«Algunos dicen: «Ustedes, que con Estados Unidos no están dispuestos ni a negociar ni a establecer relaciones, ¿por qué mantienen entonces relaciones con países europeos? Al fin y al cabo, esos son también como Estados Unidos, ¿cuál es la diferencia? Igual que esos tienen embajada, ¡que la tengan ellos también!». No, son distintos. La diferencia es que Estados Unidos aquí había tomado posesión, y se les arrancó de las manos. Su odio al país y a la Revolución es como el odio del camello, no lo dejarán de lado con facilidad. Eso es distinto de tal o cual país europeo. Ciertamente, ese país europeo tampoco es amigo querido del pueblo de Irán. Eso, nosotros lo sabemos, somos conscientes, ¡pero son cosas muy distintas! Con la Revolución Islámica, Estados Unidos perdió una riqueza formidable, posibilidades políticas y económicas inmensas, y luego, en estos cuarenta y tantos años, ¡cuantísimo dinero han gastado para lograr sacar de nuevo a Irán de las garras de la Revolución Islámica y ponerlo de nuevo en sus manos! ¡Y no han podido! Su odio a la República Islámica es diferente del odio de tal o cual país. Es muy diferente» (08/01/2025).