo fundamental: se expandirán la idea de resistencia y el Frente de la Resistencia frente a la coacción, cuyo originador es la República Islámica. Porque los europeos, desde que se produjo la Revolución Industrial, quedaron adelantados y comenzaron el colonialismo, acostumbraron a la gente del mundo, a los países del mundo, a que existan en el mundo, como dos partes opuestas incuestionables, la aceptación de la dominación y el intento de dominar. Es decir, que el mundo se divida en Estados dominadores y potencias, Estados y países dominables. Eso es lo que ha habido, manteniéndose ese sistema de dominación durante varios siglos. Todos consentían que hubiera que aceptar la dominación de las potencias occidentales e incluso aceptar su cultura y sus denominaciones.

Miren, voy a decir esto aquí ―ya lo dije en otra ocasión (24)―. A nuestra región la llaman Oriente Medio. ¿Qué significa «Oriente Medio»? Que la parte principal y central del mundo es Europa. Igual que en la historia del mulá Nasrudín, cuando le preguntaron dónde estaba el centro del mundo y dijo que estaba donde el clavo del cobertizo de su burro… «¡Ahí está el centro del mundo!». Cualquier región que esté lejos de Europa la llaman «Lejano Oriente», por ser lejano respecto de Europa; cualquiera que esté próxima, como algunos países del norte de África, es el Próximo Oriente, y cualquiera que esté en medio es el Oriente Medio. Es decir, que el criterio, principio y fundamento de la denominación de los países es Europa. ¡Tal derecho se daban a sí mismos los occidentales! Es por eso que un servidor insiste en que no digamos «Oriente Medio»; digamos «Oeste de Asia». Es el oeste de Asia, pues. ¿Por qué decimos «Oriente Medio»? Es ese espíritu de resistencia frente a la imposición y el ansia de poder y dominación de las potencias dominadoras lo que creó la República Islámica. El primero en el mundo que dijo «ni orientales ni occidentales» fue nuestro insigne imam Jomeiní. Ni orientales ni occidentales. En aquel tiempo, el poder del mundo estaba dividido entre Estados Unidos y la Unión Soviética, y él dijo «ni unos ni otros». Todos los países del mundo estaban obligados a vincularse a estos o a los otros; creían no tener más remedio, pero él dijo que «ni los unos ni los otros». Aquel espíritu, aquella lógica, aquella idea se han consolidado y se han difundido con fuerza. Hoy en nuestra región hay muchos que se consideran vinculados al Frente de la Resistencia, gente de resistir, que cree en la resistencia y resiste y obtiene además resultados en muchos casos, como el que han obtenido ahora los libaneses gracias a Hezbolá en la cuestión de las líneas de división del gas. He señalado tres rasgos fundamentales: aislamiento de Estados Unidos, transferencia de poder a Asia y ampliación del Frente de la Resistencia y el discurso de la resistencia. Por supuesto, se pueden decir más cosas y yo las tengo también en mente, pero los puntos más fundamentales son esos.

Ahora, ¿cuál es el papel de Irán en ese nuevo mundo? ¿Irán qué situación tendrá? ¿Cuál será la posición de nuestro querido país? Es en eso en lo que tienen ustedes que pensar. Es eso para lo que deben ustedes prepararse. Es eso lo que puede hacer un joven iraní. Nosotros podemos tener una posición destacada en ese orden nuevo. Podemos. ¿Y por qué? Porque nuestro país posee características sobresalientes que muchos otros países no tienen. Lo primero, sus recursos humanos. Nosotros disponemos de recursos humanos excelentes. La inteligencia y el talento del joven iraní está por encima de la media mundial. Está eso. Nosotros tenemos hoy ante nuestros ojos las bendiciones de la inteligencia y el talento de la juventud nacida en las décadas de 1980 y 1990. Los jóvenes, las personas que están innovando hoy en día en diversos campos de la ciencia y la tecnología, en distintos sectores científicos, colocando al país en los primeros cuatro o primeros puestos a nivel mundial en algunos ámbitos, son los nacidos en los años 1980, 1990, etc. Han dado fruto hoy y, si Dios quiere, el pueblo iraní verá también en el futuro las bendiciones de los nacidos en la década de 2000 ―que son la mayoría de ustedes― y 2010. Bien, claro que habrá estorbos y que hay problemas que lo pueden obstaculizar, pero, en definitiva, nuestra primera ventaja es la de los recursos humanos.

La segunda ventaja son las fuerzas de la naturaleza ―la naturaleza del país―. Tenemos en el país recursos de una diversidad como se da poco en el mundo. Yo dije una vez aquí, en un discurso en esta misma husainiya (25) ―ahora no recuerdo los datos, entonces los había estudiado y me acordaba―, que en lo referente a ese puñado de metales fundamentales que son necesarios para la industria, nosotros, que formamos un uno por ciento de la población del mundo, tenemos en nuestro país el cuatro o cinco por cien de esos metales que existe en el planeta. En otras palabras, nuestros recursos naturales son más abundantes de lo que correspondería al tamaño de nuestro pueblo. He dicho los metales; pues con las plantas sucede lo mismo, lo mismo con las plantas medicinales y lo mismo con las minas. En ese sentido, somos muy ricos. ¡Cuánto he insistido yo en las minas a los distintos gobiernos! Lamentablemente no se ocuparon mucho de ello; muchos gobiernos no me escucharon. Espero, Dios mediante, que este gobierno sí lo haga. He oído que están haciendo labores positivas en la minería. De manera que ese es otro punto fundamental.

Por tanto, el nuestro es un país aventajado tanto desde el punto de vista de los recursos humanos como de los naturales y de la posición geográfica. Somos la encrucijada de las comunicaciones entre este, oeste, norte y sur. Miren ustedes el mapa, pongan el mapamundi y obsérvenlo. Estamos en un punto crítico. Pueden pasar por nosotros el este y el oeste, y pueden pasar también el norte y el sur. Podemos ser un avanzado y excelente punto de tránsito mundial. Ahora, eso precisa líneas de ferrocarril, líneas ferroviarias. Con carreteras no se puede, y yo he insistido repetidamente a los distintos gobiernos sobre el ferrocarril (26) ―es un lamento que tengo que expresar ante ustedes los jóvenes―. Por desgracia, ha habido negligencia. En fin, en los primeros tiempos posteriores al fallecimiento del imam Jomeiní, sí, se hicieron en cierta medida buenas obras para el ferrocarril; después ya no se ha trabajado bien y ahora, si Dios quiere, se están llevando a cabo buenas labores. En este terreno del transporte y los desplazamientos deberíamos ser capaces, Dios mediante, de encontrar nuestro lugar.

Más importante que esas cuantas ventajas es nuestro discurso de gobierno y civilización, que no es otro que el de la República Islámica. Nosotros unimos lo republicano con lo islámico; unimos la presencia de la gente, el voto y la opinión de la gente con el conocimiento divino. Unir esos dos elementos no es tarea fácil, pero nosotros con la ayuda divina lo hicimos. Por supuesto, hay fallos. Yo nunca afirmo que no haya defectos en esos ámbitos. No, los hay, pero la idea, el discurso, es un discurso nuevo en el mundo. Bien, pues hasta aquí lo referente a esas cuestiones.

Lo último que les digo, queridos jóvenes: miren, todo lo que hacemos ustedes y nosotros, todos, nuestras palabras y nuestros movimientos, envían un mensaje al exterior del país. Tengamos cuidado de ver qué mensaje estamos enviando. Un mensaje no necesita lengua. A veces, hay un mensaje en la manera que tiene uno de sentarse; a veces, constituye un mensaje reunirse en un lugar; a veces, el mensaje está en el eslogan que ustedes cantan. Tengan cuidado de ese mensaje que envían al mundo. Yo digo que lo más importante que debe trasladarse al frente enemigo desde el pueblo de Irán y desde su juventud es el poder de resistencia de la nación iraní. El pueblo de Irán y sus jóvenes deben hacer entender al mundo con sus actos, con sus movimientos, con sus divisas y con su actuación ―y por supuesto, el enemigo también lo entenderá― que la nación iraní tiene el poder de resistir y la sólida determinación de mantenerse firme frente a la intimidación. Eso, claro está, es deber del común de la gente. A los gobernantes les incumben deberes de mayor peso; en este terreno, los gobernantes tienen muchos deberes. Las negligencias del pasado no deben repetirse. Algunos organismos gubernamentales tienen el gravísimo deber de mantenerse activos en este terreno, como el Ministerio de Enseñanza, el de Ciencias, el de Sanidad, el de Orientación y los ministerios relacionados con la producción: el Ministerio de Industrias, el Ministerio de Agricultura; igualmente, los ministerios relacionados con esta misma cuestión del transporte ―se trata de organismos importantes― o el departamento científico que pone en contacto a los individuos de élite con la Fundación de la Élite. Se trata de tareas arduas que tienen y deben realizarse.

¡Queridos míos! Estén seguros de que, si yo cumplo mi deber, si ustedes cumplen su deber, si los distintos organismos cumplen sus deberes, si cada uno, allá donde estemos y donde nos mantenemos firmes, identificamos nuestro deber y lo cumplimos, se resolverán todos los problemas del país y este alcanzará su sueño final.

Notas

(1) 28 de mordad de 1332, fecha en el calendario hegiriano solar persa (usual en Irán) del golpe de Estado del 19 de agosto de 1953 que derrocó al entonces primer ministro de Irán, Mohammad Mosaddeq, y que fue orquestado por Estados Unidos y el Reino Unido.

(2) Varios oficiales del ejército del régimen imperial que habían conformado un grupo llamado Neqab («máscara») tramaron dar un golpe de Estado en julio de 1980 con el objetivo de destruir la naciente República Islámica y hacer regresar a Shapur Bajtiar. Debido a que el golpe de Estado tenía su centro de dirección en la base Mártir Noyé de Hamadán, se conoce como «golpe de Noyé». El objetivo principal era bombardear la residencia del imam Jomeiní en Teherán y hacer que el imam alcanzara el martirio. Otros objetivos que los golpistas querían atacar después eran la torre de control del aeropuerto de Teherán (Mehrabad), la oficina del primer ministro, el cuartel central del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, la sede central de los Comités de la Revolución y varios sitios más. El golpe de Estado, que debía comenzar el 9 de julio, fue derrotado en su mismo comienzo al ser identificadas y detenidas las personas que tenían vínculo con la trama.

(3) Referencia a la banda terrorista «Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán» (conocida por las siglas inglesas MEK o MKO). Al menos 12.000 iraníes hallaron la muerte a manos de la banda en los primeros años posteriores al triunfo de la Revolución Islámica de Irán.

(4) El 3 de julio de 1988, por orden de William Rogers, capitán del buque de guerra estadounidense Vincennes, un avión de pasajeros de Iran Air que volaba de Bandar Abbás a Dubái recibió el impacto de dos misiles cuando sobrevolaba el golfo Pérsico, con lo que alcanzaron el martirio las 290 personas que iban a bordo, incluidos los pasajeros y la tripulación.

(5) Barak Obama, antiguo presidente de los Estados Unidos de América.

(6) Después de la toma del Nido de Espías que era la antigua embajada estadounidense en Teherán, para ejercer presión sobre la República Islámica, el gobierno estadounidense comenzó el cerco económico de Irán. Jimmy Carter, entonces presidente de los Estados Unidos, emitió una circular con la que, además de detener la compra de petróleo de Irán, bloqueaba las cuentas con fondos en depósito y el oro de Irán que había en los bancos estadounidenses.

(7) Su eminencia el ayatolá Jameneí dijo en un mensaje emitido con ocasión del martirio del mártir Soleimaní y de los mártires que lo acompañaban: «Una venganza implacable espera a los criminales que anoche mancharon sus viles manos con la sangre de él y de los demás mártires del suceso».

(8) Paul Bremer, antiguo gobernador estadounidense de Irak.

(11) Joe Biden.

(12) Donald Trump.

(13) Risas entre el público.

(14) Alí Asgar Lorí Güiní.

(15) Arsham Saraydarán.

(16) Mohammad Reza Keshavarz.

(17) Artín Saraidarán.

(18) Armán Aliverdí.

(20) Discurso en el encuentro del 14 de octubre de 2022 con altos funcionarios de la República Islámica y participantes extranjeros en la Conferencia para la Unidad Islámica.

(21) Gritos de «¡muerte a Estados Unidos!» entre los asistentes.

(22) Fecha del calendario hegiriano solar usual en Irán coincidente con el 7 de diciembre de 1953, cuando se produjo la muerte de tres estudiantes de la Universidad de Teherán descontentos con el encuentro con el shah de Richard Nixon, entonces presidente de Estados Unidos, que habían iniciado una concentración de protesta.

(24) Entre otros, en el discurso del encuentro del 19 de octubre de 2016 con un grupo de estudiantes universitarios, grandes talentos científicos del país y directivos de empresas basadas en el conocimiento.

(25) Cabe mencionar como ejemplo el discurso del encuentro con responsables y encargados de la República Islámica del 23 de mayo de 2018.

(26) Por ejemplo, al anunciar el 10 de marzo de 2001 las directrices generales para la República Islámica, en el discurso del 17 de octubre de 2012 en un encuentro en la provincia de Jorasán Septentrional con miembros del gabinete de gobierno o en el discurso del 23 de junio de 2015 ante responsables y encargados de la República Islámica.