Periodista (1): Buenos días, le deseo que se encuentre bien. Junto al empeño extraordinario que pone en los asuntos económicos, Su Excelencia procede ahora, como en ediciones anteriores, a honrar con su presencia de manera palpable y significativa la Trigésimo Cuarta Feria del Libro de Teherán. Si es posible, háblenos del lugar que el libro ocupa en nuestra cultura y de la manera en que ayuda a elevarla.
En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso. En primer lugar, estoy muy feliz de tener la suerte de participar este año en esta feria. Esta exposición, la Feria del Libro que se celebra cada año, es una inmensa reunión popular cuyo aspecto principal es el de la cultura, y esto es algo muy gratificante. Esta feria es realmente entusiasmante. Lo que he visto este año aquí ha sido muy satisfactorio. Lo primero, gran cantidad de gente: tanto por lo que se veía como por los datos que me han dado, el número de gente que ha venido en estos días ha sido elevado. Ha estado muy bien: y la cantidad de libros que se han vendido ha sido muy buena. Luego, habiendo visto yo de cerca varios puestos, la impresión que uno tiene es que la edición de libros va progresando, pese a algunas circunstancias desfavorables.
Esas circunstancias desfavorables a las que me refiero son fundamentalmente la carestía del papel y, en ocasiones, su mala calidad. Sobre esto, el señor ministro (2) me ha informado hoy de que se han comenzado tareas positivas en materia de producción de papel de buena calidad. Por otra parte, yo hace ya varios años que insistí en esta cuestión (3), pero no se esforzaron en darle seguimiento. En fin, gracias a Dios han comenzado a hacerlo. Espero que esto ayude a romper estos altos precios de los libros, porque comprar libros con estos precios es realmente costoso; y que, al abaratarse el papel y llegar papel nacional de buena calidad, mejore esta situación.
De todas maneras, se trata circunstancias desfavorables, pero aun así uno ve que el número de títulos publicados ha crecido mucho. Por poner un ejemplo, en el año 1401 (4), el número de libros impresos fue superior a la suma de varios años de antes de la Revolución. Eso es muy importante. A pesar de existir tantos problemas de tipo económico y demás, el número de títulos publicados ha aumentado. Es cierto que las tiradas de impresión no son muy elevadas; son relativamente bajas y, en algunos casos, son reducidas, pero el número de impresiones es alto. Algunos libros se imprimen diez, veinte o treinta veces. Justo ahora, aquí mismo, me han hablado de un libro que se ha imprimido unas doscientas veces. En definitiva, si la tirada es de mil ejemplares cada vez, por ejemplo, la suma resultante es considerable y positiva. De manera que resulta gratificante.
El libro es un asunto importante. La cultura y la producción cultural del país tienen una necesidad perenne de libros. Por más que hoy hayan surgido muchos otros medios —internet y similares—, el libro mantiene su posición de gran prominencia e importancia. Para todas las actividades artísticas, periodísticas y culturales —como el teatro, el cine o incluso la pintura y los trabajos audiovisuales—, se requieren libros. Es capaz de producir una obra artística buena o un buen trabajo periodístico aquel que maneja libros. Por eso, aunque yo aconsejo la lectura a todo el mundo y siempre la he aconsejado —en especial a los jóvenes—, hoy quiero recalcar que de manera especial quienes trabajan en la programación televisiva, radiofónica o de prensa, quienes trabajan en el arte, artes escénicas o artes audiovisuales en la forma que sea, etc., necesitan leer muchos libros. Y a día de hoy, gracias a Dios, tenemos libros escritos dentro del país sobre todas las materias. Esa es una cuestión.
Otra cuestión es la de la traducción. En un pasado lejano, en la época de mi juventud, los libros eran sobre todo traducidos: la mayoría eran traducciones de libros europeos que se publicaban aquí. Ahora, uno tiene la impresión de que los libros escritos dentro del país son muchísimos y constituyen una gran parte de los libros del país. Eso debe traducirse. Por supuesto, yo no tengo objeción alguna en absoluto a la traducción de obras extranjeras —claro está, siendo obras buenas, de buena orientación, que no sean engañosas—, pero por otro lado debe insistirse sin duda en la traducción de libros nacionales a lenguas extranjeras y, hasta donde sea posible, que la lengua de traducción —aquella a la que queremos traducir— sea la lengua materna del traductor. Si queremos, por ejemplo, traducir un libro en persa al árabe, que lo traduzca un árabe de verdad cuya lengua materna sea el árabe. Lo mismo, con el inglés y con las demás lenguas.
Otro tema en el que hago hincapié son los libros infantiles y para la adolescencia. Afortunadamente, he visto muchos puestos en los que se ha trabajado en este campo. Y vuelvo a insistir en que se elaboren todos los libros que sea posible para niños y para adolescentes y nos liberemos de la necesidad de libros extranjeros de tal modo que podamos, Dios mediante, poner libros a disposición de nuestros adolescentes con nuestra propia cultura, nuestras propias orientaciones y nuestros propios objetivos. Esa era otra cuestión.
Entre los asuntos importantes, está también el de la distribución. Hablaba ahora aquí con algunos de los amigos y me han dado buenas noticias respecto a esto. Aun así, yo vuelvo a insistir en que la distribución tiene una parte importante de la responsabilidad en la cuestión de la lectura en el país. La distribución debe ser fluida, buena, llegar a todas partes y hacerse con facilidad.
En todo caso, hoy la feria estaba muy bien, gracias a Dios. Las varias horas que he pasado aquí han sido gratificantes, de corazón. Gracias a Dios, ve uno aquí en la feria cosas que anticipan buenas noticias: buenos esfuerzos, buena fuerza de trabajo, buenos jóvenes y buenas motivaciones.
Periodista: Gracias. Hay otra cuestión que quería preguntarle. Según ha dicho, Su Excelencia ha estado aquí visitando la feria tres horas, desde las ocho y media hasta las once y media. ¿Cuál es el origen de ese interés suyo por los libros y la lectura? Y, además de las lecturas especializadas que realiza usted, ¿qué libros le gustan? ¿Qué libros recomienda a los jóvenes?
Lo del origen es ya algo perteneciente a la historia; no son cosas que tengan mucha importancia. Pero yo leo todo tipo de libros. Leo mucho: leo libros técnicos especializados, leo libros científicos, leo novelas, en particular memorias. Esos libros de memorias que se publican de la Sagrada Defensa y la Defensa del Santuario son muy valiosos. Es una nueva manera de elaborar y producir libros que, gracias a Dios, ha comenzado; y es un campo en el que son muy activas las señoras. Hay escritos muy buenos de autoras femeninas; leo muchas de sus obras.
Periodista: Muchas gracias, muy amable.
Que tenga usted buena suerte, Dios mediante. Que Dios la guarde.
Notas
(1) La Sra. Mitra Labbafí, periodista de la agencia de noticias de la radiotelevisión iraní IRIB.
(2) El Exmo. Sr. Mohammad Mehdí Esmailí, ministro de Cultura y Guía Islámica.
(3) Entre otras ocasiones, en declaraciones durante una visita a la Feria Internacional del Libro de Teherán, el 6 de mayo de 2012.
(4) Año 1401 del calendario hegiriano solar persa, del 21 de marzo de 2022 al pasado 20 de marzo de 2023.