«Cerca de un mes antes del triunfo de la Revolución Islámica (…) se reunieron en una isla francesa llamada Guadalupe los dirigentes de cuatro países —EEUU, Inglaterra, Francia y Alemania —. Una reunión que después se conoció como la Conferencia de Guadalupe. El tema a tratar en aquella conferencia era la Revolución Islámica. Se reunieron a discutir qué hacían, ¿qué podían hacer frente a aquella revolución? Claro, veían que estaba triunfando la Revolución Islámica (…). La conclusión fue el anuncio por ellos mismos de que sí, que aquella revolución iba a triunfar, pero se iba a encontrar con varias crisis (…).Todo gobierno que llegara al poder tras la Revolución, dijeron, caería por esas crisis (…). Los occidentales diseñaron una política estratégica para que la Revolución no se afianzara y no pudiera continuar. Aquella política estratégica consistía en crisis sucesivas: incidentes uno detrás de otro. ¡Y fíjense! A principios de la Revolución, tuvimos problemas en el oeste del país; tuvimos problemas en el noroeste, y los tuvimos más o menos en el noreste del país (…). En otras palabras, había una crisis constante alrededor del país (…). Eran aquellas crisis sucesivas. Después de un tiempo, comenzó la guerra con el ataque de Saddam. ¿Y quién logró sofocar aquellas crisis, incidentes y disturbios y salvar al país de aquello? (…) El CGRI. Fue el CGRI. Esa es la razón de tanta animosidad de los occidentales como ven ustedes al CGRI y de que lo nombren siempre con odio y rencor» (17/08/2023).