«Algunas de grandes figuras se figuraban que esa libertad en las relaciones entre hombre y mujer en Occidente   haría que quedaran saciados los apetitos de los hombres y no se cometiesen ya violaciones sexuales: las violaciones que tenían lugar ocasionalmente y de manera marginal, una vez que se calmaran los apetitos masculinos, ya no se producirían. ¡Eso pensaban! Ahora, miren ustedes y vean si se han saciado esos apetitos ¡o si las ansias se han multiplicado por cien, con esas violaciones que se perpetran! Constantemente lo están diciendo: en el ámbito laboral, en la calle, incluso en organizaciones férreas y ordenadas como el ejército —donde están también las mujeres— se cometen violaciones. La violación es distinta de la fornicación acordada, que queda para otro momento: además de eso, se cometen también violaciones por la fuerza. Es decir, no solo no se han saciado los apetitos, sino que las ansias y la lujuria se han multiplicado por cien entre los hombres» (04/01/2023).