En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso

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Hay un asunto de índole general que concierne a todos y que deben tener en cuenta desde este humilde servidor hasta cada persona del pueblo de Irán, pasando por cada uno de los responsables. ¿Y cuál es ese asunto? Es el siguiente, y yo quisiera que en particular los jóvenes le prestasen mucha atención: cuando en el mundo se producen o comienzan grandes transformaciones, los pueblos y los responsables de los países tienen el deber de extremar la vigilancia. Ahora lo explicaré más. Si esa vigilancia tiene lugar, los pueblos no serán engañados ni se verán obligados a seguir un camino contrario a sus propios intereses. Si no se da esa vigilancia, sino que hay descuido y negligencia, los pueblos sufrirán perjuicios muy duraderos.

Pondré algún ejemplo. Uno es el del apogeo del colonialismo, pongamos en el siglo XVIII, cuando llegó a nuestra región el colonialismo de Inglaterra y muchos países, en especial en Asia Central y Asia Oriental, quedaron subyugados. Los pueblos estaban dormidos; los responsables, descuidados. Llegaron y, gradualmente, se fueron apoderando de los recursos vitales de la nación del subcontinente indio y de los países al este y el oeste de la India —y si digo la India es un ejemplo, porque lo mismo pasaba en África, lo mismo en Latinoamérica y lo mismo también en Norteamérica—. Los ingleses tomaron el control de los intereses de esas naciones. Las colonizaron. Las mantuvieron en el atraso durante décadas o más, quizá doscientos años. ¡Cuánto tuvieron que esforzarse esas naciones para lograr zafarse del colonialismo! Y los ingleses son aquí un ejemplo: lo mismo hizo Francia, lo mismo hizo Portugal, también lo hizo Bélgica y también otros países europeos hicieron más o menos esas cosas. Cuando en Europa se inició, por sus motivos particulares, el movimiento del colonialismo, las naciones hubieran debido estar despiertas; los responsables de los países hubieran debido estar alerta; hubieran debido estar atentos. No lo estuvieron. ¿El resultado? Dos o tres siglos de aprietos para toda una enorme región del mundo.

Ese es un ejemplo; otro más cercano es posterior a la Primera Guerra Mundial, con las naciones y responsables de esta misma región nuestra, es decir, la región de Asia Occidental, la misma a la que los europeos gustan de llamar “Oriente Medio” —que es una expresión incorrecta: hay que decir Asia Occidental—. El desastre que causaron en esta región, principalmente después de la Primera Guerra Mundial y también un poco después de la Segunda Guerra Mundial, no lo hubieran podido causar si nuestros pueblos en esta región hubieran estado despiertos. Nuestra región sufrió un atraso de por lo menos cien años respecto de la caravana del progreso. Inglaterra, de una manera; Francia, de otra; Italia, de otra, en Asia Occidental y África del Norte. De modo que fíjense en que, cuando comienza una transformación en el mundo, las naciones deben estar alerta para que esa transformación no acabe perjudicándolos. Deben estar alerta los responsables de los países. Ahora bien, los responsables no pueden hacer nada sin el apoyo de los pueblos.

Lo que digo es que hoy en día está comenzando o ha comenzado una gran transformación en el mundo. Hoy es el día en el que los pueblos de la región no deben descuidarse como se descuidaron en el período del colonialismo o después de la Primera Guerra Mundial. Las naciones de la región deben estar despiertas. Yo les ruego que presten bien atención a lo que digo, sobre todo nuestros queridos jóvenes. Hemos dicho que el mundo está en el umbral o en el comienzo de una transformación. ¿Cuál es esa transformación? ¿Qué es eso que está ocurriendo en el mundo y a lo que nosotros llamamos transformación? Las líneas principales son varias. En primer lugar, debilitamiento de las potencias de la Arrogancia mundial. Esa es una de las líneas principales de la transformación que se está produciendo. La potencia arrogante que es Estados Unidos se ha debilitado y se sigue debilitando aún más —ahora lo desarrollaré—. Lo mismo, con algunos países europeos. Esa es una de las líneas principales de esta transformación. Otra es el surgimiento de nuevas potencias regionales y globales. Están apareciendo nuevas potencias; o bien son potencias regionales o potencias mundiales. Pues bien, ahí hay una transformación.

Hemos dicho, pues, que Estados Unidos se debilita, se está debilitando, o más bien que se están debilitando las potencias occidentales, las potencias de la Arrogancia. Esto no es un eslogan, es una realidad. Es algo que dicen ellos mismos. Ellos mismos dicen que los indicadores del poderío de Estados Unidos en el mundo están en baja. ¿Cómo cuál? Como la economía. Uno de los indicadores más importantes del poderío de Estados Unidos era su potente economía. Dicen que está decayendo.

Otro aspecto es la posibilidad de injerencia en los gobiernos. Estados Unidos interfería en distintos gobiernos. Hoy, eso está declinando. Los europeos, de una manera; los otros, de otra. Ya lo oyen ustedes en la prensa y en las noticias de la radiotelevisión; ya oyen en las noticias internacionales cómo lo reconocen. Uno de los indicadores del poderío en Estados Unidos era la capacidad de cambiar gobiernos y países. Fíjense como, un día, Estados Unidos —esto son cosas importantes— envió un agente a Irán con un saco de dinero, de dólares. El nombre de aquel agente ha quedado además registrado y todos lo conocen: Kim Roosevelt, se llamaba Kim Roosevelt. Esto no son cosas ocultas; es algo que en aquel entonces era secreto y después se reveló. Mandan a Irán a un agente con una bolsa, un maletín de dinero, y da lugar a un golpe de Estado como el Veintiocho de Mordad (1); el golpe del Veintiocho de Mordad, una conspiración conjunta de Estados Unidos e Inglaterra, realizada por un agente, un empleado estadounidense que trajo aquí dinero, lo repartió entre maleantes y gente diversa, prepararon un golpe de Estado y derrocaron un gobierno como el de Mosaddeq.

Hubo un tiempo en que Estados Unidos era así. ¿Puede hoy Estados Unidos hacer eso? ¡De ninguna manera! No ya con Irán, con ningún otro país puede hacerlo. Hoy, Estados Unidos se ve obligado, para golpear a los gobiernos a los que quiere dañar, a engendrar una guerra híbrida, que es algo que le resulta muy oneroso, y al final no obtiene resultado. Hoy en día, a pesar del progreso extraordinario de los instrumentos de inteligencia y seguridad, con los que además Estados Unidos cuenta más que otros lugares, ¿saben ustedes de algún país donde Estados Unidos haya podido en los últimos diez años, con esas mismas guerras híbridas, derrocar un gobierno y poner otro en su lugar? Conspiraron en Siria durante diez años y no pudieron hacer nada. Se instalaron en Afganistán veinte años, llevaron allá todo su instrumental militar y ya vieron ustedes ¡con qué humillación salieron de ese país! Cuando decimos que Estados Unidos se ha debilitado, nos referimos a esas cosas.

Y en Europa la situación no es mejor. Ya oyen ustedes estos días los asuntos de África: países que estaban bajo influencia francesa se alzan contra Francia, uno tras otro, y derrocan a los gobiernos títeres de Francia. Y eso, ¡la gente! Cierto que se ocupan de ello los militares, pero la gente los apoya. En otras palabras, las potencias occidentales, a cuya cabeza está Estados Unidos y luego Europa, no tienen ya la potencia de antaño. Se están debilitando y esa debilidad es mayor día tras día. Y bien, mientras tanto van levantando la cabeza nuevas potencias a las que no quiero nombrar. No quiero entrar en eso. Se trata de una gran transformación global.

Ahora bien, esa transformación va a suceder y un servidor ha dicho que, cuando ocurren cambios importantes a nivel mundial, las naciones deben tener cuidado; y deben tener cuidado los responsables de los países. Ese es el momento en el que nos encontramos. Debemos tener cuidado. Cuando decimos que el enemigo se está debilitando, eso no significa que no pueda intrigar, que no pueda cometer actos hostiles o no pueda asestar golpes. Puede, y están haciendo planes. Nosotros no tenemos que quedarnos dormidos, no debemos descuidarnos. ¿Y quién es nosotros? Los responsables y la gente, el común de la gente. Como he dicho, sin el apoyo de la gente, en ningún país pueden los responsables realizar grandes obras importantes. La gente debe respaldarlos; la gente estar despierta; los responsables no deben descuidarse, tienen que estar despiertos. El Príncipe de los Creyentes dijo: “Que alguien se duerma no quiere decir que otros se duerman y se olviden de él”. Si tú te duermes en tu trinchera, eso no quiere decir que tu enemigo también se haya quedado dormido en la suya. No, es posible que él esté despierto y que se dirija hacia ti; es posible que se aproveche de tu sueño. Esa es la cuestión fundamental. No hay que descuidarse.

Hay que estar atentos al plan del enemigo. ¿El enemigo tiene un plan? Sí, el enemigo tiene planes; los tiene. No solo para nosotros: en esta región, Estados Unidos tiene un plan para Irak; tiene un plan para Siria; tiene un plan para el Líbano; tiene un plan para Yemen; tiene un plan para Afganistán; tiene planes para los países del golfo Pérsico, que son tradicionalmente sus viejos amigos. Tiene planes para ellos, aunque ahora no nos vamos a ocupar del plan que tienen respecto de ellos. ¿Cuál es el que tienen para nosotros? Nosotros no estamos desinformados; no lo estamos. Los datos de nuestra inteligencia nos dicen que, en Estados Unidos, el gobierno de Washington ha formado un grupo llamado Grupo de Crisis. Grupo de Crisis. ¿Y qué hace? La misión de ese grupo consiste en fabricar crisis en los países, incluido el nuestro. Esa es la misión de ese grupo: fabricar crisis; buscar los puntos que según ellos hacen que en un país se produzca una crisis, identificarlos y estimular esos puntos. Tal es la misión de ese grupo de crisis de Estados Unidos. Se pusieron a pensar, hicieron estudios y llegaron a la conclusión de que en Irán hay varios puntos generadores de crisis que deben estimular y activarlos. Uno son las desavenencias étnicas; otro, las diferencias religiosas; otro, la cuestión del género y la mujer. Eso tienen que estimular en Irán, que eso genere crisis y que, de esa manera, a través de la crisis puedan asestar un golpe a nuestro querido país. Ese es el plan de Estados Unidos, pero no ve el camello la simiente del algodón ¡más que en sueños!

Lo explicitaron. Dijeron explícitamente que querían crear en Irán una situación como la de Siria y Yemen. Eso lo dijeron abiertamente. Ya, claro… ¡y dos huevos duros! No pueden, de eso no cabe duda. Siempre, eso sí, que nosotros estemos alerta; que estemos atentos. Si uno se duerme, hasta un niño puede hacerle daño, y mucho más un enemigo armado y preparado para actuar. No hemos de descuidarnos. No debemos quedarnos dormidos. Tenemos que tener cuidado de no equivocar la ruta, de no ir por camino erróneo; no nos equivoquemos. Si estamos alerta, conocemos al enemigo, conocemos sus métodos y nos esforzamos por no contribuir al plan del enemigo con nuestras palabras, nuestro razonamiento, nuestra acción y cualquiera de nuestros actos, el enemigo no podrá hacer nada. Debemos tener cuidado de no ir por un camino erróneo; no equivocarnos; no confundir lo justo con lo erróneo.

Notas

(1) Día del calendario persa por el que se conoce el golpe orquestado por Estados Unidos y el Reino Unido que el 19 de agosto de 1953 derrocó al primer ministro iraní Mohammad Mosaddeq, cuyo gobierno había nacionalizado dos años antes el petróleo de Irán.