«La cuestión principal del Poder Judicial —en todo el mundo, no solo en nuestro país— es resolver los problemas de la gente sobre la base de la justicia (...). La cuestión del Poder Judicial es en esencia la cuestión de la justicia. Esa es fundamentalmente su labor (...). Todos los esfuerzos del Poder Judicial deben ir encaminados, con valentía, a hacer justicia (...). Esa no es labor fácil. Requiere valentía. Hay que acometer esa tarea con valentía e impartir justicia sin miramientos. Juzgar con justicia e imparcialidad. Como dice el imam en el Sahifa Sayadiya, en la vigesimosegunda plegaria, actuemos de forma que hatta yá’mana aduwwi min dulmi wa yurmi wa yáyyasa walí-i min mayli wa inhitati hawá (1). El Poder Judicial, los jueces y los directivos deben actuar de tal modo que el enemigo se sepa a salvo de opresiones y abusos, y el amigo y la persona cercana pierda la esperanza de [beneficiarse de] un favoritismo. Si eso sucede, se creará en la sociedad seguridad jurídica y seguridad anímica y psicológica. En otras palabras, la gente se sentirá segura. Es muy importante que la gente sienta que, gracias a la existencia del Poder Judicial, no sufrirán abusos y, si denuncian una injusticia, recibirán un trato justo» (22/06/2024).

Notas

(1) “Que mi enemigo esté a salvo de mis abusos y mi amigo desespere de propensiones y pasiones mundanas”.